La ballena como símbolo de lo imposible

La ballena como símbolo de lo imposible

Impecable edición con traducción de Enrique Pezzoni

TRAVESÍA. El barco ballenero Pequod, comandado por el capitán Ahab.  TRAVESÍA. El barco ballenero Pequod, comandado por el capitán Ahab.
18 Septiembre 2016

CLÁSICO

MOBY DICK

HERMAN MELVILLE

(Penguin Clásicos – Buenos Aires) 

¿Puede decirse algo nuevo acerca de este autor, de esta novela y de la obsesión de sus personajes? ¿Puede hacerse una nueva lectura sobre un texto revisado y reinterpretado hasta en sus mínimos detalles? ¿Pueden encontrarse nuevos simbolismos y visiones ingeniosas sobre un texto tan visitado por críticos y lectores durante más de un siglo y medio? Las preguntas son retóricas, por supuesto, porque ya se sabe que la respuesta es no.

Entre la alegoría y la épica, es la típica narración de un tiempo afín a la literatura enciclopedista, con extensas descripciones acerca de la vida marinera y de la caza de ballenas. Moby Dick es mucho más que una novela; es un cuadro realista, en formato fantástico, sobre la tenacidad, el desvelo y la porfía. El capitán Ahab, al frente del barco Pequod, persiguiendo obsesivamente a una gran ballena blanca, es un ícono de la literatura universal. El pretexto es cazar al animal que le comió una pierna (que él reemplazó por otra, fabricada con la quijada de un cachalote), animal al que persigue por los mares de todo el planeta.

Los tripulantes del Pequod pertenecen a diferentes partes del mundo (representación de la humanidad, en definitiva), destacándose tres: un caníbal, un negro y un piel roja. Las referencias bíblicas, a lo largo de todo el texto, y el peso simbólico de la ballena blanca, hacen que cada relectura de esta obra la dote de un nuevo revisionismo literario.

Como es muy poco lo que puede agregarse a un libro sobre el que ya todo fue dicho, vale la pena mencionar la actual edición, de 750 páginas, impecable, a pesar de estar editada en rústica. La impecable traducción de Enrique Pezzoni nos libra de casticismos que en otras impresiones nos distanciaban del dramatismo de la historia. El libro incluye una excelente introducción, además de mapas e ilustraciones que funcionan como glosario dándole mayor veracidad al relato.

Moby Dick es un libro para releer, ya que cada nueva lectura será diferente a las anteriores, como sucede con los grandes textos, incluyendo los religiosos.

(C) LA GACETA

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Rogelio Ramos Signes

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