31 Agosto 2016
El juicio por el crimen de Lucas Cazzuchelli pudo haber concluido ayer. Pero la insistencia de uno de los defensores en ubicar a un testigo extendió la espera. Finalmente, el tribunal de la Sala VI resolvió pasar a un cuarto intermedio hasta el lunes, cuando podría finalizar el debate y conocerse el veredicto.
Alicia Freidenberg, Stella Maris Arce y Marta Cavalotti son las magistradas que juzgan el homicidio de Cazzuchelli, el joven de 19 años asesinado de un tiro en el pecho el 8 de junio de 2013 en la ciudad de Lules. En cuanto a los imputados, son dos: Mauricio Federico Cano e Iván Eduardo Vega, ambos de 24 años y oriundos de Bella Vista. Aparentemente, el móvil del crimen fue el intento de robo de la motocicleta en la que se desplazaba la víctima.
El juicio comenzó la semana pasada y ayer debían declarar los últimos testigos para dar paso luego a los alegatos y a la sentencia. Pero uno de ellos no había sido ubicado y el defensor de Cano, José María Molina, insistió en que lo encontraran y lo llevaran a declarar. Se trata de Gustavo Horacio Ávila, un ex policía Federal que le habría prestado a Cano el arma de fuego con la que luego habría asesinado a Cazzuchelli.
Dos meses después del crimen, Ávila había declarado en Tribunales: “esa noche fue Cano a buscar el arma y lo acompañaba Vega, fueron en moto. Me dijo Cano que cobraba una deuda y me iba a pagar la venta del arma, pero no lo hizo”. Según pudo conocer el tribunal, el ex policía está radicado en Buenos Aires, donde trabaja como personal de seguridad privada para un centro médico. Intentarán ubicarlo para exigirle que el lunes se presente a declarar y pueda cerrarse el caso.
Un testigo clave
Fueron dos los testigos que aportaron sus testimonios ayer: Cristian Cazzuchelli y Brenda Lucía Castro, hermano y prima de la víctima respectivamente. El primero de ellos contó que tres meses después del homicidio se puso en contacto con una mujer, a la que identificó como Analía Aguirre, quien le transmitió que había escuchado una versión del crimen de su hermano. “Me dijo que le habían contado que esa noche salió el ‘Negro’ Cano con Vega y Cano dijo ‘vamos a Lules a robar lo que sea’. Y que cuando lo vieron a mi hermano aparecer en la moto, uno de ellos dijo: ‘lo vimos paloma y le intentamos robar’. Después esta mujer me llevó hasta las casas de los dos para mostrarme dónde vivían”, declaró el hermano del joven asesinado.
La prima de Cazzuchelli, por su parte, explicó que vive a pocos metros del lugar donde mataron al joven. “Esa mañana estaba en la cocina y sentí un reventón, salí por el portón y vi pasar a dos personas en una moto: el que iba adelante era blanquito y el que iba atrás, morocho”, dijo la jovencita. “¿Esas personas están acá?”, le preguntó el fiscal de Cámara, Carlos Sale. “Sí”, respondió ella, y señaló con el dedo índice a cada uno de los acusados.
Otro testimonio ya había complicado la situación de los imputados, particularmente de Cano, durante la audiencia del viernes. Ese día declaró María Rosse González, la ex novia de Cano. Este último había asegurado en su declaración que era imposible que hubiera matado a Cazzuchelli porque la noche del crimen se había quedado viendo películas junto a su novia hasta que se hizo de día y se levantó para acompañarla a su casa. Incluso la jovencita había ratificado esa versión cuando declaró en Tribunales durante la etapa investigativa. Sin embargo, el viernes se quebró y reconoció que había mentido.
González aseguró que esa noche había visto juntos a Cano y a Vega, que su novio no se había quedado en casa con ella como dijo y que mintió en su declaración porque el abogado (Molina) le había pedido que dijera eso. Además, la jovencita aseguró que era víctima de maltratos por parte de Cano y que accedió a mentir porque estaba “sometida”.
A Cazzuchelli lo asesinaron entre las 5 y las 6 de la mañana, cuando circulaba en moto con una amiga. Mientras avanzaban por el pasaje Mendoza al 200 se acercaron dos delincuentes en otra moto, quienes le pegaron un tiro en el pecho para luego darse a la fuga.
Alicia Freidenberg, Stella Maris Arce y Marta Cavalotti son las magistradas que juzgan el homicidio de Cazzuchelli, el joven de 19 años asesinado de un tiro en el pecho el 8 de junio de 2013 en la ciudad de Lules. En cuanto a los imputados, son dos: Mauricio Federico Cano e Iván Eduardo Vega, ambos de 24 años y oriundos de Bella Vista. Aparentemente, el móvil del crimen fue el intento de robo de la motocicleta en la que se desplazaba la víctima.
El juicio comenzó la semana pasada y ayer debían declarar los últimos testigos para dar paso luego a los alegatos y a la sentencia. Pero uno de ellos no había sido ubicado y el defensor de Cano, José María Molina, insistió en que lo encontraran y lo llevaran a declarar. Se trata de Gustavo Horacio Ávila, un ex policía Federal que le habría prestado a Cano el arma de fuego con la que luego habría asesinado a Cazzuchelli.
Dos meses después del crimen, Ávila había declarado en Tribunales: “esa noche fue Cano a buscar el arma y lo acompañaba Vega, fueron en moto. Me dijo Cano que cobraba una deuda y me iba a pagar la venta del arma, pero no lo hizo”. Según pudo conocer el tribunal, el ex policía está radicado en Buenos Aires, donde trabaja como personal de seguridad privada para un centro médico. Intentarán ubicarlo para exigirle que el lunes se presente a declarar y pueda cerrarse el caso.
Un testigo clave
Fueron dos los testigos que aportaron sus testimonios ayer: Cristian Cazzuchelli y Brenda Lucía Castro, hermano y prima de la víctima respectivamente. El primero de ellos contó que tres meses después del homicidio se puso en contacto con una mujer, a la que identificó como Analía Aguirre, quien le transmitió que había escuchado una versión del crimen de su hermano. “Me dijo que le habían contado que esa noche salió el ‘Negro’ Cano con Vega y Cano dijo ‘vamos a Lules a robar lo que sea’. Y que cuando lo vieron a mi hermano aparecer en la moto, uno de ellos dijo: ‘lo vimos paloma y le intentamos robar’. Después esta mujer me llevó hasta las casas de los dos para mostrarme dónde vivían”, declaró el hermano del joven asesinado.
La prima de Cazzuchelli, por su parte, explicó que vive a pocos metros del lugar donde mataron al joven. “Esa mañana estaba en la cocina y sentí un reventón, salí por el portón y vi pasar a dos personas en una moto: el que iba adelante era blanquito y el que iba atrás, morocho”, dijo la jovencita. “¿Esas personas están acá?”, le preguntó el fiscal de Cámara, Carlos Sale. “Sí”, respondió ella, y señaló con el dedo índice a cada uno de los acusados.
Otro testimonio ya había complicado la situación de los imputados, particularmente de Cano, durante la audiencia del viernes. Ese día declaró María Rosse González, la ex novia de Cano. Este último había asegurado en su declaración que era imposible que hubiera matado a Cazzuchelli porque la noche del crimen se había quedado viendo películas junto a su novia hasta que se hizo de día y se levantó para acompañarla a su casa. Incluso la jovencita había ratificado esa versión cuando declaró en Tribunales durante la etapa investigativa. Sin embargo, el viernes se quebró y reconoció que había mentido.
González aseguró que esa noche había visto juntos a Cano y a Vega, que su novio no se había quedado en casa con ella como dijo y que mintió en su declaración porque el abogado (Molina) le había pedido que dijera eso. Además, la jovencita aseguró que era víctima de maltratos por parte de Cano y que accedió a mentir porque estaba “sometida”.
A Cazzuchelli lo asesinaron entre las 5 y las 6 de la mañana, cuando circulaba en moto con una amiga. Mientras avanzaban por el pasaje Mendoza al 200 se acercaron dos delincuentes en otra moto, quienes le pegaron un tiro en el pecho para luego darse a la fuga.
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