“Es arte para mostrar que existimos”

“Es arte para mostrar que existimos”

Cinco expositores de pueblos originarios confían en que sus producciones visibilizan sus luchas y reclamos. Salir de los claustros

MUESTRA. Las vitrinas del Centro Cultural Virla son el ámbito de visibilización de parte de la cultura diaguita.  la gaceta / foto de Inés Quinteros Orio MUESTRA. Las vitrinas del Centro Cultural Virla son el ámbito de visibilización de parte de la cultura diaguita. la gaceta / foto de Inés Quinteros Orio
29 Agosto 2016
Visibilizar el arte y, a partir de eso, la vigencia de un pueblo y de su lucha. Ese es uno de los propósitos de “El arte diaguita en el Bicentenario”, una muestra instalada desde hace una semana en las vitrinas del Virla, donde permanecerá hasta el 16 de septiembre. Cinco expositores provenientes de diferentes comunidades originarias exhiben sus producciones en distintos materiales: Hugo Astorga trabaja tejido en telar (mantas, tapices, ruanas); Silvana Pastrana y Gustavo Maita, tallado en madera; Cristina Leiva, vitrofusión; y Delfín Gerónimo, cerámica y trabajos en piedra.

Gerónimo, oriundo de El Paso (Quilmes), señaló que el pueblo diaguita quiso involucrarse en la conmemoración del Bicentenario de la Declaración de la Independencia. “Es un año signado por las celebraciones de 200 años de vida de la provincia y de la Nación, pero también por la lucha en defensa de nuestra Pachamama y de los bienes naturales que nos permiten la supervivencia. Nuestro arte fortalece la resistencia de nuestro pueblo y es una respuesta a los históricos procesos de negación que aún persisten”.

- ¿A qué se refiere con procesos de negación?

- Son procesos que se han iniciado hace cinco siglos y que todavía tienen consecuencias. Me refiero a la negación de derechos: no son desconocidos los problemas de los pueblos originarios, su reclamo de que se le reconozcan los derechos a la tierra, a una educación inclusiva, a la salud, a la participación. Son derechos reconocidos en instrumentos nacionales e internacionales, pero aún cuesta mucho que se apliquen en la práctica. El arte es una herramienta para visibilizar nuestra lucha y mostrar a la sociedad que aún existimos, que somos pueblo vivo; la invitamos a que conozcan nuestro pasado y nuestro presente.

- ¿Qué reacciones han visto hasta ahora entre el público?

- Muy positivas. Generalmente se cree que el arte nace en los claustros universitarios, sin embargo hay otras formas de producirlo, que son las propias de los pueblos que existen desde hace miles de años. Eso interesa mucho a la gente porque estas muestras no son comunes o están un tanto desvirtuadas. Hoy a nuestro arte se lo denomina artesanía y ha sufrido desvalorizaciones y plagios, y muchas veces se hacen producciones diciendo que son propias cuando en realidad son en serie. Nosotros tratamos de ser respetuosos, de mantener la esencia del arte antiguo en cuanto a los materiales y a la forma de construcción de las piezas, aún cuando no son réplicas exactas de las originales. En mi caso, hago con cerámica recreaciones de piezas antiguas, que también es una forma de mostrar la producción de nuestros mayores y cuál ha sido su utilización.

- ¿Aprendió su arte de sus antepasados?

- Vengo de ceramistas que no exponían lo que hacían sino que eran productores de elementos utilitarios para el pueblo. Mi abuela y mi padre realizaban vasijas, tinajas... yo me crié comiendo en platos de arcilla. Hoy se da un paso hacia la comercialización, a poder vivir de este oficio. Yo estoy retomando la actividad después de años de haberla dejado y la idea es reacondicionar mi taller en El Paso para vender allí y también salir a exponer en los espacios que surjan, que son casi inexistentes. Ojalá el Estado adquiera una política de mayor defensa de nuestro patrimonio y genere esos espacios.

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