Un dentífrico y un plato: la metáfora viral que es furor en la web

Un dentífrico y un plato: la metáfora viral que es furor en la web

Con solo estos elementos, una mamá explicó a su hija el poder de las palabras.

FOTO TOMADA DE FACEBOOK.COM.- FOTO TOMADA DE FACEBOOK.COM.-
24 Agosto 2016
CLEVELAND, Estados Unidos.- Una madre utilizó una simple metáfora para tratar de explicar a su hija el poder y el peso de las palabras que uno dice.
Con un dentífrico y un plato, esta Amy Beth Gardner le pidió a la niña que vacíe el contendio del tuvo en el recipiente. Una vez cumplido el pedido, esta mamá le dijo a su hija que intentara volver a meter la pasta en el tubo.
"No puedo" y "no volverá a estar como antes", fueron las respuestas de la niña que minutos después recibió la explicación de que una vez dichas las palabras ya no hay marcha atrás. Todo lo que se dice y sale de la boca no puede ser retirado.
Gardner puso en práctica esta alegoría, ya que su hija acababa de terminar la educación primaria y al día siguiente ingresaba en secundaria, donde las palabras ya cobran una relevancia mucho mayor.
Según la crianza de esta mujer, las palabras pueden lastimar, humillar, difamar y herir a otros, pero también tienen el poder de sanar, animar, inspirar y expresar amor hacia los demás. Su intención es inculcar a su hija la necesidad de hacer un uso cuidadoso de las palabras, además de hacer de ella una persona compasiva y amable.
Tras publublicar el post, la historia se volvió viral, obteniendo más de 700.000 compartidas en pocos días. 

CLEVELAND, Estados Unidos.- Una madre utilizó una simple metáfora para tratar de explicar a su hija el poder y el peso de las palabras que uno dice.

Para ello usó un dentífrico y un plato. Amy Beth Gardner Lle pidió a la niña que vaciara el contenido del tubo y que intentara volver a meter la pasta en el recipiente.

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"No puedo" y "no volverá a estar como antes", fueron las respuestas de la niña que minutos después recibió la explicación de que una vez dichas las palabras ya no hay marcha atrás. Todo lo que se dice no puede ser borrado.

Gardner puso en práctica esta alegoría, ya que su hija acababa de terminar la educación primaria y al día siguiente ingresaba a la secundaria, donde las palabras ya cobran una relevancia mucho mayor.

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Según la crianza de esta mujer, las palabras pueden lastimar, humillar, difamar y herir a otros, pero también tienen el poder de sanar, animar, inspirar y expresar amor hacia los demás. Su intención es inculcar a su hija la necesidad de hacer un uso cuidadoso de las palabras, además de hacer de ella una persona compasiva y amable.

Tras publublicar el post en su cuenta de Facebook, la historia se volvió viral, obteniendo más de 700.000 compartidos en solo unos pocos días. 

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