“La búsqueda de ‘Betty’ Argañaraz sigue pendiente”

“La búsqueda de ‘Betty’ Argañaraz sigue pendiente”

Su hermana Liliana exige saber dónde está, a 10 años de la desaparición. “No están haciendo nada y no puedo esperar más, no sé si voy a tener vida el próximo aniversario”, dice.

LA LUCHA SIGUE. Para Liliana, el caso no se cerrará hasta que la encuentren. la gaceta / foto de josé nuno LA LUCHA SIGUE. Para Liliana, el caso no se cerrará hasta que la encuentren. la gaceta / foto de josé nuno
31 Julio 2016
“Pasó una década, es increíble. Pienso en todo lo que nos movimos esas primeras horas y no puedo creer que no se haya logrado nada”, dice Liliana Argañaraz. Se refiere a que 10 años después de que su hermana Beatriz (“Betty”) Argañaraz haya desaparecido nadie sabe dónde está.

Liliana está enojada y cansada de vivir con la incertidumbre de qué pasó con su hermana, quien trabajaba como maestra en el colegio San Francisco. Si bien hay dos condenadas por el homicidio de “Betty” (pese a que nunca se encontró el cuerpo la Justicia consideró que la docente fue asesinada), ella cree que se pudo haber investigado un poco más.

“La mañana que desapareció ‘Betty’ (el 31 de julio de 2006) Nélida Fernández y Susana Acosta fueron a trabajar, o sea que alguien se quedó con ella en el departamento donde estaba la sangre”, cuestiona Liliana. En 2009, ambas fueron condenadas a 20 años de prisión. “Con el juicio quedó todo relajado y se cerraron en que fueron estas dos personas, pero alguien las ayudó”, insiste.

A partir de entonces, y con todas las líneas de investigación agotadas, la posibilidad de encontrar los restos de “Betty” depende de la información que alguna persona pueda aportar voluntariamente. “La búsqueda sigue pendiente, dependemos de llamados telefónicos porque está visto que estas dos mujeres no van a hablar. Pero hay que seguir buscándola, la Policía tiene que seguir investigando, acercándole información a la Justicia, y no lo hace. Estamos luchando en soledad”, reclama.

Liliana siente que cada aniversario de la desaparición de “Betty” tiene una nueva oportunidad de recordar públicamente que todavía no encontró a su hermana, pero que después todos se olvidan y nada pasa. “No están haciendo nada y no puedo esperar más, no sé si voy a tener vida el próximo aniversario para seguir insistiendo”, dice, quebrada en lágrimas.

Miedo y dolor

Las condenadas se casaron en el penal en 2013 y en noviembre del año pasado se conoció que Nélida Fernández había decidido cambiar de sexo. “Ya tiene el DNI de Marcos Daniel Fernández. Me comentaron que está haciendo un tratamiento hormonal y psiquiátrico para el cambio de sexo”, cuenta Liliana. A partir de ese cambio de identidad, la hermana de “Betty” pidió que se la aloje en otra unidad penitenciaria. “Presenté una nota en la Sala V, pedí una audiencia con el ministro fiscal Edmundo Jiménez y fui al Ministerio de Seguridad para pedir que me reciba esta nueva gestión. Nadie me contestó. Estoy sola”, lamenta.

Al dolor de Liliana se suma el temor por que las asesinas de su hermana puedan abandonar el penal. “Me aterroriza imaginar que puedan llegar a salir dentro de poco porque son perversas. Llegué a implorarles de rodillas que me digan dónde está ‘Betty’ y no lo hicieron. Ahora me entero de que son líderes en el penal y que hasta las guardiacárceles les tienen miedo. Con eso tengo que vivir”, dice.

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