El IPV edifica barrios de libre demanda por falta de terrenos

El IPV edifica barrios de libre demanda por falta de terrenos

Durán dijo que le “encantaría” contar con lotes; hoy los aportan entidades intermedias. “Son operatorias normales”, afirmó el interventor. Según Falivene, en la empresa cobran los $ 100.000 por los predios de Las Talitas, pero los fondos son de Smata.

LAS TALITAS. Amaya le entrega un convenio a Durán, dos semanas atrás, en un acto público. Los aplauden Osvaldo Jaldo, Juan Manzur y Carlos Najar. twitter / domingo amaya LAS TALITAS. Amaya le entrega un convenio a Durán, dos semanas atrás, en un acto público. Los aplauden Osvaldo Jaldo, Juan Manzur y Carlos Najar. twitter / domingo amaya
29 Julio 2016
Para acceder a una de las 250 casas sociales que se construirán en el barrio de Smata en Las Talitas, además de cumplir con los requisitos socioeconómicos básicos, los interesados deben presentarse con $ 100.000 en efectivo (o $ 40.000, más las cuotas del financiamiento) en la sede de Falivene Constructora SRL, ubicada en calle La Rioja al 100. El sistema, enmarcado en un convenio para la demanda libre entre el Instituto Provincial de la Vivienda y Desarrollo Urbano (IPV), el sindicato y la empresa, fue criticado por el secretario de Vivienda de la Nación, Domingo Amaya.

El titular de la constructora, Juan Carlos Falivene, le aseguró a LA GACETA que el cobro de los lotes en las instalaciones de la firma fue aplicado a modo de colaboración con la delegación local del Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor de la República Argentina (Smata). “Por convenio, la responsable del 80% de las viviendas es, en este caso, Smata (el 20% corresponde al IPV). Hay obras similares que se están llevando adelante con otras entidades intermedias. Pero el cobro es una cuestión operativa. Por ejemplo, nos permite el armado de la documentación que luego debe ser presentada ante el Instituto de la Vivienda, para el control de los requisitos”, señaló el empresario. Destacó además la intervención del Tribunal de Cuentas en el trámite.

Por su parte, el interventor del IPV, Gustavo Durán, remarcó que muchos barrios, además del próximo a edificarse en Las Talitas, han sido ejecutados bajo el régimen de demanda libre. “No es una modalidad que se inventó en este gobierno, sino hace muchos años. Las entidades intermedias, como los gremios o los colegios de profesionales, donan los terrenos y, junto con sus afiliados, ponen las condiciones. El IPV no tiene nada que ver”, aseguró.

Amaya formuló observaciones con respecto a este tema, y avisó que analiza la implementación de fondos fiduciarios, como ya se aplicó en Tierra de Fuego. Ante esto, Durán señaló que no está en contra de que cambie el mecanismo. “Me encantaría que tengamos los terrenos. Si las nuevas autoridades nacionales no están de acuerdo (con el sistema), lo cambiamos. Pero estas son operatorias normales, no me parece correcto que se haga política con estos temas”, afirmó Durán.

Además, refutó las críticas recibidas desde la oposición. “Jamás ninguna fuerza contraria al gobierno ha formulado un solo reconocimiento. Hicimos 25.000 viviendas bien hechas, 40.000 mejoramientos habitacionales... pero la oposición está hecha para la crítica. Y si los medios la ayudan, la cosa no se vuelve pareja”, aseveró el funcionario.

El barrio de Las Talitas estará dividido en dos sectores, que a la vez se subdividen en cuatro tramos. Por un lado, Smata aportó los terrenos para 250 viviendas, que ejecutará Falivene en dos tandas de 125 cada una. Por otro, la Asociación del Personal de Tribunales de Cuenta de la República Argentina (Apectra) aportó las tierras para las restantes 250 casas, que serían edificadas de modo similar por la firma Armengol. Los fondos son aportados por la Nación, en el marco del programa “Techo Digno”. El proyecto significará a priori una inversión de $ 129,6 millones para el sector de Smata, y de $ 133 millones para el de Apectra.

La semana pasada, lectores enviaron mensajes vía WhatsApp a este diario advirtiendo que las casas sociales de Las Talitas, lanzadas en un acto hace dos semanas, estaban siendo comercializadas a través de Falivene. El titular de la constructora aclaró que, más allá de esta operatoria, ellos sólo se encargan de la ejecución de la obra, mientras que los lotes son responsabilidad de Smata. “La entidad (por el gremio) compra el terreno. Al donarlo con cargo al IPV (otorga el 20% de los cupos), después tiene que recuperar la inversión realizada. Y eso lo hace vendiendo los lotes. La empresa constructora no tiene nada que ver, más allá de la cuestión operativa”, sostuvo.

Añadió que esta metodología comenzó a ser aplicada con la llegada de Raúl Alfonsín a la Nación, en 1983 y que, desde entonces, se edificaron decenas de barrios bajo estos parámetros, a través de diversas entidades intermedias y constructoras. “Considero que el sistema es bueno, en virtud de que la provincia y el IPV no tienen un banco de proyectos para licitar en terrenos propios. Además, como la Nación pone los topes máximos de la obra en el pliego, con este mecanismo es imposible que haya sobreprecios”, aclaró Falivene.

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