De la corrupción zarista a la actual

De la corrupción zarista a la actual

Ricardo Salim dirige “El inspector”, con actores de la Fundación Teatro Universitario y del Estable

ENSAYO CON VESTUARIO. “El inspector” recrea la indumentaria de época. LA GACETA / FOTO DE ANTONIO FERRONI.- ENSAYO CON VESTUARIO. “El inspector” recrea la indumentaria de época. LA GACETA / FOTO DE ANTONIO FERRONI.-
29 Julio 2016

DEBUTAN HOY
• A las 22, en la sala Orestes Caviglia (San Martín 251).

“Hablo del poder de la corrupción y de la corrupción del poder, temas que están plenamente vigentes. El público se va a reír, pero luego pensará de qué se está riendo y van a terminar conversando del tema”, resalta de entrada Ricardo Salim para presentar “El inspector”, que estrenará esta noche en la sala Orestes Caviglia.

El director teatral aborda de entrada, en el diálogo con LA GACETA, sus razones y sus motivaciones al haber elegido la obra del ruso Nikolai Gogol, sobre la cual realizó una adaptación. “Me parece muy oportuna, pese a que es una obra clásica de 1826. Cuando la escribió, al autor le costó el exilio en la época de los zares, porque decía verdades de lo que ocurría entre los empleados públicos de los pueblos”, señala.

La idea de montar este texto, que aborda la conmoción que genera en un pueblo la llegada de un inspector que va a controlar los gastos administrativos, no es nueva: “hace años que quiero hacerla porque es una comedia fantástica, muy divertida y con una agilidad impresionante”. Para ello, Salim redujo la propuesta original de Gogol de más de cuatro horas, a una versión libre que dura poco más de 100 minutos, con menos personajes que la original, pero respetando el argumento.

- Venías de hacer un musical, como el homenaje al Quijote, y saltás a una comedia.

- Lo más difícil es elegir qué hacer en el año. El Quijote nos llevó mucho tiempo estudiarla, pero no menos “El inspector”, que vengo trabajándola desde diciembre del año pasado. La puesta es compleja en sus desplazamientos, porque hay un juego escénico que se disfruta mucho.

- ¿Está hecha respetando la época en que se escribió?

- Sí, porque creo que es más gracioso y más educativo ver que el paso del tiempo mantiene los mismos vicios. La escenografía no es realista, pero sí el vestuario. No es un pasquín agresivo de simple crítica, porque la corrupción se da en todo tiempo, en todo país y en todo Gobierno, por más triste que sea. Y cuando se puede ver desde afuera como con el hecho artístico, se lo puede analizar.

- En tanto funcionario público, ¿cómo te sentís con tantas denuncias de corrupción?

- Ocupé cargos en la función pública en las gestiones de Amado Juri, Fernando Riera, Julio Miranda, José Alperovich y ahora, con Juan Manzur. Tengo mucha experiencia, y hay funcionarios que son sanos y honestos y otros que no. Uno ve todas esas cosas, están presentes al lado de uno, porque hay quienes coimean y hacen la suya. Estamos en una situación crítica y uno toma la decisión de seguir un cierto camino.

- ¿Te preocupa?

- Por supuesto que sí. En todos los Gobiernos hubo casos, algunos manipulados por la prensa, otros reales y varios pasaron sin que nadie haga nada.

Elenco numeroso

El elenco de 21 artistas reúne a tres integrantes del Teatro Estable del Ente Cultural de Tucumán, Andrés D’Andrea, Ricardo Podazza y Nelson Alfonso, con numerosos miembros del elenco de la Fundación Teatro Universitario, como Sergio De Filippo, Claudia Fermoselle, Laura Hernández, Javier Maidana, Josefina Legorburu y Adriana Benimelli, entre otros.

Salim convocó especialmente a actores jubilados del Estable para papeles de relevancia: Nelson González (padre de Nelson Alfonso y con quien compone un par de mellizos), Héctor Marcaida y Vicente Tejerina. “Varios hacen más de un papel”, señaló el director.

La propuesta es una coproducción entre la Fundación Teatro Universitario, el Ente Cultural de Tucumán y el Ente del Bicentenario. “Vamos a cooperativa y a porcentaje”, aclara Salim.



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