“Ella hacía lo que quería conmigo”, le gritó la víctima a Daniela Milhein

“Ella hacía lo que quería conmigo”, le gritó la víctima a Daniela Milhein

F.M. reiteró que Milhein y su ex pareja la drogaban y la obligaban a ejercer la prostitución. Los gritos de la mujer generaron conmoción en los Tribunales. Denunció que la drogaban para que vendiera su cuerpo.

CON MULETAS. Milhein y su ex pareja fueron retirados de la sala para que la víctima pudiera declarar. la gaceta / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO CON MULETAS. Milhein y su ex pareja fueron retirados de la sala para que la víctima pudiera declarar. la gaceta / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
28 Julio 2016
Los gritos traspasaron las paredes de la sala y todos en el segundo piso del Palacio de Tribunales abrieron sus ojos con sorpresa cuando los escucharon. “¡Hija de puta, te odio!”, vociferaba F.M. La joven, que declaraba como víctima, se refería a Daniela Milhein. Esta última y su ex pareja Alejandro González están acusados de haberla secuestrado y explotado sexualmente durante siete meses.

Milhein y González ya fueron condenados por el caso Marita Verón. Fue en ese juicio cuando se conoció el caso de F.M. Al hablar como testigo, la joven contó que la secuestraron, la drogaron, la obligaron a ejercer la prostitución y que en una de las cinco casas donde estuvo retenida vio a Marita.

Según consta en el expediente, F.M. tenía 16 años cuando la secuestraron, en mayo de 2002. La joven le contó a la fiscala de Instrucción Adriana Giannoni que iba camino a la carnicería cuando un auto se detuvo frente a ella. Dijo que en el vehículo estaban Milhein y González, quienes le taparon la boca y se la llevaron.

También figura en el expediente que F.M. conocía a la pareja porque había sido niñera de sus hijos, pero que después decidió no trabajar más porque no se sentía cómoda.

Llanto y gritos

El juicio contra ambos comenzó el martes en la Sala I de la Cámara Penal. El tribunal (integrado por Pedro Roldán Vázquez, Alfonso Zóttoli y María Alejandra Balcázar) escuchó ese día la declaración de Milhein, quien negó todas las acusaciones y aseguró que cuidaba a F.M. porque la jovencita era maltratada por su madre. “Ella se quería acostar con todos mis hermanos, por eso teníamos mala relación. Es una chica de la noche”, afirmó.

En la audiencia de ayer, González, el otro imputado, se abstuvo de declarar. Después fue el turno de la propia F.M. El tribunal ordenó desalojar la sala para proteger a la víctima y sólo quedaron las partes. Incluso los imputados se retiraron a una sala contigua.

El relato de F.M. fue conmovedor. Contó detalles del cautiverio, dijo que la drogaron con todo tipo de sustancias, que la golpearon y abusaron de ella en varias oportunidades. También mencionó la participación de otros integrantes de las familias de los imputados.

En un momento de su relato, F.M. no pudo contenerse más y comenzó a dar alaridos. “¡Explotadores de mierda! ¡Son una mierda!”, lanzó hacia los imputados, que la escuchaban desde el otro lado de la pared. “Esa gente es mala”, insistió segundos después. “Me banqué un montón de cosas estando ahí adentro. Ella podía hacer lo que quería conmigo”, siguió diciendo. Transcurrieron unos segundos de calma hasta que volvieron los alaridos: “¡Hija de puta, te odio! Te odio por todo lo que me has hecho y por todos los que has hecho que abusen de mí”.

A lo largo de su declaración, F.M. insistió en que uno de sus hijos sufre una discapacidad y culpó a los imputados por ello. Según aclaró después la querella (representada por los abogados Germán Díaz, Belén Lembo y María Rosa Ponce, de la Fundación María de los Ángeles), durante el cautiverio la joven contrajo una enfermedad de transmisión sexual. Eso, sumado a las drogas que la obligaron a consumir, hicieron que uno de sus hijos naciera con una discapacidad del 99.9%. Ayer, F.M. sacó una foto de la niña y se la mostró a los jueces. Ayer también se escuchó a la psicóloga Zaida Gatti, coordinadora del Programa Nacional de Rescate y Acompañamiento a las Personas Damnificadas por el Delito de Trata. Ella aportó las características de las víctimas de este delito y de sus captores.

Indicó que el 80% de los casos comienza con una oferta laboral engañosa, que las captoras suelen ser mujeres y que, al principio, estas se muestran cariñosas y maternales. Respecto a las víctimas, puntualizó que estas experiencias dejan secuelas como baja autoestima, vergüenza, sentimiento de culpa y responsabilidad por su situación. También remarcó que en las víctimas hay una tendencia al olvido, por no querer volver a esa situación, y una falta de cronología en sus relatos.

El tribunal ordenó un cuarto intermedio hasta la semana que viene. El juicio se reanudará el miércoles a las 9 y tendrá doble jornada.

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