La aventura se vive por aire, tierra o agua

Abel Abregú se puso el chaleco salvavidas. Lo mismo hizo su esposa Marcela y los tres hijos Sebastián, Nicolás, y Martín. Estaban preparados para dar un paseo de media hora en lancha por el dique El Cadillal. El único que no se puso chaleco, pero igual estaba listo para subir a la embarcación era Chester, un perro de pelo marrón suave, muy sociable y acostumbrado a salir de vacaciones con toda la familia.

El paseo por el embalse es una de las tantas atracciones que se ofrecen a los tucumanos y a los turistas que llegan a pasar el día por las vacaciones de invierno.

“Esto es hermoso; está espectacular. Aparte, el día se presta para salir a pasear”, comentó el jefe de la familia. Abel es santiagueño, pero vivió un tiempo en Tucumán. Se casó con una tucumana y, por razones laborales, se instaló en Almagro, provincia de Buenos Aires. “Cada vez que podemos volvemos, porque los chicos nacieron en Buenos Aires, pero tienen aquí a sus abuelos”, explicó.

El paseo en lancha sale desde el muelle, al pie del anfiteatro y recorre el espejo de agua hasta la cuarta bahía, en el sector llamado “Cementerio Indio”.

Sergio Wilde, un experto en deportes acuáticos y de riesgo extremo, conduce la embarcación. “La gente se engancha porque es otra manera de descubrir el dique”, dijo el propietario de la firma SW Tucumán Aventura, concesionaria del Ente de Turismo.

“Nosotros estamos acostumbrados a trabajar con grupos; para eso tenemos toda la infraestructura necesaria -precisó-; aquí estuvieron las leonas, los pumas, entre otros tantos”, agregó.

En los días soleados, el dique El Cadillal recibe más visitantes. Sin embargo, la movida comienza después del mediodía. La mayor afluencia de gente se da a partir de la siesta.

En esta semana de vacaciones, se mezclan las tonadas del interior argentino y de la Capital Federal. En su mayoría son grupos familiares con hijos y también algunos de estudiantes del nivel secundario que deciden pasar el día al aire libre.

No está el catamarán Arquímides, pero hay otras opciones para disfrutar en contacto directo con la naturaleza.

Además, hay varios bares que ofrecen menú variado y cafetería para descansar bajo el sol tibio del invierno. Sebastián “Chocolate” Pece supervisa los lanzamientos en la tirolesa, un cable de 240 metros de extensión. También coordina las salidas de los visitantes en la lancha con motor. “Los turistas que llegan no dudan en usar todas las instalaciones; ellos se prenden en trekking, tirolesa, escalada, arquería y, si tienen tiempo, hacen cabalgatas”, dijo.

En las alturas 
El desafío de trepar el muro

Escalar el muro con todas las medidas de seguridad es un tentador desafío para jóvenes y adultos. También se animan los niños, ya que el ascenso se realiza bajo la supervisión de un experto. Los aventureros son sujetados por arneses. El muro, con una extensión de 8 metros de largo por 9 metros de alto, se presenta desafiante para escalar. La sensación del ascenso observando el dique es imponente. Desde el punto de vista físico estimula las acciones de trepada y fuerza de tracción de chicos y grandes. Precio $ 100 por persona.

Mantener el equilibrio 
Recorrer el dique sobre una banana

Un paseo en la banana es una experiencia única y divertida para los grupos. Cada uno de los participantes debe colocarse un chaleco salvavidas antes de acceder al agua. El gomón se engancha a una lancha que dirige el recorrido dentro del embalse. “Tomar velocidad en el agua y evitar caerse en el trayecto es el desafío que atrae a los más jóvenes”, dijo Sebastián Pece. El joven conoce el dique porque fue guardavida, es profesor de Educación Física, y trabaja con la firma SW Tucumán Aventuras desde hace cinco años. 

A remarla 
Una variada oferta para los visitantes

“Es la propuesta más completa de turismo activo que tiene la provincia en este momento en el dique El Cadillal”, aseguró Sergio Wilde, propietario de la firma SW Tucumán Aventuras, que administra los servicios para los visitantes. “Cabalgatas, paseos en kayak, paseos en lanchas, en una banana, bicileta, un muro de escalada con tres tipos diferentes de dificultades y se pueden combinar estas actividades”, detalló. El experto dijo que el trekking a la casacada lleva entre cuatro y cinco horas. 

En aerosillas 
Una “mateada” en la cumbre

Una actividad ideal para disfrutar de uno de los paisajes más bellos y exóticos del embalse es el ascenso en aerosillas. El paseo está habilitado todos los días y atrae a grandes y chicos que llegan dispuestos a disfrutar del área de transición entre las yungas y el chaco serrano, que conforman un lugar único. Al atardecer el embalse cambia de color, mientras el sol dibuja una línea de fuego sobre el agua. En la cumbre es común ver a familias “mateando”, mientras otros recorren el sendero señalizado en el corazón de la selva.

Deportistas en grupos 
Entrenar en contacto con la naturaleza

Los grupos de deportistas son los que más se tientan con la posibilidad de pasar unos días en El Cadillal, mientras se preparan físicamente para la competencia. El entrenamiento al aire libre y en contacto con la naturaleza le da otro sabor al esfuerzo. En noviembre del año pasado, el seleccionado argentino de hockey “Las Leonas” aprovecharon su paso por Tucumán para entrenar bajo la dirección de Tucumán Aventuras. Aquella preparación se dio antes de la serie de amistosos contra la selección de Inglaterra.

Los precios de la aventura

$ 100 por persona cuesta deslizarse por la tirolesa de 240 metros.

$ 100 para dos personas cuesta el alquiler de kayak y canoas.

$ 250 cuesta la salida de pesca por el embalse.

$ 100 cuesta el paseo en lancha y en banana.