"Cerrar el zoológico es lo más difícil"

"Cerrar el zoológico es lo más difícil"

El ex director del zoológico de Buenos Aires contó detalles de su experiencia.

LIBERACIÓN COMPLICADA. Los monos que tiene la reserva de Horco Molle fueron rescatados y rehabilitados, difícilmente sobrevivirían si los sueltan. LIBERACIÓN COMPLICADA. Los monos que tiene la reserva de Horco Molle fueron rescatados y rehabilitados, difícilmente sobrevivirían si los sueltan.
12 Julio 2016
Claudio Bertonatti es naturalista, museólogo y docente. Asumió como director del zoológico de Buenos Aires en 2012. Un año después renunció. Las razones: nunca pudo -o no lo apoyaron- llevar adelante su idea de transformarlo en un moderno centro de educación ambiental y de conservación de fauna. La crisis de la institución (que había sido privatizada por el Gobierno) se cobró la vida de muchos animales, entre ellos la de un oso polar que apareció muerto en su jaula en la madrugada de Navidad, luego de una jornada en la que la sensación térmica fue de 40 grados. Bertonatti había planeado -sin éxito- trasladar el oso a una reserva del hemisferio norte.

- ¿Hay que cerrar los zoos?

- Los zoos no tienen que cerrarse, sino transformarse en centros de conservación y de educación. Deben funcionar como una suerte de “Cruz Roja” de la naturaleza argentina para salir al cruce de las emergencias ambientales. Eso debe acoplarse con la tarea de rehabilitación y liberación de esos animales. Pero como muchos no podrán rehabilitarse ni liberarse (por distintas discapacidades) es bueno educar con ellos. Su exhibición con educadores de por medio es clave para atacar las causas que provocaron que ese animal esté privado de volver a la naturaleza. Muchos piensan que existiendo tantos recursos tecnológicos es innecesario exhibirlos, pero el impacto emocional que provoca verlos es una herramienta educativa difícil de reemplazar.

- ¿Sirven como alternativa las reservas? En Tucumán tenemos dos de este tipo...

- Para rescatar la naturaleza existen dos tipos de instituciones: las dedicadas a la conservación en el lugar, en las áreas naturales, como los parques nacionales, reservas provinciales, municipales y privadas, y las dedicadas a la conservación fuera de la naturaleza, como los museos, los jardines botánicos, los acuarios y los zoológicos. Todas estas instituciones son necesarias y complementarias, porque realizan trabajos diferentes pero con los mismos objetivos: educar, conservar, investigar. La crisis ambiental del país indica que no se puede prescindir de ninguna de ellas. El desafío no es que cierren, sino que funcionen bien.

- ¿Se terminará imponiendo el modelo “ecoparque”, que ahora desarrollará el Gobierno porteño?

- La expresión “ecoparque” no se utilizó hasta ahora para este tipo de instituciones. No es necesario inventar nada nuevo. En el mundo los zoológicos que evolucionaron funcionan como Centros de Conservación. La mayoría sigue conservando su nombre histórico porque no le dan la connotación negativa que para nosotros tiene la palabra “zoológico”. Sucede que en la Argentina prácticamente no hay zoológicos, sino colecciones de animales vivos. Un zoológico conserva, educa, recrea, investiga y mantiene sus animales en las mejores condiciones de bienestar animal.

- ¿Cómo puede educar un zoológico?

- Dando a conocer la naturaleza argentina, sus amenazas o problemas, lo que el Estado hace para revertirlos y, lo más importante: lo que el visitante puede hacer para colaborar. Un visitante que ingresa y recorre un centro de conservación debe salir shockeado, conectado racionalmente con este tema y emocionado, motivado a “recoger el guante” y gestar un cambio. Estos lugares deben inspirar admiración, amor, valoración y gratitud por la naturaleza. Decir “hay que cerrar” todos los zoológicos es más fácil y cortito. Pero está mal.

- ¿Cree que la exhibición realmente surte algún efecto?

-Es un error asumir que toda exhibición es negativa, como creer que todos los animales cautivos padecen zoocosis (conductas estereotipadas y repetitivas que realizan los animales en cautiverio debido a su estado de estrés, soledad, hastío, apatía). Los que defendemos la transformación de los zoológicos en centros de conservación estamos en contra de exhibiciones con meros fines comerciales o circenses. Estamos a favor de las exhibiciones educativas y las recreativas que no son invasivas. En definitiva, una exhibición de animales silvestres puede ser buena o mala según “qué” se exhiba, “para qué” se exhiba y “cómo” se exhiba.

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