01 Julio 2016
A TODA MÁQUINA. Fue incesante el trabajo en el patio del museo. LA GACETA / FOTO DE ANALÍA JARAMILLO.
El último día de junio fue de un intenso trajín en el Museo Casa Histórica de la Independencia. Aunque el frente de lo que fue la casona de Francisca Bazán de Laguna lucía inmaculado, desde el interior se escuchó la incesante la labor de quienes ultimaban los aprestos del solar que albergó al Congreso de 1816. Casi una evocación al oír de ruidos de rotas cadenas...
Precisamente, el contraste con el rostro inmaculado que da a la calle Congreso (la segunda cuadra peatonal del Paseo de la Independencia) estaba dado por las urgidas labores que se llevaban a cabo en el patio que da a la calle 9 de Julio. Cerca del mediodía, podía apreciarse un ir y venir de personas que desarmaban andamios y armaban la estructura de una carpa, en el espacio enmarcado por los bajorrelieves de Lola Mora.
El apuro tenía una razón específica. Anoche, a las 20, se realizó la ceremonia de inauguración de las obras de reacondicionamiento. Para llevarlas adelante, la Casa Histórica permaneció cerrada al público desde comienzos de mayo.
Precisamente, el contraste con el rostro inmaculado que da a la calle Congreso (la segunda cuadra peatonal del Paseo de la Independencia) estaba dado por las urgidas labores que se llevaban a cabo en el patio que da a la calle 9 de Julio. Cerca del mediodía, podía apreciarse un ir y venir de personas que desarmaban andamios y armaban la estructura de una carpa, en el espacio enmarcado por los bajorrelieves de Lola Mora.
El apuro tenía una razón específica. Anoche, a las 20, se realizó la ceremonia de inauguración de las obras de reacondicionamiento. Para llevarlas adelante, la Casa Histórica permaneció cerrada al público desde comienzos de mayo.
Lo más popular
