Una guitarra entre rascacielos

Una guitarra entre rascacielos

El músico tucumano está realizando un curso en Nueva York en el Jazz At Lincoln Center, que dirige el famoso trompetista Wynton Marsalis. Sus referentes.

Las síncopas brincan en las pupilas. Se trepan a las cejas. Sílabas de jazz cantan en sus labios. Un gesto enajenado de ojos vuela hacia su interior. “Eres un misterio… qué me has hecho, yo estaba contento hasta que llegaste tú y me emocionas con tu canción…”, le confiesa en sueños una voz. Los dedos deambulan con urgencia en el encordado, rastreando el alma de ese “Beautiful love” que desnuda en la eléctrica guitarra.

Desde hace muchos años es uno de los animadores de la noche jazzera tucumana, a través de distintas formaciones y del Córdoba Jazz Camp; ladero en más de una oportunidad del destacado violero estadounidense John Stowell. La vida de Julio González Goytía se enredó a la guitarra tempranamente y lo ha llevado ahora a Nueva York, donde está realizando un curso de dirección de bandas de jazz en la Band Director Academy, del Jazz At Lincoln Center, que dirige el afamado trompetista Wynton Marsalis. “Son cinco días intensos con clases, jam sessions y un concierto final. Luego voy a un Jazz Camp en Shell Lake, ciudad cerca de Minneapolis. Esta posibilidad se da gracias a mi amigo Germán Siman, baterista y director del Córdoba Jazz Camp. El me convocó para dar clases, confió en mí y pude conocer y tocar a grandes músicos, entre ellos Matt Butterman quien es profe de guitarra en Jazz At Lincoln Center, con quien compartimos clases y tocadas hace un par de años”, contó poco antes de su partida.

- ¿Es tu primer viaje a la patria de Duke Ellington?

- Sí, hace años hice un curso con profes de Berklee School of Music de Boston, de la que hay varios tucumanos que estudiaron allí, y saqué una beca pero nunca pude irme, por cosas de la vida, qué sé yo, pero se ve que si uno le pone ganas a las cosas siempre hay nuevas oportunidades. Por supuesto voy a aprovechar para recorrer todos los lugares donde se toque jazz en Nueva York, y tocar todo lo que pueda con quien se me cruce.

- ¿Con qué corriente del jazz te sentís más identificado?

- Me gusta más hablar de personas que han creado un estilo que se reconoce al escuchar unos cuantos compases, y en ese sentido me gustan cosas que pueden parecer opuestas. Me vuela la cabeza Django Reinhardt tanto como Kurt Rosenwinkell, me mata escuchar la orquesta de Count Basie o el trío de Ari Hoenig.

- ¿Se puede hablar de un jazz con características tucumanas o de tucumanos que hacen jazz?

- Gracias al cielo que hay músicos de jazz en Tucumán. Me parece que hay una historia de jazz en Tucumán y mucha gente hizo cosas lindas acá; yo también trabajo para eso.

- ¿La guitarra es una costilla del alma?

- Si Dios hizo a Eva con una costilla de Adán, bueno, la guitarra es esa compañera. Si le prestas la suficiente atención, ella te devuelve ese cariño y capaz que te deja hacer algo que no olvidarás.

- Si te dijeran que te vas a morir en seis minutos, ¿qué tocarías?

- Creo que tocaría una canción de cuna que compuse para mis hijos hace tiempo. No es una canción de cuna tradicional, es un poco retorcida como me gusta. Cualquier cosa que uno toca, de todas maneras, lleva la marca de lo que uno es y de lo que fue... O a lo mejor ¡saldría corriendo a esconderme!

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios