25 Junio 2016
ATAQUE MORTAL. Juan Alberto Concha recibió dos disparos en la espalda. Perdió la vida antes de llegar al hospital. LA GACETA / FOTO DE Analía Jaramillo (ARCHIVO)
Juan Alberto Concha cayó muerto luego de recibir dos balazos el 14 de junio. El joven de 23 años, que estaba casado y tenía dos hijas, habría sido atacado a tiros por un “transa” del barrio Juan XXIII, también llamado “La Bombilla”. El acusado de ser el presunto autor del homicidio, un tal “Pelao”, ya se encuentra detenido. Sin embargo, minutos antes de su muerte, Concha habría tenido una fuerte discusión que incluso habría llegado a los golpes con dos hermanos. Estos dos sujetos fueron detenidos ayer por orden del fiscal Diego López Ávila, con el objetivo de terminar de armar el rompecabezas de los últimos minutos de vida de la víctima.
Por esta razón la División Homicidios y Delitos Complejos -a cargo del comisario Hugo Cabezas y Sergio Cuellar- se internó en la zona y realizó cuatro allanamientos. En uno de ellos, en una casa de la zona de Paso de los Andes y Bolivia, se encontró a los dos hermanos -de 23 y 19 años- sobre los que pesaba una orden de detención. Por lo que se pudo saber, ambos cuentan con antecedentes policiales por robo y hasta hace poco tiempo estuvieron alojados en el penal de Villa Urquiza.
Este dato de los antecedentes puede ser crucial para la investigación. Es que, desde un primer momento, la Policía barajó la posibilidad de que el asesinato fuera por un ajuste de cuentas. Concha había sido acusado por un vecino de haber ingresado a su casa y de haberle robado un televisor, un sillón y una mesa plástica. Por este motivo, siempre según la hipótesis de los investigadores, un cómplice lo habría ajusticiado por no repartir el botín.
Esta hipótesis indignó a la familia del joven fallecido. En diálogo con LA GACETA confirmaron que Concha tenía problemas con las drogas, pero dijeron que no robaba. “La Policía miente. Él no había robado. Lo mató uno que le dicen el ‘Pelao’ que es un ‘transa’ del barrio. Él no robaba. Él trabajaba todo el día en su carro para comprarse la droga que consumía. También lo hacía para llevar el pan para sus dos hijas menores”, contó, entre lágrimas su esposa y madre de sus hijas, Blanca Alderetes.
Por otro lado la hermana de la víctima, Tamara Concha, contó lo que pudo reconstruir de ese momento, según lo que le dijeron algunos testigos. “Él estaba con un grupo de amigos en la esquina de la casa. Vino el ‘Pelao’ con otra persona en una moto y comenzó a pegarle. Después nos enteramos de que le habían pegado un tiro en la espalda. No puedo decir qué problemas tuvo con él, pero no lo mataron por un robo. Lo mataron como a un perro”.
El joven recibió los dos disparos en la espalda. Cuando llegó al Hospital Avellaneda, ya estaba muerto.
Sorprendidos
El resultado de los allanamientos no sólo arrojó un resultado positivo para la Justicia en relación al homicidio, sino también en otros dos casos. Mientras la Policía se encontraba en el lugar, sorprendió a dos personas que estaban siendo buscadas por dos delitos. Se trata de un adolescente de 17 años y de un joven de 23 que se encontraban caminando por las calles de “La Bombilla”. Al más grande se lo acusa de robo agravado; y al menor, por portación ilegal de armas.
Por esta razón la División Homicidios y Delitos Complejos -a cargo del comisario Hugo Cabezas y Sergio Cuellar- se internó en la zona y realizó cuatro allanamientos. En uno de ellos, en una casa de la zona de Paso de los Andes y Bolivia, se encontró a los dos hermanos -de 23 y 19 años- sobre los que pesaba una orden de detención. Por lo que se pudo saber, ambos cuentan con antecedentes policiales por robo y hasta hace poco tiempo estuvieron alojados en el penal de Villa Urquiza.
Este dato de los antecedentes puede ser crucial para la investigación. Es que, desde un primer momento, la Policía barajó la posibilidad de que el asesinato fuera por un ajuste de cuentas. Concha había sido acusado por un vecino de haber ingresado a su casa y de haberle robado un televisor, un sillón y una mesa plástica. Por este motivo, siempre según la hipótesis de los investigadores, un cómplice lo habría ajusticiado por no repartir el botín.
Esta hipótesis indignó a la familia del joven fallecido. En diálogo con LA GACETA confirmaron que Concha tenía problemas con las drogas, pero dijeron que no robaba. “La Policía miente. Él no había robado. Lo mató uno que le dicen el ‘Pelao’ que es un ‘transa’ del barrio. Él no robaba. Él trabajaba todo el día en su carro para comprarse la droga que consumía. También lo hacía para llevar el pan para sus dos hijas menores”, contó, entre lágrimas su esposa y madre de sus hijas, Blanca Alderetes.
Por otro lado la hermana de la víctima, Tamara Concha, contó lo que pudo reconstruir de ese momento, según lo que le dijeron algunos testigos. “Él estaba con un grupo de amigos en la esquina de la casa. Vino el ‘Pelao’ con otra persona en una moto y comenzó a pegarle. Después nos enteramos de que le habían pegado un tiro en la espalda. No puedo decir qué problemas tuvo con él, pero no lo mataron por un robo. Lo mataron como a un perro”.
El joven recibió los dos disparos en la espalda. Cuando llegó al Hospital Avellaneda, ya estaba muerto.
Sorprendidos
El resultado de los allanamientos no sólo arrojó un resultado positivo para la Justicia en relación al homicidio, sino también en otros dos casos. Mientras la Policía se encontraba en el lugar, sorprendió a dos personas que estaban siendo buscadas por dos delitos. Se trata de un adolescente de 17 años y de un joven de 23 que se encontraban caminando por las calles de “La Bombilla”. Al más grande se lo acusa de robo agravado; y al menor, por portación ilegal de armas.
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