Altamirano plantea una lucha conjunta

Altamirano plantea una lucha conjunta

El asesor está convencido que deben involucrarse todos los factores que intervienen en la actividad.

25 Junio 2016
La actividad citrícola tucumana es parte del paisaje, de la cultura y motor de nuestra economía, por lo que debemos cuidarla y afianzarla con nuevos horizontes, pero con la responsabilidad de evitar el ingreso de enfermedades que compliquen el futuro, dijo el asesor Marcelo Altamirano. Nuevas oportunidades tonifican al moderno y pujante sector de la economía tucumana, como lo es el posible ingreso de fruta fresca a los EEUU.

Así como aparecen las oportunidades, las amenazas están presentes en el horizonte: nubes negras se acercan a nuestros limoneros; se trata de la amenaza del HLB, enfermedad trasmitida por una chicharrita, letal para los cítricos, tan devastadora, que de ingresar al NOA podría herir de muerte a la actividad. Significará pérdidas millonarias, sumirá en la pobreza a miles de tucumanos y destruirá una cadena agroindustrial ejemplar y exitosa. Evitar que ingrese el HLB a Tucumán y el NOA es responsabilidad de todas las partes vinculadas con la actividad limonera, pero sobre todo de los gobiernos de la región, la Nación y entes sanitarios.

Hoy no tenemos el vector de la enfermedad en Tucumán, sí en el Norte, por lo que la prioridad número uno, es, que ni siquiera ingrese una ramita o parte vegetal de ninguna especie que no se encuentre controlada por los organismos sanitarios y auditada por las asociaciones de productores, empacadores e industriales del NOA. También es necesario establecer la obligatoriedad de controlar químicamente el vector por parte de productores y avanzar sobre el control biológico del mismo. Organismos como el Senasa, apoyados por las fuerzas de la ley, deben ejercer el poder de policía y el sistema de Barreras Fitosanitarias en las fronteras del NOA y Tucumán, impidiendo el tránsito de material vivo y envases de fruta.

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