“Después de apuñalarme siete veces me dijo ‘ojalá te mueras’ y se escapó”, dijo la víctima

“Después de apuñalarme siete veces me dijo ‘ojalá te mueras’ y se escapó”, dijo la víctima

La mujer acusó a su ex pareja, y padre de uno de sus hijos, de haber querido matarla; hoy se presentarán los alegatos

FUERTE RELATO. Melina Caro contó que sufría amenazas y relató el momento en que fue apuñalada siete veces. FUERTE RELATO. Melina Caro contó que sufría amenazas y relató el momento en que fue apuñalada siete veces.
23 Junio 2016
“Él me agarró la cara con una mano y me clavó el cuchillo en el cuello. Después lo quiso sacar pero sólo salió el mango, la hoja quedó adentro. Después de apuñalarme siete veces me dijo ‘ojalá te mueras’ y se escapó”, relató Melina del Valle Caro ante el tribunal que lleva adelante el juicio a su ex pareja, Héctor Hernán Ruiz Rojas, por intento de homicidio. El hecho ocurrió en septiembre del 2009 en barrio 11 de Marzo. Ese día, la joven recibió siete puñaladas en el fondo de su casa. Se espera que hoy, después de los alegatos de la fiscalía, la querella y la defensa, los jueces dicten sentencia.

Según el relato de Caro, la pareja se formó en 2007 y al poco tiempo, ella quedó embarazada. Pese a que ambos eran muy jóvenes -ella tenía 18 y él 21 en ese momento-, incluso se fueron a vivir juntos. Sin embargo, ella lo dejó. “Él no quería trabajar y teníamos que vivir de lo que nos daban nuestros padres. Me cansé y lo dejé”, explicó .

La joven -que ahora vive en Villa Gesell junto con sus dos hijos-, contó que Ruiz Rojas no tomó bien la separación y “en todo momento me amenazaba con matarme y con matarse”. Ella no le dio importancia hasta cinco días antes de sufrir las puñaladas.

Amenazas de muerte


“La primera vez que me amenazó, estaba en el Hospital de Niños porque mi hijo estaba internado. Me dijo que si no estábamos juntos me iba a matar, que no iba a estar con nadie más que con él. En ese momento lo sacó la gente de seguridad del hospital. Tres días después, fue a mi casa. Cuando le dije que no íbamos a volver, me puso la cuchilla en la garganta. Por miedo, le dije que le iba a dar otra oportunidad”, expresó Caro. Dos días después, un médico la tuvo que operar para sacarle la hoja de un cuchillo del cuello.

Ese día, según Caro, su ex pareja se llevó al hijo de ambos hasta la vivienda de sus padres -vivían a cuatro casas- y a los 15 minutos volvió a buscar la mamadera del bebé. Por enésima vez, él le habría pedido volver, pero ella lo rechazó.

Siete puñaladas

“La primera puñalada fue a la cara. Puse la mano y el cuchillo me traspasó un dedo. Él no gritó y yo tampoco. Después me hundió la hoja en el brazo, en la espalda tres veces, en la pierna y en el cuello. Yo no me defendí porque no reaccioné. No lo podía creer. En ese momento no sentí dolor, lo único que recuerdo es el ruido que hizo cuando se le rompió el mango”, agregó, al borde de las lágrimas. El fiscal Carlos Sale, al verla así, le pidió varias veces disculpas antes de solicitarle que diera detalles del ataque.

El acusado, por su parte, no escuchó el relato de Caro. Antes de que ella se sentara a declarar, pidió retirarse del recinto. La semana pasada, en su turno, dijo que la mujer se apuñaló a sí misma. “Me hice para atrás y traté de sacarle el cuchillo de la mano. Fue un parpadeo: cerré los ojos, los abrí y estaba lleno de sangre. Salí corriendo, pero no sabía ni a dónde ir; sólo recuerdo que iba corriendo por la ruta. Estaba en shock”, contó. “Yo no tenía el cuchillo. No amenacé con matarme jamás”, respondió la joven.

Heridas sin cerrar

“‘’Andate, andate’, me dijo Melina para que no me acerque, porque pensaba que nos iba a matar a las dos. Cuando él se fue, llamamos a una ambulancia. La enfermera le tapó el cuello y nos dijo que tenía varias heridas, que nosotros no habíamos visto. No pensaba que él fuera capaz de esto”, analizó la hermana de la denunciante, Priscila Noemí Caro.

Luego de una operación de urgencia y de varios días internada, la joven madre se recuperó por completo, pero sólo en lo físico. Según su hermana, hay heridas que no cierran: “Ella siempre está con bufandas y no usa shorts para que no se vean sus cicatrices. Vive en Villa Gesell y no usa traje de baño. Este ataque le afecta emocionalmente”.

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