“El teatro no es un partido político, tiene que hacer gozar”

“El teatro no es un partido político, tiene que hacer gozar”

La dramaturga más importante del país dice que, en tiempos difíciles, la función del arte es resistir.

VISITA ILUSTRE. Gambaro recibió ayer el premio a la Trayectoria Nacional. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO. VISITA ILUSTRE. Gambaro recibió ayer el premio a la Trayectoria Nacional. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO.
31 Mayo 2016
Lúcida, pícara, generosa en la charla, atenta con sus interlocutores. Griselda Gambaro es, en la ronda de periodistas, un centro inevitable, irresistible. No sólo por la trayectoria que la antecede -es considerada la dramaturga más importante del país-, sino por el filo de sus ideas y la sensatez y perspicacia con que las expresa. Y, además, por lo ajena que parece a la admiración que provoca: Gambaro -de 87 años- está en Tucumán para recibir el premio a la Trayectoria Nacional en la Fiesta del Teatro, pero dice que eso no le genera vanidad alguna. “Me conocen, me estiman, me dan este premio”, sintetiza.

- La nombran como la gran dramaturga argentina.

- Bueno, pero eso es asunto de otros, no mío (risas).

- ¿No se siente identificada con ese rótulo?

- No. Si uno quiere trabajar con fuerza y honestidad no tiene que distraerse con criterios ajenos.

- ¿Este homenaje es una ocasión para mirar en retrospectiva?

- No, uno vive hacia adelante o en el presente. Yo sé que trabajé toda mi vida, no por obligación sino por una necesidad que en primer lugar me hacía feliz a mí y que, además, era el cumplimiento de algo, de un impulso muy secreto y profundo que me decía: hay que escribir, hay que estar sentada varias horas por día, todos los días, hay que observar el mundo con cierta mirada.

- Su teatro es muy político y social. ¿Ve compromiso político en los dramaturgos actuales?

- En algunos sí, otros hacen indagaciones por otros lados. De cualquier modo hay menos compromiso político en los autores de estas generaciones que en los de la mía, que estábamos muy politizados y a veces de mala manera. Porque el teatro no es un partido político: tiene que hacer gozar en primer lugar, esclarecer, iluminar sobre ciertos aspectos y hacer la vida más intensa si puede, pero no ser un partido político.

- Pero si pudiera lograr las dos cosas al mismo tiempo, el goce y el compromiso...

- (interrumpe) Sí, pero siempre se compromete el teatro, aun cuando no lo hace. Incluso los autores que dicen no tener ideología la tienen; es esa: no tenerla. Todo acto (es político), aun el más privado. Un hombre que le pega a una mujer ejecuta un acto político. Lo mismo ocurre con el teatro.

- ¿Es inherente a un artista o debería serlo provocar rupturas en su tiempo?

- Un artista no debe hacer nada, no tiene ninguna obligación. Uno tiene una idea o una situación entre manos y quiere llevarla a buen término, que es la obra. Lo que debe importarle es ese texto, no hay obligaciones. Cuando uno se pone un “debe ser”, ahí falla la obra, el teatro, todo.

- ¿Qué conoce de la dramaturgia de las provincias?

- Poco. Los dramaturgos tenemos una incomunicación bastante grande y, con fiestas como estas, el Instituto Nacional del Teatro trata de juntar ese monstruo.

- ¿Esa incomunicación es algo que se debería superar?

- ¡Pero sí, somos un solo país! Todos estos autores de las provincias hablan de nosotros, los intereses de ellos deben ser nuestros intereses. Hay algo profundamente perverso en que sólo se conozca a los autores de las zonas hegemónicas.

- ¿Observa que se está construyendo alguna nueva estética en el teatro argentino?

- No conozco tanto ni estoy tan inmersa en lo que se hace como para saberlo. Creo que las estéticas van cambiando a medida que la tecnología, por ejemplo, irrumpe con su fuerza. También son diferentes las formas: en mi época se mezclaba menos, hoy se consideran legítimas formas distintas para hacer una pieza teatral. Se usa el video, la escenografía virtual, la danza. Y todo está bien, lo que importa es el producto final. Uno puede usar lo que se le antoje si el producto final resulta bueno; si es una simple ostentación de medios no sirve para nada.

- ¿Cómo cree que se está ejerciendo el poder actualmente?

- De mala manera, de muy mala manera. Con mucho desprecio por las mayorías, que representan lo que se llama el pueblo argentino, y con una política muy atroz en cuanto a respetar el derecho del sustento, del techo, de la salud, de la educación.

- ¿Qué se puede hacer desde el teatro contra eso?

- Resistir. Resistir tratando de que la inteligencia funcione, no conformándose por comodidad con lo que nos dicen y buscando siempre lo que sea más justo y noble.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios