Selección argentina: poco brillo, mucho susto

SAN JUAN.- Hay despedidas y despedidas. Y la de la Selección anoche fue más bien un funeral que una fiesta de casamiento. No hubo fútbol entre los titulares de Gerardo Martino y sí mucho susto por un golpe que sufrió Lionel Messi en sus costillas.

Preocupó tanto la situación de la “Pulga” que el amistoso con Honduras quedó en segundo plano, para suerte de una crítica que con seguridad no tendrá piedad ante una nueva y opaca presentación del combinado nacional, que apenas ganó por la mínima, 1-0.

Promediando casi los 20 minutos del segundo tiempo, Messi hizo una pirueta y habilitó a un compañero en plena contra. La cámara de TV siguió la jugada, aunque todo el estadio del Bicentenario sanjuanino se quedó congelado con la imagen que entregaba el mejor jugador del mundo: un rodillazo involuntario lo dejó tendido en el suelo. Y no hubo más show del crack, acostumbrado a jugar hasta el límite.

El dolor pudo más, al punto de que el rosarino se fue directamente al vestuario tras intentar moverse y ver si podía seguir. Sus costillas pasaron a ser el tema de la noche. Al hospital, por una resonancia magnética. Hay que esperar y rezar.

Mientras tanto, en la cancha, antes de la salida del 10 y después, Argentina fue un cuentagotas de fútbol. Regaló chispas esporádicas de lujos. Apenas algunos movimientos en conjunto fueron dignos del aplauso, pero por las buenas respuestas de Donis Escober. El bueno de Donis estuvo en los lugares y momentos indicados.

Igual, la gran actuación del arquero visitante no tapa la realidad de un equipo pleno de estrellas que por momentos parece estrellado. O quizás estaban fusiladas de físico. La mayoría llegó sobre la marcha de la semana que se va. Por eso...

El famoso 4-3-3 lució cortado, destartalado, sin brillo. Fue una chapa oxidada por el paso del tiempo. De hecho, Argentina necesita un lavado de cabeza, algo que le haga entender de una vez por todas la idea de Martino.

Honduras, dueño de una gran variedad de limitaciones, estuvo cerca de igualar en varios tramos del encuentro. Falló, claro, en la definición. Como la Selección, que cuando dispuso de oportunidades las desperdició o las estampó en la humanidad del bueno de Donis.

La mejor movida de la noche fue aquella que culminó en gol de Gonzalo Higuaín, a los 31’: buen toque de izquierda de derecha de Marcos Rojo, buena absorción del balón de “Pipita” de espaldas al arco. Mejor amague del goleador y mejor maniobra para quedar de frente a Donis y picarle el balón. Fue una delicadeza, la única en una noche plena de tensión, por lo de Messi.