27 Mayo 2016
Imaginate que vas por la ruta de noche, en soledad absoluta y con mucho camino por delante y por detrás. Mirás alrededor y todo el paisaje es igual: negro, desolado, monótono. De repente recordás que no reservaste hotel, o que al llegar te gustaría comer en tu restaurante favorito, o ir al cine. A tu lado no hay nadie para hacer los llamados, pero tu auto, en medio de la soledad, te hace saber que no estás solo. Apretando un botón un asistente atiende un teléfono y hace las gestiones por vos.
Ese es el ejemplo feliz de lo que pueden hacer los llamados autos conectados, pero también pueden ejecutar tareas menos alegres, como rastrear tu auto si fue robado o alertar a los servicios de emergencia si detecta que tuviste un accidente en la ruta. Esas son algunas de las muchas opciones que pueden incorporar los “connected cars”, los vehículos que hacen visible aquello de “la internet de las cosas”.
De los vehículos accesibles para el público general en Argentina, el exponente más completo en este aspecto es el nuevo Chevrolet Cruze, el primer auto con conexión total fabricado en nuestro país. Desde hace algunos años cada marca de automóviles viene desarrollando su propio sistema de conexión y se espera que para fines de esta década las opciones de conectividad se vuelvan una generalidad en todos los rodados.
Los denominados autos conectados brindan la posibilidad de intercambiar datos entre el vehículo y su entorno a través de internet. Esa conexión puede ser provista por un sistema incorporado de comunicación o bien por dispositivos externos, como un smartphone.
El futuro
Los análisis de mercado coinciden en que los vehículos conectados llegarán al público masivo en no muchos años. El número de vehículos con internet incorporado incrementará de un 10% actual a un 90% al finalizar la década, según el reporte “Connected Car Industry Report 2014” de Telefónica, analizado a su vez por la consultora global Everis. Esta última informa que, según surge de varias encuestas, el 80% de los clientes espera en su auto una experiencia de comunicación similar a la de su casa, trabajo o teléfono móvil. De esta manera, la conectividad en los vehículos dejará de ser un accesorio extra de confort para ser una necesidad básica, como lo es el aire acondicionado o la dirección asistida.
Para que la experiencia de conectividad sea verdaderamente útil es necesario que las ciudades y sus caminos estén integrados a este sistema de envío y recepción de datos con los vehículos (información de tráfico, rutas cortadas o peligrosas, advertencias, etcétera). Como puntapié inicial, y apuntando fundamentalmente a la asistencia en viaje, en abril del año pasado la Unión Europea aprobó la aplicación obligatoria de la eCall en autos nuevos a partir de abril de 2018. El sistema eCall consiste en un botón incorporado al vehículo para realizar una llamada de emergencia rápida en caso de accidente, algo que también puede realizarse de forma automática cuando los sensores del auto detecten un impacto fuera de lo común.
Ese es el ejemplo feliz de lo que pueden hacer los llamados autos conectados, pero también pueden ejecutar tareas menos alegres, como rastrear tu auto si fue robado o alertar a los servicios de emergencia si detecta que tuviste un accidente en la ruta. Esas son algunas de las muchas opciones que pueden incorporar los “connected cars”, los vehículos que hacen visible aquello de “la internet de las cosas”.
De los vehículos accesibles para el público general en Argentina, el exponente más completo en este aspecto es el nuevo Chevrolet Cruze, el primer auto con conexión total fabricado en nuestro país. Desde hace algunos años cada marca de automóviles viene desarrollando su propio sistema de conexión y se espera que para fines de esta década las opciones de conectividad se vuelvan una generalidad en todos los rodados.
Los denominados autos conectados brindan la posibilidad de intercambiar datos entre el vehículo y su entorno a través de internet. Esa conexión puede ser provista por un sistema incorporado de comunicación o bien por dispositivos externos, como un smartphone.
El futuro
Los análisis de mercado coinciden en que los vehículos conectados llegarán al público masivo en no muchos años. El número de vehículos con internet incorporado incrementará de un 10% actual a un 90% al finalizar la década, según el reporte “Connected Car Industry Report 2014” de Telefónica, analizado a su vez por la consultora global Everis. Esta última informa que, según surge de varias encuestas, el 80% de los clientes espera en su auto una experiencia de comunicación similar a la de su casa, trabajo o teléfono móvil. De esta manera, la conectividad en los vehículos dejará de ser un accesorio extra de confort para ser una necesidad básica, como lo es el aire acondicionado o la dirección asistida.
Para que la experiencia de conectividad sea verdaderamente útil es necesario que las ciudades y sus caminos estén integrados a este sistema de envío y recepción de datos con los vehículos (información de tráfico, rutas cortadas o peligrosas, advertencias, etcétera). Como puntapié inicial, y apuntando fundamentalmente a la asistencia en viaje, en abril del año pasado la Unión Europea aprobó la aplicación obligatoria de la eCall en autos nuevos a partir de abril de 2018. El sistema eCall consiste en un botón incorporado al vehículo para realizar una llamada de emergencia rápida en caso de accidente, algo que también puede realizarse de forma automática cuando los sensores del auto detecten un impacto fuera de lo común.
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