Por Carlos Páez de la Torre H
26 Mayo 2016
EL TEMPLO DE SAN FRANCISCO. Hacia 1870, se divisa en esta foto la iglesia franciscana, donde se rezó la misa de acción de gracias del 25 de mayo de 1816.
Como dijimos ayer, los festejos programados por el Soberano Congreso para exaltar en Tucumán el sexto aniversario de la Revolución de Mayo, no pudieron realizarse a causa de la lluvia. La crónica de “El Redactor” narra las actividades de la jornada siguiente, 26 de mayo de 1816.
Expresa que como el 25, día destinado a “renovar la memoria del primer grito en la libertad de la América del Sud amaneció lluvioso, las demostraciones que este generoso pueblo tenía concertadas para celebrarlo con la majestad y pompa de que es digno, se transfirieron por común acuerdo para este día”, o sea el domingo 26.
En esa ocasión, “los representantes de los pueblos reunidos extraordinariamente, dieron público testimonio de honor, gratitud y gloria, al momento consolador de la regeneración de esta parte de América”, narraba el periódico oficial. Una comisión compuesta por el presidente Pedro Ignacio de Castro Barros, el vicepresidente Esteban Gascón y el diputado Cayetano Rodríguez, “fue destinada para dirigirse al sagrado templo del Dios de la Patria”.
Allí le tributaron “eterno homenaje, en humilde protesta de que, en su nombre y con su ayuda, había roto el pueblo americano el duro hierro de la esclavitud”. La comisión, junto con el gobernador Bernabé Araóz, el Cabildo y “demás corporaciones” fueron, “en majestuosa marcha” hasta el templo de San Francisco.
Allí se celebró la misa de acción de gracias. Pronunció el respectivo sermón el doctor José Agustín Molina, “excitando el placer y la ternura de un numeroso auditorio”. Luego, volvieron a la sala de sesiones. Allí el Congreso recibió felicitaciones del pueblo, “con lo que terminó la sesión”.
Expresa que como el 25, día destinado a “renovar la memoria del primer grito en la libertad de la América del Sud amaneció lluvioso, las demostraciones que este generoso pueblo tenía concertadas para celebrarlo con la majestad y pompa de que es digno, se transfirieron por común acuerdo para este día”, o sea el domingo 26.
En esa ocasión, “los representantes de los pueblos reunidos extraordinariamente, dieron público testimonio de honor, gratitud y gloria, al momento consolador de la regeneración de esta parte de América”, narraba el periódico oficial. Una comisión compuesta por el presidente Pedro Ignacio de Castro Barros, el vicepresidente Esteban Gascón y el diputado Cayetano Rodríguez, “fue destinada para dirigirse al sagrado templo del Dios de la Patria”.
Allí le tributaron “eterno homenaje, en humilde protesta de que, en su nombre y con su ayuda, había roto el pueblo americano el duro hierro de la esclavitud”. La comisión, junto con el gobernador Bernabé Araóz, el Cabildo y “demás corporaciones” fueron, “en majestuosa marcha” hasta el templo de San Francisco.
Allí se celebró la misa de acción de gracias. Pronunció el respectivo sermón el doctor José Agustín Molina, “excitando el placer y la ternura de un numeroso auditorio”. Luego, volvieron a la sala de sesiones. Allí el Congreso recibió felicitaciones del pueblo, “con lo que terminó la sesión”.
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