El vino es un testigo renacido de la historia de Tucumán y de Argentina

El vino es un testigo renacido de la historia de Tucumán y de Argentina

El Vino del Bicentenario, elegido la semana pasada, invita a recorrer la historia de la bebida nacional. Sus primeros pasos los dio en nuestra región.

EN BOTELLA. El vino se venderá en la Cámara de Bodegueros, San Martín 427. - EN BOTELLA. El vino se venderá en la Cámara de Bodegueros, San Martín 427. -
24 Mayo 2016

En su etiqueta lleva una réplica del mural de bronce de Lola Mora ubicado en la casa Histórica y que representa la Jura de la Independencia. En la contraetiqueta, un fragmento del Acta que el 9 de julio de 1816 declaró libres a las Provincias Unidas en Sudamérica. En tonos cobrizos, elegante y sencillo es el aspecto exterior del Vino del Bicentenario, un trivarietal producido para honrar la fecha patria; pero en su interior, además de tres cepas características de los Valles Calchaquíes, lleva los 460 de historia del vino en Tucumán y en la Argentina.


Entre las seis cepas candidatas a darle cuerpo al Vino del Bicentenario, se eligieron el viernes pasado tres: malbec, tannat y cabernet franc. El primer varietal como base es la uva ineludible en todo el país, mientras que los dos segundos se perfilan como las cepas que podrían convertirse en el emblema del Noroeste. Para llegar a esta idea del tannat y el cabernet franc como las estrellas de nuestra región han pasado siglos de resistencia, de intentos, de ensayo y de error y también consultas con enólogos internacionales que recomendaron apuntalar esos vinos como nuestros estandartes, según contó Alberto Guardia, vicepresidente de la Cámara de Bodegueros y Viñedos de Tucumán.

Un poco de historia

Créase o no, el desarrollo vitivinícola en Argentina no nació en Mendoza ni en San Juan, sino entre Tucumán y Santiago del Estero en el año 1556, con unas cepas que plantó el cura José Cedrón para producir vinos de misa. A partir de ahí, cuenta Guardia basándose en las memorias de Paul Groussac, comenzó la expansión por todo el territorio nacional. “Es decir, la historia del vino en Argentina comienza con los españoles, hace casi cinco siglos, y empezó en nuestra región”, remarca el bodeguero.

En el Valle Calchaquí desde los primeros asentamientos poblacionales se desarrolló la producción de vinos para misa y consumo familiar, pero el desarrollo comer comercial llegó recién a fines del siglo XVIII y comienzos del siglo XIX, con tan buena aceptación que el naturalista alemán Hermann Burmeister, tras su visita a Tucumán en 1859, escribe: “La comarca de Cafayate es muy renombrada en todo el país por sus vinos. Es el mejor vino tinto que he tomado en la República Argentina”, transcribe Guardia en una breve reseña histórica de la vitivinicultura en Tucumán.

La llegada del ferrocarril a Mendoza, a fines del siglo XIX, marcó la explosiva expansión vitivinícola en esa provincia y en toda la región cuyana, en detrimento de la actividad que se venía gestando en el resto del país. Esa región se volvió imbatible en cuanto al rendimiento de los cultivos, produciendo cantidades apabullantes de vino, frente a lo cual no había competencia posible. “En la década de 1970 en Argentina se consumía 80 litros de vino por persona y por año, una cifra grandísima. No había competencia posible frente a Cuyo, única región capaz de afrontar la demanda”, analiza el propietario de Arcas del Tolombón, la bodega que se quedó con la producción del Vino del Bicentenario.
La década del 90 fue el renacimiento de las bodegas del Valle Calchaquí, y Tucumán, Salta y Catamarca volvieron a entrar al mapa de la vitivinicultura, con otro perfil. “Se vivió una auténtica revolución, porque nuestra región empezó a competir en calidad y no en cantidad, y es en eso en lo que estamos embarcados. En la década del 90 el consumo bajó a 30 litros por habitante y por año y actualmente se mantiene en unos 25 litros. Es decir, se consume menos, pero mejor. Y en ese marco el Noroeste sí puede competir sin ningún problema”, destacó Guardia.

Publicidad
Los tres varietales

Malbec
Cepa insignia de Argentina, con mayor superficie de cultivo y mayor demanda. En general, se trata de un varietal cálido, suave y dulce, con taninos que no son agresivos.

Cabernet Franc
Variedad originaria del Médoc francés. Suelen ser vinos Son vinos de color no muy intenso, mediana acidez y cuerpo medio.

Tannat
Elevados niveles de taninos, aromas a frutos negros, especias, chocolate y café.
 
Línea de tiempo

1556. Juan Cedrón planta vides españolas entre Santiago y Tucumán.
1569. Primeras vides en Mendoza.
1860. Aumenta el consumo de vinos por la inmigración europea.
1887. Llega el FFCC a Mendoza y se consolida Cuyo como principal productor del país.
1940. Primera vendimia de bodega Chico Zossi (Tucumán).
1995. Se reconvierte la industria del vino + calidad + exportaciones.


La helada castigó la uva, pero la Vendimia se celebrará igual

12 de Octubre de 2015. Paradoja si las hay, el mismo día en el que se recuerda la llegada del español a América -fueron ellos los que introdujeron el cultivo de la vid en Argentina-, cayó una helada que dejó tiritando a los productores de vino en los Valles Calchaquíes. Prácticamente la totalidad de los viñedos se perdió, por lo que estuvo en duda si habría vendimia o no este año. Pero aunque las vacas flacas se posaron sobre los campos de uva, habrá Fiesta de la Vendimia este fin de semana y también habrá vino, quizás menos pero mejor que años anteriores.

Este sábado, por quinto año consecutivo, se realizará el festejo de Fin de Vendimia en la Bodega Las Arcas de Tolombón, Ruta Nacional Nº 40, km 4.313, Colalao del Valle, al mediodía. Habrá espectáculos folclóricos y degustaciones de los vinos del año.

“A pesar del faltante, por la helada que congeló todas las flores de las flores de la vid, vamos a sacar vinos este año, vamos a palear la pérdida de la cosecha con vinos que dejamos guardados del año pasado, es decir que vamos a sacar vinos más añejados y mejores, más exclusivos. Todas las bodegas suelen guardar entre un tercio o una mitad de su producción de vino anual, y es po eso que podremos hacerle frente a la demanda y sostener la oferta”, contó Alberto Guardia, bodeguero y vicepresidente de la cámara que nuclea a 12 bodegas de la región (nueve tucumanas, dos salteñas y una catamarqueña). “Esperamos que las plantas se recuperen para el año que viene, si logramos rescatar al menos el 50% de los veñedos vamos a poder repuntar la producción”, remarcó.

La producción estimada en los Valles Calchaquíes es de aproximadamente 600.000 litros anuales, cifra que, como objetivo, podría ascender a 1 millón en los próximos tres años. Pero este año, a lo sumo, se llegarán a producir 350.000 litros que se agregarán a unos 400.000 que permanecen en guarda, detalló el dirigente empresarial.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios