El primer monumento toma forma de sinfonía

El primer monumento toma forma de sinfonía

Eduardo Alonso Crespo, al frente de la Orquesta Estable de la Provincia, dirige el estreno mundial de su obra conmemorativa.

EL PODER DE LA MÚSICA. “Queremos dejar una marca de que ahora nos hemos detenido a pensarnos, a reconocernos”, reflexiona el músico. LA GACETA / FOTO DE ANALÍA JARAMILLO. EL PODER DE LA MÚSICA. “Queremos dejar una marca de que ahora nos hemos detenido a pensarnos, a reconocernos”, reflexiona el músico. LA GACETA / FOTO DE ANALÍA JARAMILLO.
24 Mayo 2016

HOY
• A las 22
, en el Teatro San Martín (av. Sarmiento y Muñecas). Entrada libre y gratuita, con invitación.

El programa
El concierto abrirá con la Obertura Egmont op. 84, de Ludwig van Beethoven (1810). Luego, con Pablo González Jazey como solista, se escuchará el Concierto para Guitarra op. 28 de Eduardo Alonso-Crespo. En la segunda parte, en estreno mundial, la Sinfonía N° 5, op. 31,  “Bicentenario”, compuesta especialmente por el compositor tucumano. 

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Esta noche, en el Teatro San Martín se descubrirá el primer monumento para conmemorar el Bicentenario de la Independencia. Será cuando Eduardo Alonso Crespo alce la batuta sobre la Orquesta Estable de la Provincia y estrene su Sinfonía Nº 5, op. 31, “Bicentenario”. El músico tucumano compuso la obra por encargo del Ente Cultural.

Alonso Crespo descorre el velo solemne de la conmemoración con conceptos sustanciosos.

1.- “Tal vez no se sabe que la música también puede ser un monumento. Una sinfonía no ocupa un lugar físico, pero es como una catedral líquida que se levanta cada vez que suena. Hay muchos ejemplos: la Quinta de Mendelssohn se llama ‘La Reforma’ porque fue compuesta para el tricentenario de la reforma luterana. La Séptima de Shostakovich es un monumento a los caídos en el Sitio de Leningrado en la II Guerra, y así”.

2.- “Una sinfonía puede ser un monumento, y puede estar referenciada a un hecho en particular, pero además la música tiene una ventaja especial, como buen arte abstracto (lo fue desde que nació; no necesitó 300 años de cultura occidental para llegar a la abstracción, como la plástica o la poesía). Una obra musical puede ser disfrutada autónomamente, o en referencia a esta introspección a que nos lleva el Bicentenario. Tiene esa doble función. Uno escucha los ‘Cuadros de una exposición de Mussorgsky’ sin haber visto los cuadros. Esa es la virtud, la magia y la superioridad -para mí- de la música”.

3.- “En realidad cuando cumplimos una fecha de número redondo lo que hacemos no es tanto erigir un monumento por aquello que ocurrió hace 200 años, sino que queremos dejar una marca de que ahora nos hemos detenido a pensarnos, a reconocernos. Ese es el objetivo de la conmemoración. Ese es el objetivo de una placa recordatoria: repensar nuestro ADN, quiénes somos. Y la música puede cumplir esa función. Así nació esta, mi quinta sinfonía opus 31, y es la obra más tucumana que he compuesto. El tema de repensarnos movilizó en mí una serie de factores profundos que hicieron que los cuatro movimientos reflejaran distintas facetas de mis comprovincianos y propias”.

4.- “La sinfonía ‘Bicentenario’ dura 30 minutos, con cuatro movimientos tradicionales. Comienza con una introducción lenta. El primer movimiento, un allegro moderato, refleja la cotidianeidad de una mañana tucumana, toda la energía que tenemos, nuestra particular manera de ser; le sigue el scherzo (ligero, más liviano) donde están plasmados la picardía y los guiños propios; luego un lento, que narra la majestuosidad de nuestros paisajes, y el cuarto, finale, que es la catarsis y todo el empuje (le llamo la sed de destino que tenemos los tucumanos)”.

5.- “Ex profeso usé la orquestación beethoveniana temprana porque ese era el sonido que se escuchaba cuando aquí se declaraba la Independencia. De hecho, el concierto comienza con la Obertura Egmont por varias razones. Una es que Egmont fue un prócer de la lucha de la independencia contra los españoles en los Países Bajos, pero además porque se estrenó en 1810”.

6.- “Me siento más cómodo en el género sinfónico, en el desarrollo de ideas musicales sinfónicas, porque una sinfonía es básicamente una novela. Es música de música, donde los personajes son temas musicales que pueden hacer una aparición grandilocuente, o pueden aparecer subrepticiamente, pueden amarse, repelerse, o aparecer evolucionados”.

7.- “Cuando empezaba a dirigir pensaba ‘qué placer será para un ruso escuchar Tchaikovsky. Ojalá que con el tiempo nuestros compositores engrosen el repertorio clásico para que sintamos lo mismo’. Eso lo que necesitamos: que la música académica nos hable con nuestro lenguaje sin negociar calidad técnica y artística”.

8.- “El Concierto para guitarra op. 28 fue un encargo del Gobierno de Entre Ríos. Pablo González Jazey se suma a esta celebración como solista. Son tres movimientos: un tema con variaciones en que la guitarra interactúa en cada variación con un instrumento distinto; luego una romanza sin palabras y por último, un rondó”.

9.- “Encontré una orquesta llena de energía y de buena voluntad. Estoy gratificado y agradecido de compartir escenario”.

Alonso Crespo no se despide para descansar sino para seguir su agenda de sus compromisos como docente invitado en EEUU y de composición en Argentina. Pero antes que nada, para empezar el lunes los ensayos con la Sinfónica de Salta, y con el mismo solista, para ofrecer el concierto en la provincia vecina.

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