23 Mayo 2016
NO PUDIERON. Soldati intenta superar a la defensa de Newell’s, en Reserva.
ROSARIO.- (Leo Noli, enviado especial de LG Deportiva) El murmullo que habitaba en el “Coloso Marcelo Bielsa” era como una onda expansiva que iba y venía desde el campo de juego hacia los cuatro costados de la casa de Newell’s. Propios y extraños no entendían cómo la Reserva de Atlético le hacía partido a su poderoso equipo, ese que pelea por llegar a la final contra River o Vélez, los que pugnan por hacerse dueños de la otra zona.
Claramente, el resultado era contraproducente a los deseos de los rosarinos, porque el 0 a 0 iba consumiendo los sueños de la “Lepra” y agigantando la figura de Franco Pizzicannella, el arquero “decano” que parecía tener cuatro manos e igual cantidad de pies. El colorado era un remolino en el arco, un demonio de Tasmania que le estaba haciendo ganar un punto a Atlético gracias a movimientos elásticos.
Ya en el primer tiempo Newell’s mereció irse al descanso siendo ganador. Pero la culpa era de “Pizzi” y de la poca cintura de los dueños de casa para liquidar un duelo dispar. Atlético está haciendo sus primeras armas en este torneo, es un capullo que busca florecer con el paso del tiempo, mientras que Newell’s, más que una flor ya es una huerta en constante expansión.
El complemento fue una prolongación de la primera parte. Newell’s dominaba y Atlético resistía en su trinchera, a dos metros de la raya de la verdad. Pizzicannella arriba, Pizzicannella abajo, Pizzicannella a los costados. Es más, llegó a tapar dos cabezos a centímetros del gol en una misma jugada ¿Brujería? No, corazón. Pero de tanto ir el cántaro a la fuente, el dueño de casa se llevó su premio. Acorraló por enésima vez al “decano” y lo liquidó con dos cabezazos que luego se transformaron en dos goles, de Carlos Rotondi a los 24 minutos, y de Milton Treppo, seis minutos después.
Atlético fue superado de punta a punta. Su juego aún deja mucho que desear, salvo por la inspirada tarde de Pizzicannella. Era demasiado bueno para ser verdad que Atlético le gane dos puntos a Newell’s, que lucha en la zona con Lanús por llegar a la gran final.
Claramente, el resultado era contraproducente a los deseos de los rosarinos, porque el 0 a 0 iba consumiendo los sueños de la “Lepra” y agigantando la figura de Franco Pizzicannella, el arquero “decano” que parecía tener cuatro manos e igual cantidad de pies. El colorado era un remolino en el arco, un demonio de Tasmania que le estaba haciendo ganar un punto a Atlético gracias a movimientos elásticos.
Ya en el primer tiempo Newell’s mereció irse al descanso siendo ganador. Pero la culpa era de “Pizzi” y de la poca cintura de los dueños de casa para liquidar un duelo dispar. Atlético está haciendo sus primeras armas en este torneo, es un capullo que busca florecer con el paso del tiempo, mientras que Newell’s, más que una flor ya es una huerta en constante expansión.
El complemento fue una prolongación de la primera parte. Newell’s dominaba y Atlético resistía en su trinchera, a dos metros de la raya de la verdad. Pizzicannella arriba, Pizzicannella abajo, Pizzicannella a los costados. Es más, llegó a tapar dos cabezos a centímetros del gol en una misma jugada ¿Brujería? No, corazón. Pero de tanto ir el cántaro a la fuente, el dueño de casa se llevó su premio. Acorraló por enésima vez al “decano” y lo liquidó con dos cabezazos que luego se transformaron en dos goles, de Carlos Rotondi a los 24 minutos, y de Milton Treppo, seis minutos después.
Atlético fue superado de punta a punta. Su juego aún deja mucho que desear, salvo por la inspirada tarde de Pizzicannella. Era demasiado bueno para ser verdad que Atlético le gane dos puntos a Newell’s, que lucha en la zona con Lanús por llegar a la gran final.
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