Con la ovalada hasta el fin del mundo

Con la ovalada hasta el fin del mundo

Dos tucumanos impulsan al rugby femenino en Ushuaia.

NUEVA VIDA. Paula ¨Puli” Sanz, de Cardenales a Ushuaia. fotos de paula sanz NUEVA VIDA. Paula ¨Puli” Sanz, de Cardenales a Ushuaia. fotos de paula sanz

A fines de 2014, Franco Pani sintió que ya había visto suficiente y decidió que era hora de volver. Así fue que pegó la vuelta desde Francia, donde había jugado al rugby durante 11 temporadas, repartidas entre Brive y La Rochelle. Pero en lugar de regresar a Tucumán, se instaló en Ushuaia, donde vivía su familia, y donde podría cumplir el sueño que desde chico compartía con su hermano: jugar juntos en el mismo equipo. En este caso, Las Águilas RC, uno de los cuatro clubes de la capital fueguina.

A fines de 2015, Paula Sanz sintió que todavía no había visto suficiente y decidió que era hora de partir. Destinó los ahorros que había juntado para un proyecto inconcluso a un viaje por el sudeste asiático, que la hizo reflexionar sobre que la vida misma es un viaje y que el mundo era demasiado grande como para quedarse siempre en el mismo lugar. Necesitaba cambiar de aire. Por eso, apenas volvió, juntó sus cosas (entre ellas, su flamante título de contadora) y se fue a probar suerte en la otra punta del país.

Poco después, el rugby se ocuparía de cruzar los caminos de Franco y Paula en la ciudad más austral del mundo.

Destinos cruzados

Paula tuvo que dejar atrás fue su grupo de amigas de Cardenales, club en el que jugó varios años al rugby y con el que ganó cuatro títulos nacionales en forma consecutiva. Por eso, se comunicó vía Facebook con la Unión de Tierra del Fuego (URTF) para consultar si en alguno de los clubes de Ushuaia se practicaba rugby femenino. Le dijeron que no.

Ligado desde siempre a la ovalada, con un pasado en Tucumán Rugby y en los “naranjas”, poco después de llegar a Ushuaia, Franco se postuló como Oficial de Desarrollo UAR en Tierra del Fuego. Y hace un par de meses, desde la URTF le avisaron que una chica venida desde Tucumán quería jugar al rugby. “Cuando yo estaba en La Rochelle, en Francia, vi a mi hijo jugar rugby mixto hasta los 14 años. Me llamaba la atención, pero era una realidad que se venía en todo el mundo. Por eso quería apoyar el desarrollo del rugby femenino acá”, cuenta Franco, para quien “Puli” llegó como caída del cielo.

“Me contó que hacía ya tiempo había un grupito de chicas que querían jugar al rugby, pero les faltaba un lugar dónde establecerse. Y que era muy bueno que llegara yo, que ya venía de un equipo formado, para impulsar a las chicas y darle una nueva visión a lo que ya venían haciendo”, comparte Paula.

Paula Santander es una de esas chicas que hace años venían golpeando puertas sin recibir demasiada respuesta. “Empezamos siendo siete u ocho. Pasamos por un par de clubes, pero nunca nos dieron entrenamientos intensivos, sólo pases y ejercicios físicos. En diciembre del año pasado invitaron a Sitas, de Buenos Aires, y nosotras estábamos paradas en la cancha sin saber qué hacer. Ya este año, Franco se contactó con nosotras para armar algo, aunque quedábamos sólo tres chicas. Nos consiguió un entrenador que es un genio, Leonardo Maldonado. Ahora estamos felices porque van apareciendo nuevas chicas. Se está logrando lo que queríamos: que creciera el rugby femenino en Ushuaia y que la sociedad empezara a cambiar ese pensamiento de esto es para nenes y esto es para nenas. Eso no va más”, sentencia Paula Santander.

“El entrenador Leo le puso muchas pilas desde el principio. Hubo días en que hizo muchísimo frío, pero él siempre estuvo para convencernos de abrigarnos y entrenarnos igual. Eso fue clave para que se sumaran más chicas”, destaca “Puli” Sanz.

Flexible y resistente

“La primera vez que me reuní con las chicas les transmití la experiencia que habíamos tenido en Cardenales y les expliqué que el rugby femenino es así. Que tiene que abrir sus puertas luchando. Que en muchos lugares todavía existe esa mentalidad cerrada de creer que el rugby es sólo para hombres, así que si queríamos lograr algo, nosotras mismas tendríamos que buscar las herramientas necesarias para abrirnos camino. Y con el apoyo de Franco lo fuimos consiguiendo”, relata “Puli” Sanz el nacimiento de un proyecto que pronto sería bautizado como “Las Lengas”

“Elegimos ese nombre porque es representativo. La lenga es un arbol de acá, alto y muy flexible, que se banca el viento, la nieve y lo que sea. Sin perjuicio de que algún día nos vayamos a sumar a algún club, este grupo llevará ese nombre”, grafica la ex “Purpurada”, trazando un paralelismo con la historia de las “Huarmis”, pioneras del rugby en Tucumán, que nacieron en la por entonces Escuela de Educación Física y luego fueron adoptadas por Cardenales.

Actualmente, el grupo ya suma 20 chicas que se entrenan tres veces a la semana en una cancha de la Municipalidad. Al menos, hasta que llegue la nieve, época en la que actividad se paraliza y los entrenamientos pasan a ser en espacios cerrados. “Entre las que se sumaron está una sanjuanina que jugaba al rugby allá. Otra que es de acá, pero jugó en un club de San Luis mientras estudiaba allá, así que ya somos tres las que tenemos cierto conocimiento del juego”, destaca “Puli”, quien hasta el año pasado fue entrenadora de las juveniles femeninas de Cardenales junto a Laura Diarte y Mirta Cabrera, la primera Puma tucumana. “Hace un par de semanas comenzamos a jugar amistosos contra chicos de la M14 de distintos clubes”, comenta.

Franco asegura compartir el entusiasmo de las chicas y revela cuáles son sus planes para el futuro cercano. “Como todavía no hay otros equipos femeninos contra los que puedan jugar, trataremos de armar algo con Río Grande y Tolhuín, que son las ciudades cercanas en condiciones de hacerlo. Hay que difundir, ir a los barrios, mostrarles a las chicas que también pueden jugar. El rugby femenino ya es una disciplina olímpica. Por lo pronto, las chicas van a ser fichadas en la Unión y mi idea es que para 2017, el rugby infantil sea mixto, como es en Europa y en las potencias del sur. Y quiero que ‘Puli’ sea el motor de esto, que sea punta de flecha para contagiar y darle forma al rugby femenino en Ushuaia”, se ilusiona Franco.

Ella está más que dispuesta: “no sé si será casualidad o no que los dos seamos tucumanos, pero estoy muy agradecida de haberme encontrado con Franco. Nos estamos ayudando mucho en esta tarea de proyectarnos”.


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