Una desgracia lo ayudó a salvarle la vida a un niño

Una desgracia lo ayudó a salvarle la vida a un niño

El Policía lo rescató cuando se ahogaba

FIEL COMPAÑERA. Carlos Roberto Paz, a bordo de su moto en Alderetes. la gaceta / foto de jorge olmos sgrosso FIEL COMPAÑERA. Carlos Roberto Paz, a bordo de su moto en Alderetes. la gaceta / foto de jorge olmos sgrosso
21 Mayo 2016
Hace tres años, el policía Carlos Roberto Paz llegó hasta el lugar donde se encontraba tendido su hermano de 22, quien había sufrido un accidente de moto. El efectivo no pudo hacer nada para salvarlo. Con un dolor inmenso, se juró a sí mismo capacitarse para situaciones de emergencia, para que nunca más alguien muriera en sus brazos sin que él supiera que hacer. Esa capacitación lo llevó a salvarle la vida a un bebé de un año el jueves a la noche.

Los gritos alertaron a todos los efectivos que estaban realizando el cambio de guardia en la Patrulla Motorizada de Alderetes. Cuando salieron a la calle a ver qué pasaba, vieron a una mujer que corría con desesperación hacia ellos. En sus brazos tenía a su pequeño hijo, inconsciente. Antes de llegar, la mujer les gritó que el niño no respiraba.

“Cuando se acercó, observé que el nenito estaba morado y que efectivamente no respiraba”, explicó Paz a LA GACETA. Pronto todos los presentes se miraron, porque no había patrullas para llevarla hasta el centro de salud más cercano, ubicado a 20 cuadras. Tampoco había tiempo de esperar a una ambulancia. El pequeño llevaba ya mucho tiempo sin respirar.

Rápido de reflejos, el policía Carlos Pérez tomó la llave de su auto particular y la hizo subir atrás a la mujer con su hijo. Al lado de ella se sentó Paz. En tanto, otros tres policías tomaron las motos que les brinda la fuerza y partieron para abrirle el camino al coche.

El Chevrolet Corsa salió a toda velocidad hasta el CAPS más cercano. Paz notó que no los esfuerzos de la Policía no eran suficientes, que el estado del niño era crítico y tomó la decisión que salvó la vida del bebé.

“El primer problema fue obligar a la mujer a que soltara al nene porque estaba desesperada, lloraba y gritaba. Pude forzar que lo soltara y lo puse en mis piernas, le hice respiración boca a boca, luego presioné su pechito y a los segundos vomitó. En ese momento le salió un hilo de llanto, muy leve, pero fue la señal de que estaba vivo”, narró el policía.

Al llegar al centro asistencial, la doctora Cecilia Romano se ocupó del niño y le brindó todas las atenciones correspondientes. Los policías se quedaron allí una hora, hasta que les dijeron que la vida del pequeño no corría peligro.

Lo que pasó le sirvió a Paz para exorcizar algunos dolores inmensos: “Cuando murió mi hermano, no pude hacer nada para salvarlo. Ahí decidí ser un mejor policía para las situaciones de emergencia. Por eso, siento que lo que pasó fue una recompensa por la pérdida que tuvimos en la familia. Lo más lindo fue que durante la madrugada se presentó un tío del nene para agradecernos. Ese ‘gracias’ fue inolvidable y suficiente”.

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