“Pensé en hacer una promesa para que la criatura se salvara”

“Pensé en hacer una promesa para que la criatura se salvara”

La emoción de tres policías por salvar una vida

EN SUS PUESTOS. Lizárraga al volante, Cáceres a su lado y Amaya atrás. la gaceta / foto de florencia zurita EN SUS PUESTOS. Lizárraga al volante, Cáceres a su lado y Amaya atrás. la gaceta / foto de florencia zurita
10 Mayo 2016
La sonrisa no se les quita del rostro. Se sienten orgullosos. Uno de ellos incluso amaga con derramar una lágrima, pero a último momento lo evita. Reciben las palmadas de aprobación de sus colegas y superiores en el Comando Radioeléctrico. Son tres policías del 911 que el sábado a la noche dejaron por un rato la tarea de enfrentarse a los maleantes para salvarle la vida a un nene de cuatro años.

El sábado a la noche el sargento Pablo Lizárraga se encontraba al volante de la patrulla. A su lado viajaba el oficial ayudante Damián Cáceres y, atrás, el oficial subayudante Nahuel Amaya. Cuando transitaban por la calle San Juan al 3.500 una joven de 20 años, Macarena Araujo, les pidió desesperada que la ayudaran. En sus brazos tenía a su hijo, Benjamín, de apenas cuatro años, sin signos vitales.

“La mujer subió atrás conmigo. Cuando vi que el nene no reaccionaba, le descubrí la manta que lo cubría. Estaba como shockeado, con la mirada perdida. Le puse el mentón hacia atrás por si tenía un objeto que le impidiera respirar. Y le hice RCP (reanimación cardiopulmonar). Le puse cuatro dedos en el pecho para bombearle el corazón para que volviera. Reaccionó. Yo estaba muy nervioso porque la madre estaba desesperada al lado. Después comencé a golpearle la carita para que no se durmiera y le bombeé el corazón hasta el hospital”, cuenta Amaya, egresado en la última camada de la escuela de Policías.

Mientras Lizárraga recorría las calles a toda velocidad, con la sirena puesta, Cáceres pidió que las otras patrullas del 911 cortaran las calles y les permitieran llegar más rápido. En el Hospital de Niños descubrieron que Benjamín tenía una convulsión febril y le realizaron el tratamiento necesario. Hoy el niño está en perfectas condiciones en su casa.

Una situación única

Ninguno de los tres policías había vivido nunca una situación así en la fuerza. Ni siquiera Lizárraga, quien ya lleva 20 años en la fuerza. “Estoy feliz porque la criatura está con vida. Yo tengo hijos y en ese momento se cruzan por la cabeza muchas cosas”, cuenta el conductor, al tiempo que agrega: “es imposible mantener la cabeza fría en un momento así. Iba viendo los vehículos, escuchando a la madre que lloraba por su criatura muriéndose, los compañeros trabajando. Pero la experiencia me ayudó mucho”. “Es una situación única. Gracias a Dios todo salió bien”, aporta Cáceres, el encargado de la radio. El más emocionado es Amaya, el joven que hizo que Benjamín volviera en sí. Los ojos se le empañan, pero no se permite una lágrima. “Me siento orgulloso de haberle salvado la vida. En un momento pensé en hacer una promesa para que la criatura se salvara. Esto me emocionó mucho y va a marcar mi carrera como policía”, expresa, ante la mirada sonriente de todos sus compañeros.

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