Rompieron rejas con martillo y cortafierro y vaciaron la escuela

Rompieron rejas con martillo y cortafierro y vaciaron la escuela

Los ladrones entraron dos veces el fin de semana y robaron hasta la bandera de ceremonia “No estamos en condiciones de ponerles un guardia todas las noches” señaló el jefe de la Regional Sur

ALUMNOS. Al colegio asisten cerca de 450 chicos de todos los niveles. ALUMNOS. Al colegio asisten cerca de 450 chicos de todos los niveles.
05 Mayo 2016
El privilegio de ser abanderada se transformó el lunes pasado en una experiencia triste para la niña Yuliana Donaire de la escuela 387 Arturo Illia de Concepción. Es que simbólicamente fue abanderada, pero sin bandera, en la ceremonia que se realizó en el establecimiento educativo para conmemorar el Día del Trabajador y de la Constitución Nacional.

Sucedió que en la noche del sábado y también del domingo ladrones violentaron portones y puertas de accesos para llevarse equipos de audio; utensilios que usaban los chicos del nivel inicial para merenda; golosinas; artículos de librería; una cocina a gas y hasta las banderas del mástil y de ceremonia.

“Fue triste para todos porque teníamos un acto en el que la abanderada no pudo portar la emblema nacional. Tampoco disponíamos de los amplificadores, porque se los llevaron y que siempre los utilizábamos en estos acontecimientos. Son cosas que se consiguen con mucho sacrificio” dijo la directora, Graciela Soria.

El establecimiento escolar está ubicado a 300 metros del puente que cruza el Río Gastona, a orillas de la vieja ruta 38. En lo que va del año tiene el triste antecedente de haber sido desvalijada por ladrones en tres ocasiones. En ese sentido se encuentra a tono con la Unidad de Encausados Nº3, que está a pocos metros del lugar. El edificio también parece de alta seguridad al estar provistos todos sus accesos exteriores e interiores de puertas y ventanas con rejas de hierros. Pero la obstinación de los delincuentes en conseguir lo ajeno siempre fue más firme.

Así, este fin de semana utilizaron cortafierros y martillos para arrebatar de su marco de cemento un portón de hierro por el que se ingresa al local y una reja también metálica que está en el acceso a la dirección y la cocina.

Dos robos


“El domingo me habló un vecino para alertarme de que ladrones habían ingresado a la escuela. Entonces vine y me di con la puerta de rejas extraída. De adentro se habían llevado la bandera y otras cosas de poco valor. Fui a la comisaría y me dijeron que tenía que pedir a la Municipalidad un sereno” contó Soria.

La directora regresó el lunes por la mañana a la escuela y se dio con que el domingo a la noche los ladrones habían vuelto a entrar para llevarse una cocina y lo que quedaba del equipo de audio.

“Es la tercera vez que nos arrebatan lo que conseguimos con mucho trabajo. Anteriormente se llevaron computadoras. Es decir que estas personas nos están dejando sin nada. Y esto nos tira abajo las ganas de trabajar para recuperar lo perdido”, apuntó.

Primer acto sin bandera

Soria relató que vive en la zona en que se encuentra la escuela, estudió ahí y durante 20 años enseñó en el establecimiento. “Jamás vi que se haya hecho un acto sin tener una bandera” observó.

A la escuela Arturo Illia asisten actualmente cerca de 450 alumnos en los niveles inicial, primario y medio. Para Blanca Fernández, una vecina y auxiliar de la escuela, el establecimiento necesita con urgencia un sereno. La mujer recordó que antes existió uno hasta que se jubiló.

Durante un largo tiempo la escuela fue segura. “Cuando se retiró ese hombre, hace muchos años, no se designó a otro. Ahora el edificio es blanco de todos los choros” se quejó.

“No es suficiente”

El jefe de la Unidad Regional Sur, el comisario mayor Humberto Ruezgas, dijo que el robo en escuelas es un flagelo que no cede y que no se podría controlar con serenos o custodios nocturnos.

“Nosotros no estamos en condiciones de ponerles un guardia todas las noches porque nuestra jurisdicción es muy amplia y es difícil estar en los cientos de establecimientos existentes” advirtió. “Se hacen patrullajes nocturnos, pero no son suficientes” concluyó.

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