Luchar contra todo germen discriminatorio

Luchar contra todo germen discriminatorio

Esta noche, a las 21.15, la comunidad judía realizará un acto conmemorativo en la Kehilá

SIN OLVIDO. Ricardo Schkolnik, el rabino Nussbaum y Ricardo Cohen. la gaceta / foto de héctor peralta SIN OLVIDO. Ricardo Schkolnik, el rabino Nussbaum y Ricardo Cohen. la gaceta / foto de héctor peralta
05 Mayo 2016
“El nazismo no murió, está vigente e intacto en su concepción de persecusión y discriminación”. Puede variar la forma en que se presenta, con el nombre de neonazismo o del que fuere, pero está vigente. Por eso es nuestra obligación no olvidar. Mantener viva la llama del recuerdo del exterminio de seis millones de judíos. Combatir en la escuela y la sociedad todo germen discriminatorio y de descalificación contra personas por su color de piel, sus ideas religiosas y su condición social”. Con este pensamiento el rabino Salomón Nussbaum, y los miembros de la Kheilá Ricardo Cohen y Ricardo Schkolnik, recordaron los 73 años del levantamiento del Ghetto de Varsovia.

La comunidad judía se reunirá esta noche, a las 21.15, en la Kehilá de Las Piedras 980, para honrar a las víctimas del genocidio nazi y conmemorar la fecha. El levantamiento del Ghetto de Varsovia se produjo entre el 18 y el 19 de abril del calendario (lunar) y el 5 de mayo de 1943 del calendario gregoriano (solar). “El levantamiento se dio en Polonia, un país que hoy no tiene judíos, y que en ese momento era el más densamente poblado por judíos. Hoy es uno de los más antisemitas del mundo”, remarca.

Para el pueblo judío evocar una efeméride no es un simple recuerdo. “No olvidar es una consigna milenaria (presente en el Deuteronomio) de carácter casi obligatorio, como Pesaj, por ejemplo, en la que las familias judías cuentan a sus hijos sobre esa gesta milenaria”, explica el rabino.

“No me gusta la palabra holocausto, porque es un término que tiene otro significado, el de ofrenda, de morir en nombre de Dios y este no fue el caso. La de los judíos fue una matanza programada y diseñada por mentes muy inteligentes. No fue ninguna locura, fue una perversidad consciente”, remarcan Cohen y Schkolnik. “Hoy queremos que nuestros hijos tengan la vivencia de lo que ocurrió hace 73 años”, remarcan.

“En esta fecha, no sólo queremos recordar a las víctimas sino también reivindicar el valor de quienes ejercieron el levantamiento de Varsovia, que fueron jóvenes de movimientos sionistas que se levantaron con unas pocas armas de mano y enfrentaron al ejército alemán, sabiendo de antemano cuál iba a ser el resultado final de la batalla”, dice Schkolnik. Cohen aclara que “no sólo se levantó el ghetto de Varsovia, sino que fueron muchísimos en Polonia y en toda Europa del este; sólo que al ser capital tenía más importancia”. “Tampoco hay que olvidar que fue el ghetto más grande (con 300.000 judíos). Pero es cierto que el ensañamiento no se redujo a Polonia sino que involucró a otros países”, aporta Nussbaum.

Schkolnik observa un detalle de la historia que lo deja perplejo: “quienes se organizaron para enfrentar al ejército alemán, entre ellos unos pocos sobrevivientes de los ghettos, que pudieron escapar, se encontraron frecuentemente con que una parte de los partisanos (del movimiento de resistencia judía) tenían los mismos prejuicios que los alemanes. ¡Eran tan antisemitas como ellos!”

En opinión de Cohen, “el régimen hitleriano no ha inventado nada; es producto de prejuicios y demonizaciones inyectadas en las sociedades europeas desde hace siglos y que se potenció con la tecnología y la industrialización de la muerte. Respondiendo a intereses sociopolíticos y económicos de distintos sectores”. En Israel, la Avenida de los Justos honra a los héroes no judíos que tuvieron la valentía de ayudar a los judíos en aquel momento, aún a riesgo de su propia vida. “No olvidemos, la memoria nos defenderá y no sólo a los judíos; a toda la humanidad”, concluyen.

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