“No hay que aceptar las extorsiones, hay que denunciarlas”

“No hay que aceptar las extorsiones, hay que denunciarlas”

Farhat, subsecretario de Participación Ciudadana, dio algunos consejos

04 Mayo 2016
José Farhat es el titular de la Subsecretaria de Participación Ciudadana, bajo la cual se desarrolló el programa de Seguridad Inteligente que se encarga de concientizar sobre delitos cibernéticos, entre otros. El especialista explicó esta problemática y dejó algunos consejos sobre cómo evitar ser víctimas y cómo actuar en caso de caer en la trampa.

- ¿Cómo se cae en la pornografía infantil?

- La tecnología potenció mucho este delito. Nosotros vemos cómo los chicos son captados en la red. Puede ser por grooming, que es cuando un adulto seduce en internet a un menor, con componentes sexuales y a través de perfiles falsos; o por sexting, que es cuando se envían contenidos eróticos. Esto deriva en una extorsión para no dar a conocer las fotos, que no siempre es con dinero. A veces les piden que continúen con estas prácticas eróticas.

- ¿Cómo llegan los acosadores hasta los menores?

- Los chicos hoy tienen una cultura de quién tiene más amigos y aceptan gente que no conocen. Así cualquier persona va viendo cuáles son sus gustos a partir de las redes sociales. El perfil es una huella digital, muestra muchas cosas. A veces aceptan a alguien porque tienen un amigo en común conocido, pero es probable que ese amigo en común ya haya caído en la trampa de aceptarlo.

- ¿Cómo puede evitarse ser una víctima?

- Hay tres instancias. La primera es tomar conciencia; estamos muy vulnerables. Damos mucha información. También en esta etapa es preciso reforzar los vínculos familiares, hablar estos temas en la mesa. El segundo paso es configurar los perfiles con la máxima seguridad; las redes sociales lo permiten. Y por último, no hay que aceptar las extorsiones, hay que denunciarlas. La División Delitos Telemáticos está trabajando muy bien.

- ¿Qué consejos se les podría dar a los padres de adolescentes?

- Poner la computadora en un lugar público de la casa, para empezar. Por ejemplo, el living. Un lugar donde esté a la vista de los padres lo que hacen los chicos. Cuando la PC está en la pieza, lo que hacen los adolescentes se vuelve incontrolable. También hay que tener cuidado con las camaritas. Existen programas que permiten prenderlas desde otra computadora sin que uno lo sepa. Uno chatea con estas personas sin saber que ellos pueden ver todo lo que uno hace y lo que pasa en la casa. Además, es preciso tener un control sobre los celulares, no sólo sobre las computadoras. Hay que saber con quién hablan por teléfono. Y aunque cueste, porque no son nativos de la cultura digital, los padres deben hacerse amigos de la tecnología para entender bien este problema. En cuanto a la manera de abordar a los menores, las respuestas no van a llegar con prohibiciones porque esto crea una distancia. Incluso puede provocar actos de rebeldía que son muy comunes en la adolescencia. Hay que entender que para hablarles, hay que elegir un camino amigable, para que ellos entiendan que realmente están en riesgo.

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