A Cervantes y a Shakespeare los separan los festejos

A Cervantes y a Shakespeare los separan los festejos

A 400 años del aniversario de la muerte de los escritores, España y Gran Bretaña muestran grandes diferencias

POLEMICA. Acusan a funcionarios españoles de no haber hecho lo suficiente para homenajear al genio de las letras. Curto De La Torre/Agence France-Presse para the new york times POLEMICA. Acusan a funcionarios españoles de no haber hecho lo suficiente para homenajear al genio de las letras. Curto De La Torre/Agence France-Presse para the new york times
30 Abril 2016

Raphael Minder - The New York Times

MADRID.- Durante el fin de semana pasado, se honró a dos gigantes de la literatura occidental, William Shakespeare y Miguel de Cervantes, en sus países de origen, por el 400 aniversario de su muerte.

Sin embargo, mientras que Gran Bretaña ha salido a festejar con todo a Shakespeare, tiene una lista de actividades para todo el año, de alto perfil, lecturas, conciertos y montajes de sus obras, se ha acusado a los funcionarios españoles de no hacer suficiente para promover a Cervantes, cuyo “Don Quijote” está considerado como un texto fundamental de la ficción moderna.

Conforme España está entrando en su quinto mes sin un gobierno elegido, tras unas elecciones inconclusas en diciembre, las críticas han adquirido un sabor distintivamente político.

Hace unas semanas, Juan Luis Cebrián, el presidente de Prisa, el grupo español de medios, dueño del periódico El País, rindió tributo a Cervantes en su asamblea general de accionistas.

Sin embargo, atacó “la ausencia de autoridades y la anomia en nuestro país, en términos de todo lo que se relaciona con este acontecimiento”.

En enero, legisladores socialistas presentaron una propuesta parlamentaria para presionar al gobierno conservador en funciones a que mejore los planes de la conmemoración. José Andrés Torres Mora, un legislador socialista, acusó al gobierno de “cruzarse de brazos”.

Funcionarios españoles insisten en que tales críticas están equivocadas y dijeron que el gobierno nunca buscó tener el control absoluto de cómo debería honrarse a Cervantes, ni pagar el costo total de la celebración.

José María Lassalle, el secretario de Estado para la cultura, dijo en entrevista telefónica que su objetivo es “romper con la filosofía” de los 1980 y 1990, cuando España tenía en su mayor parte un gobierno socialista.

En esa época, arguyó, se subsidiaban fuertemente los grandes proyectos culturales y se organizaban desde arriba de conformidad con una jerarquía estricta.

En cambio, anotó, la conmemoración de Cervantes debería ser “mucho más sobre sugerir en lugar de ordenar”.

“Es un cambio de mentalidad que, quizá, muchos no han entendido”, añadió. “Hemos buscado algo más transversal, democrático, de colaboración y plural”.

No obstante, hace poco, el ministerio de la cultura agregó 129 proyectos a la agenda de celebraciones oficiales, con lo cual suman 329 en total.

El gobierno dijo que había asignado un total de cuatro millones de euros, alrededor de 4,55 millones de dólares para financiar actividades vinculadas al aniversario. Las autoridades regionales están gastando alrededor de la mitad de esa cantidad.

En Gran Bretaña, casi todas las grandes instituciones culturales han planeado una actividad shakespeariana ostentosa. El sábado pasado -el aniversario de la muerte- la Real Compañía Shakespeare organizó “Shakespeare Live!”, la transmisión de interpretaciones que hizo la BBC. Participaron en el espectáculo actores como Helen Mirren, Judi Dench y Benedict Cumberbatch.

El Teatro Nacional, la Biblioteca Británica, el Real Salón de Festivales y el Museo Victoria y Alberto, entre otros, tenían programadas actividades para el fin de semana.

El trato comparativamente de menor espectacularidad que España le ha dado a Cervantes ha agraviado a más de unos cuantos escritores e intelectuales del país.

Arturo Pérez Reverte, uno de los novelistas de mayor venta de España, dijo en su blog que mientras que el primer ministro británico David Cameron había escrito un artículo ampliamente publicado sobre Shakespeare y hasta había recitado de un tirón una serie de juegos de palabras en el Parlamento para demostrar cómo el poeta y dramaturgo “proporciona lenguaje para cada momento”, sería impensable que Mariano Rajoy, el primer ministro en funciones en España, rindiera un homenaje público a Cervantes.

El manejo que ha hecho el gobierno de la conmemoración, escribió Pérez Reverte, se redujo a la vergüenza internacional del año de Cervantes.

No obstante, el miércoles, Rajoy le entregó un ejemplar de “Don Quijote” a Carles Puigdemont, el nuevo dirigente separatista de Cataluña; un gesto que también estaba políticamente cargado, ya que Rajoy había advertido en contra de cualquier intento catalán de separarse de España .

Lassalle, el secretario de Estado, dijo que lamentaba las reacciones negativas “en algunas círculos intelectuales”. “Hay típico espíritu español de considerar que nuestras cosas peores de lo que se hace en el extranjero”, dijo. “Eso es algo que, claro, los anglosajones nunca hacen”.

Darío Villanueva, el director de la Real Academia Española, la guardiana de la lengua, ha expresado sus inquietudes sobre la organización de la conmemoración. En enero, resaltó los retrasos en los preparativos y advirtió sobre “consumir el tiempo de la oportunidad que se tendría de conmemorar a Cervantes”.

Sin embargo, en una reciente entrevista telefónica, Villanueva dijo: “estaba preocupado, pero ahora estoy un poco más relajado porque creo que las cosas están funcionando y tomando su lugar”.

Que España no esté totalmente unida en torno a las actividades cervantinas se parece, quizá, a la agitada vida del escritor.

Una de las actividades principales, que terminará el 22 de mayo, es una exposición en la Biblioteca Nacional. Se exponen nueve de las 11 cartas conocidas que Cervantes escribió, en su mayor parte cuando trabajaba como recaudador de impuestos. También se rastrean las huellas del escritor por el Mediterráneo, no siempre por su propia voluntad, ya que pasó cinco años en prisión, en Argelia, después de que lo capturaran unos piratas.

La última parte de la exposición, dedicada a “el mito de Cervantes” y su legado, resalta cómo los escritores ingleses siguieron el ejemplo de Cervantes en la ficción, incluido Henry Fielding con su novela “Tom Jones”.

Durante una visita reciente, un guía le dijo a su grupo que se habría honrado mejor a Cervantes si hubiera vivido en Londres en lugar de en Madrid, aunque vivió en el mismo distrito de la ciudad, acertadamente llamado barrio de las Letras, que varios de los otros escritores del Siglo de Oro español.

Desarrollar el distrito literario como un centro cultural es “el gran sueño que necesita Madrid”, notó José Manuel Lucía Megías, un profesor de literatura y curador de la exposición en la Biblioteca Nacional.

El año pasado, investigadores dijeron que habían encontrado los restos de Cervantes en un convento en Madrid, donde lo enterraron en 1616. A pesar del frenesí mediático que generó el descubrimiento, Fernando Prado, el historiador que dirigió la búsqueda, dijo que el nuevo gobierno municipal de Madrid no había hecho “absolutamente nada” desde entonces para promover el sitio del entierro.

En conjunto, señaló Prado, “no ha habido ningún intento por pensar en cómo Cervantes y este año especial podría ser benéfico en el más largo plazo.

Los políticos, agregó, “solo están interesados ahora en lo que pasará en la policía de España, así es que, para ellos, Cervantes solo se trata de querer salir en la foto”.

Villanueva, de la Real Academia, quien también es profesor de literatura comparativa, dijo que se les debería rendir homenaje a Shakespeare y Cervantes como “dos autores absolutamente complementarios”. Cervantes, dijo Villanueva, “escribió teatro y poesía, pero reconoció que no estaba especialmente inspirado en esos campos, mientras que Shakespeare no escribió narrativa”.

Nada en la exhibición de la Biblioteca Nacional se tradujo al inglés, algo que el curador calificó de error institucional.

“Es un error absoluto no pensar en la población más allá de las personas que hablan español”, dijo Lucía Megías. “Yo creo que, a veces, en este país nos falta visión de márquetin”.

No obstante, Lassalle, el secretario de Estado argumentó que la exhibición de Madrid se puede comparar favorablemente con una que hay en la Biblioteca Británica sobre Shakespeare. También mencionó una nueva coreografía del ballet “Don Quijote” de la Compañía Nacional de Danza de España que ha recibido críticas favorables y un festival de teatro de verano en Almagro que estará dedicado casi exclusivamente a Cervantes.

Algunos esfuerzos fondeados por el gobierno no recibieron la atención, ni de los medios ni de la población, pero fueron grandes logros en términos de la promoción de Cervantes, en el que está incluido un proyecto para digitalizar sus obras. La conmemoración oficial cervantina está programada para concluir hasta mediados del 2017. Cualesquiera que sean las críticas hasta ahora, dijo Lassalle, la evaluación de su impacto, “realmente, solo debería hacerse al final”.

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