¿El evento cultural más importante del mundo?

¿El evento cultural más importante del mundo?

Así calificó Alberto Manguel a la Feria del Libro. Es, sin duda, un acontecimiento extraordinario que hace un notable aporte a la promoción de la lectura y al desarrollo cultural del país. Recorrerla ofrece un panorama de los cambios y las apuestas del mercado editorial argentino.

30 Abril 2016

Por Juan José Fernández

PARA LA GACETA - BUENOS AIRES

Alberto Manguel, en el discurso de apertura de la Feria del Libro de Buenos Aires, dijo que los organizadores de la exhibición se equivocaban al calificarla como el evento cultural más importante de Latinoamérica. “Es el evento cultural más importante del mundo”, corrigió. No resulta sencillo comprobar si Manguel exagera. Es difícil meter en una misma bolsa a la Bienal de Venecia, el Festival de Cannes, el Jazz Fest de Nueva Orleans o la ceremonia de entrega de los Oscar y clasificarlos por orden de importancia a partir de una ecuación que debería combinar valor de lo expuesto, impacto público, contribución a la dinámica cultural, cantidad de visitantes o espectadores, etc. Pero se puede afirmar sin temor a equivocarse que la Feria del Libro, habiendo llegado a su edición número 42, es un acontecimiento que se ha ganado un destacadísimo lugar en la agenda cultural de una de las ciudades que presenta una de las más ricas muestras en esa materia, con su intensa
actividad teatral, la múltiple oferta de su música y las centenares de librerías que pueblan su geografía (contando entre ellas a alguna que compite, en un ranking también cuestionable pero interesante, por el podio de las más bellas del planeta).

Hace más de dos décadas que la Feria logra el prodigio de congregar a más de un millón de personas que recorren pabellones en los que se exhibe un millón de libros. Las estadísticas marcan que tres de cada cuatro visitantes sale del predio con, al menos, un ejemplar comprado. Un 3% de los que la recorren son extranjeros y un 15% vive en el interior del país. Un porcentaje similar está formado por estudiantes primarios y secundarios, muchos de los cuales nunca han ingresado a una librería. Durante 20 días los medios le dan un espacio relevante en sus páginas o programaciones a lo que ocurre en la Feria y una buena cantidad de dirigentes, estrellas del espectáculo y el deporte, junto a las figuras del mundo literario, participan en sus actos, colaborando en la difusión y en la convocatoria. Así, esta suerte de culto fetichista al libro, que se diferencia de otras exposiciones similares (como la de Frankfurt, Londres o Guadalajara, más reducidas u orientadas al negocio editorial), constituye un hecho notable a nivel global y sobresaliente en la vida de nuestro país, por su aporte a la promoción de la lectura y, en definitiva, al desarrollo cultural de sus ciudadanos.

Invitados y tanques

Fuera de un eventual escándalo en alguna de sus charlas, los invitados internacionales suelen otorgarle el mayor toque distintivo a una edición respecto de las anteriores. Este año sobresale Mario Vargas Llosa, quien vuelve a la misma Feria en la que durante el kirchnerismo sufrió un embate censor promovido por el entonces director de la Biblioteca nacional, Horacio González (no parece casual la elección de su sucesor para la apertura de la actual edición, como expresión del cambio de clima). El otro premio Nobel que también asiste es el sudafricano J. M. Coetzee. Otros de los escritores que resuenan en el programa de actividades son la española Milena Busquets, hija de la mítica editora Esther Tusquets y autora de Todo esto pasará; el escritor nicaragüense Sergio Ramírez; el italiano Paolo Giordano, autor de La soledad de los números primos; y el siempre polémico Jaime Bayly.

Un recorrido rápido por el predio ofrece una visión bastante clara del panorama editorial argentino. El enorme stand de Random House, el holding que más creció en los últimos años absorbiendo recientemente editoriales como Alfaguara, destaca a autores locales como Florencia Bonelli, Eduardo Sacheri, y Gloria Casañas (tres de los cinco autores de libros de ficción más vendidos de los últimos dos años) junto a best sellers de no ficción locales como Estanislao Bachrach, íconos internacionales como Stephen King y los “próceres” del Grupo (Borges, García Márquez, Cortázar, Vargas Llosa).

A pocos metros del stand de Random, entre sus más de 350 novedades de los últimos doce meses Planeta, el segundo mayor holding que opera en la Argentina, compite con otra selección de autores que suelen ocupar las principales posiciones en los rankings: Facundo Manes, Gabriel Rolón, Felipe Pigna y Jorge Fernández Díaz, autor de Te amaré locamente, la novela más vendida del momento. También apuesta especialmente a tres libros de reciente aparición: El elefante desaparece, de Haruki Marukami; Los besos en el pan, de Almudena Grandes, y El partido, crónica de Andrés Burgo sobre el cotejo que la selección argentina de fútbol le ganó a la inglesa, en el mundial de México 86, con los dos célebres goles de Maradona.

La ruta del dinero K, de Daniel Santoro, resalta en el stand de Ediciones B. La inclasificable Keri Smith (autora de Destroza este diario y Esto no es un libro), en el de Paidós. Las españolas Pilar Rahola y Milena Busquets son las protagonistas del stand de la agencia Riverside. Nik y Liniers, en el de editorial De la flor. El Ateneo tiene una “cartelera” más fragmentada que incluye libros de Román Lejtman, Lawrence Freedman y Archibaldo Lanús sobre Malvinas o el último de Sergio Berensztein, en coautoría con Marcos Buscaglia, Los beneficios de la libertad. A un año de su muerte, Siglo XXI rinde un merecido homenaje a Galeano con un nutridísimo catálogo de su obra. También destaca la colección de ciencia dirigida por Diego Golombek y el último libro de Manguel. Para lectores sofisticados es imperdible el stand de los Siete logos, que reúne títulos de las mejores editoriales independientes.

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(c) LA GACETA
Juan José Fernández - Crítico.

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