Tratará su adicción a las drogas en la cárcel

Tratará su adicción a las drogas en la cárcel

Franco Soria recibió una pena de 12 años de prisión; cuando embistió al matrimonio en Monteros estaba alcoholizado y drogado Lo hallaron culpable de homicidio con dolo eventual en concurso ideal con lesiones. Frente a los jueces lloró y pidió perdón

PREVENTIVA. Soria se encontraba detenido desde la semana pasada. El Tribunal lo había declarado en rebeldía. la gaceta / foto de osvaldo ripoll PREVENTIVA. Soria se encontraba detenido desde la semana pasada. El Tribunal lo había declarado en rebeldía. la gaceta / foto de osvaldo ripoll
28 Abril 2016
La Cámara Penal Sala II del Centro Judicial de Concepción condenó ayer a 12 años de prisión a un joven que el 28 de setiembre de 2014 chocó en Monteros un auto con su camioneta y provocó la muerte de un matrimonio de Villa Quinteros y heridas graves a otra ocupante. Franco Elías Soria (21 años) fue hallado culpable del delito “homicidio con dolo eventual en concurso ideal con lesiones” por el tribunal compuesto por Carlos Pellegri (presidente), Elena Grellet y Raquel Asís.

Durante el juicio, que concluyó al mediodía, los peritos aseguraron que Soria al momento de producir la tragedia conducía a alta velocidad su Toyota Hilux y bajo efectos de bebidas alcohólicas, psicotrópicos, marihuana y cocaína. Las víctimas del percance fueron Mario Antonio Abregú (39 años) y su esposa Lilian Elizabeth Rodríguez (36), quienes fallecieron casi en el acto. Por su parte, Marcela del Valle Abregú (30), hermana del primero, resultó gravemente herida.

Mario Abregú conducía el VW Gol el día de la desgracia, cerca de las 9. Al lado su esposa y atrás su hermana. Momentos antes habían estado en una confitería ubicada al frente de la plaza principal de Monteros, compartiendo un desayuno.

De allí salieron por calle Bernabé Aráoz y avanzaron media cuadra hasta llegar a la esquina de 24 de Septiembre. Abregú aceleró al encontrarse en verde el semáforo. Nadie advirtió que por calle 24 de Septiembre circulaba en marcha descontrolada la camioneta que manejaba Soria. Cuando el auto intentó girar en sentido al oeste fue embestido violentamente, frente al edificio de la comisaría.

“Habíamos salido a pasar un domingo lindo y con el propósito de compartir un asado. Y de repente me vi atrapada, dolorida y sin poder salir, en medio de un chatarrerío. Y todo por culpa de un asesino”, testimonió la única sobreviviente del Gol. La mujer arrastra hasta hoy varias secuelas del accidente.

Los relatos de varios testigos coincidieron al asegurar que Soria antes de ingresar a Monteros cargó combustible en una estación de servicio y de ahí salió zigzagueando rumbo al centro de la ciudad. “Al ingresar por la avenida España subió al cordón de la vereda y por poco se estrella con una escultura. Retomó la calle y siguió hasta que desencadenó la tragedia”, dijo un testigo en el juicio. Soria fue aprehendido un día después por orden de la fiscala Mónica Targa.

Si bien luego de la aprehensión quedó en libertad, desde la semana pasada Soria permanece con prisión preventiva por orden de la Cámara Penal Sala II que lo declaró en rebeldía al no presentarse en el inicio del juicio.

Soria no habló casi en el juicio. Cuando una jueza le preguntó si iba a hacer uso de la palabra, sólo lloró y pidió perdón. Su defensor, Javier Lobo Aragón, pidió que se lo condene por el delito de “doble homicidio por culpa e imprudencia”, que tiene una pena de hasta cinco años de prisión. “Fue un accidente con un saldo lamentable, pero que no merece la calificación excesiva que se le dio” apuntó.

Sin embargo el fiscal de Cámara, Enrique Rojas, insistió en que el acusado debía recibir la máxima pena por el cargo de “homicidio con dolo eventual en concurso ideal con lesiones”. Y pidió los 12 años de prisión que finalmente le concedió el tribunal. Los jueces también ordenaron que permanezca en prisión, por la gravedad del delito, y que sea sometido a un tratamiento por sus adicciones en la cárcel.

“La condena tenía que haber sido mayor porque fue un asesinato. Soria actuó con total desprecio por la vida. Así no puede andar nunca en libertad” se quejó Rodrigo Rodríguez, hermano de una de las víctimas mortales. Lobo Aragón repitió que la condena era excesiva e informó que iba apelar.

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