“Pulguita” llegó a los 100 ejecutando un penal con amague para que caigan pelotas del cielo

“Pulguita” llegó a los 100 ejecutando un penal con amague para que caigan pelotas del cielo

“Estoy muy contento, sobre todo por el cariño de la gente. Yo también les debo mucho a ellos, me dieron todo desde que llegué”, expresó.

EL MOMENTO JUSTO. Después de amagarle al arquero y de pegar un saltito, “Pulguita” Rodríguez le cambió de lado el disparo y convirtió su gol número 100 con la camiseta de Atlético.  LA GACETA / FOTOs DE hÉctor peralta EL MOMENTO JUSTO. Después de amagarle al arquero y de pegar un saltito, “Pulguita” Rodríguez le cambió de lado el disparo y convirtió su gol número 100 con la camiseta de Atlético. LA GACETA / FOTOs DE hÉctor peralta
17 Abril 2016
Cuando Luis Miguel Rodríguez hizo su primer gol, las probabilidades de que llovieran pelotas del cielo eran las mismas de que lo hicieran gotas de agua. Es que en San Juan, una de las provincias más secas del país, fue donde el “Pulguita” comenzó la cuenta goleadora que ayer alcanzó el simbólico número 100.

“Es una pelota que recibo sobre la izquierda, engancho y defino de zurda”, recordó sobre la tarde del 19 de agosto de 2007 ayer en la zona mixta con una de las 100 pelotas que bajaron desde el techo que cubre a la platea alta.

Fue el original regalo del club, para un logro (alcanzar la barrera de los 100) que ahora solo lo ostentan él y Juan Francisco Castro (119), quizás su próximo objetivo personal en los dos años de contrato que le restan en Atlético.

“No tenía idea lo de lo de las pelotas. Me habían contado que iba a haber algo particular y me sorprendió”, admitió el goleador. Justo a él, que nunca fue de exagerar emociones en los festejos. “El ‘Polaco’ (Cristian Menéndez) siempre me dice: ‘¡¿cómo no vas a festejar los goles?!’”, recordó el “Pulguita” durante una entrevista que le concedió a LG Deportiva en diciembre pasado.

Un puño cruzado, un beso a la tribuna o, como mucho y como al principio, una remera que decía I love (yo amo, en inglés) Simoca”. Ayer, la leyenda de su remera estaba dedicada a Karina, una de sus hermanas, quien atraviesa un problema de salud.

Es que fueron casi 10 años ininterrumpidos de goles y la energía no se iba a desperdiciar en las celebraciones. Casi una década que el jugador se tomó para llegar a la centena y eso que durante seis meses estuvo en Newell’s y estuvo, en total, casi un año lesionado.

“Estoy muy contento, sobre todo por el cariño de la gente. Yo también les debo mucho a ellos, me dieron todo desde que llegué”, expresó. En esos nueve años, la relación con el público se mantuvo casi tan estable como su potencia goleadora. Tuvo cortocircuitos porque si los tiene hasta Lionel Messi, el mejor jugador del planeta, como no los va a tener su tocayo de apodo. Sus ganas de irse a Belgrano hace algunos años, más alguna que otra ida y vuelta de su hermano y representante Walter Rodríguez (la primera “Pulga” “decana”, sembraron algunas dudas pero en el fondo, ambos (público y Luis Miguel) se quisieron mucho.

No fue casualidad que el primer gol que convirtió, haya sido de zurda. Da cuenta de que los recursos que contó para llegar a los 100 fueron muy útiles. Con esa pierna envió 11 pelotas al fondo de la red; con su cabeza, nueve; de tiro libre, 10 y desde afuera del área, con la pelota en movimiento, marcó 13. Uno de esos 13 fue el que eligió como el más lindo de su carrera: el de mitad de cancha a Independiente, en 2014. Cuando llegó a los 50, eligió uno de emboquillada que le hizo a Alumni de Villa María, en el Argentino.

El último fue de penal, su segunda fuente goleadora (17), detrás de los 53 que hizo con la derecha y de jugada.

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