Yerba Buena prohíbe las bolsas de polietileno

Yerba Buena prohíbe las bolsas de polietileno

La “ciudad jardín” es el único municipio tucumano en tener una norma que suprime el consumo de las bolsas de un solo uso. Desde junio, los comercios deberán entregar costales reutilizables. Esta semana empezó el tiempo de adaptación. Después, habrá multas. Instan a la capital a imitar la medida.

La bolsa que te dieron hoy en el supermercado tardará 200 años en degradarse. Cuando vos te hayas ido de esta vida, ella estará todavía. Porque aunque mañana la uses para sacar la basura y la mandes lejos de tu vista, a perderse en un relleno sanitario entre otras miles, se quedará en la Tierra por mucho tiempo. Hasta que nazcan los hijos de tus nietos, tal vez.

Cada habitante de Yerba Buena consume, en promedio, unas 30 bolsas de plástico, de un solo uso, al mes. El consumo total se eleva a 2 millones por mes. Unos 24 millones cada año. Los ambientalistas creen que deberían desaparecer. En correspondencia con esos pensamientos, la Municipalidad de la “ciudad jardín” ha dictado una norma para que desde el 5 de junio, cuando se festeje el Día Mundial del Medio Ambiente, nadie las use.

Vivir sin plástico

La Ordenanza 2.027 prohíbe en todo el municipio la entrega de bolsas plásticas de polietileno para el transporte de mercaderías. Fue promovida por los concejales Marcelo Rojas y José Macome, y se aprobó por unanimidad el 23 de diciembre pasado. En el artículo segundo, se especifica a quiénes les atañe la disposición: híper y supermercados y negocios mayoristas y minoristas, de cualquier tipo.

Los ediles les dieron a los comerciantes un plazo de 12 meses, desde aquel entonces, para reemplazar las bolsas de polietileno por bolsas oxi y biodegradables. No obstante, cuando la Dirección de Medio Ambiente de la Municipalidad -que es la autoridad de aplicación- comenzó a bosquejar la implementación, se dio con una sorpresa. “¿Para qué vamos a esperar tanto?”, le preguntaron los supermercadistas a Hernán Macedo, el director de esa dependencia.

Vista la reacción, el funcionario resolvió que el 5 de junio se marchen de cuajo, al menos en las grandes cadenas. A los pequeños comercios, en cambio, se les darán esos seis meses restantes para que pongan en práctica la veda. La ordenanza aclara que los negocios con verdulerías, carnicerías, pescaderías y rotiserías podrán dar bolsas plásticas transparentes, por cuestiones de asepsia.

Además, Macedo introdujo otro cambio en la reglamentación. En vez de reemplazar las volátiles bolsitas blancas por las biodegradables -como estaba escrito-, decidió que se usen únicamente las bolsas reutilizables u otro empaque que tenga un segundo uso, como cajas.

Tiempo de seducción

Llegar a la fecha elegida sin costales volando por la ciudad requerirá empeño. Por ello, esta semana lanzaron una campaña de adaptación. Ayer, por ejemplo, en uno de esos habituales canjes ecológicos que desde hace un par de años organiza el municipio, se les contó la noticia a los vecinos.

“Nos tomaremos unas semanas para capacitar a la gente. Hemos tenido charlas con los supermercadistas y nos han acompañado. Ahora, debemos llegar a los comercios chicos”, resume Macedo. La ordenanza contempla un régimen de sanciones, que va desde apercibimientos hasta multas.

¿Funcionará? ¿De verdad conseguirán que ni el almacén de la esquina te dé bolsitas? He ahí algunas de las dudas que surgen. “Por supuesto que lo lograremos. Otras ciudades ya lo han hecho. En Yerba Buena, tenemos un alto porcentaje de gente capacitada. Eso da confianza”, contesta el concejal Rojas, uno de los impulsores.

Los datos que maneja la demógrafa Nora Jarma dan cuenta de esos dichos. En una entrevista con este diario, revela que Yerba Buena es el departamento tucumano con mayor porcentaje de población de 30 años con estudios universitarios.

Los antecedentes

Varias otras ciudades de la Argentina se han anticipado a la comarca piedemontana. En Buenos Aires, Neuquén, Chubut y Córdoba, entre otras, hay distritos que han quitado las bolsas.

Sin ir más lejos, San Miguel de Tucumán también puede mencionarse como ejemplo, pero trunco. En 2009 se aprobó una ordenanza similar y aunque hubo castigos para los infractores, al poco tiempo las bolsas volvieron a aparecer.

Pese a esa experiencia cercana, los ambientalistas no se desaniman. Teresita Lomáscolo -coordinadora del programa Bosque Modelo Tucumán- aplaude la disposición yerbabuenense. Ella sabe que la bolsa de polietileno no sólo tarda en degradarse, sino que nunca lo hace por completo. Conoce, también, que su promedio de uso es de 10 minutos. Apenas 10 minutos. “Entonces, si vas a tenerla apenas ese rato en tus manos, ¿vale la pena lastimar tu mundo?”, se pregunta.

Alejandro Brown -director ejecutivo de ProYungas, ecólogo y experto en biodiversidad y desarrollo sustentable- llama a la Municipalidad a establecer una política integral del manejo de los residuos. “Algo que sea confiable, de una vez por todas”, reclama. Y considera también que se debería planear una implementación conjunta con la ciudad fronteriza de San Miguel de Tucumán.

El grande y el chico

Alejandro Etchegaray, el gerente de una sucursal de la cadena francesa Carrefour en Yerba Buena, asegura que su empresa es una promotora constante del cuidado del medio ambiente. “Cuando era chico, mi vieja me mandaba a hacer las compras con un carrito”, relata, con aire reflexivo.

El pensamiento de Ramiro Juliá representa al de un comerciante pequeño, pues es dueño de una farmacia. No le enfada el cambio que se avecina. “Yerba Buena tiene que ser el portal verde de la provincia. Ojalá que esta sea la primera de varias medidas ecológicas. Después, podría exigírseles, a los grandes comerciantes, paneles solares para promover las energías alternativas”, se esperanza.

El reciclaje es una manera de comprender al mundo, de cuidar al mundo, de pensar en los hijos. Es ser responsables. Hoy, en cambio, todo se descarta. Una bolsa de plástico, también. Un instrumento para olvidar. Un instrumento para te quites de encima las cosas que no te sirven. La que hoy te dieron en el supermercado tardará 200 años en degradarse.

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