Sorprendente actualidad

Sorprendente actualidad

La primera parte del Quijote se edita en 1605. Cervantes galopa entre dos siglos, dos períodos diferentes de la historia; así va a llegar al siglo XVII, proyectado en un loco, con un mensaje cuerdo, y verdades tan poderosas y sonoras, que siguen resonando en nuestros días.

17 Abril 2016
Por Alba Omil
LA GACETA - TUCUMÁN

¿Cuántas tundas morales y de conducta nos ha propinado a nosotros, los del presente? Pero a la vez, dejó enseñanzas y sentencias que no mueren ¿Cuántas veces las usamos, para acallar la sinrazón del ignorante que hablaba de lo que no entendía?:”No se hizo la miel para la boca del asno”.

¿Era don Quijote un enajenado o un visionario? ¿Por qué suenan aún y con justificación, algunas de esas sabias ironías críticas? (Recordemos al “corredor de oreja”, vulgo alcahuete, “que es oficio en república bien ordenada”). Y ahí están, auténticas y ¡oh bochorno!, hasta prevaricadas, en boca de algunos culturosos que lo citan sin haberlo leído, y lo usan como máscara, para justificar trabajos que no hicieron: “Ladran, Sancho, señal que cabalgamos”. Escribimos sobre esto, hace tiempo, en LA GACETA Literaria.

Sus sentencias pueden servirnos para metaforizar con elegancia una corrupción, algo que se ha ocultado y huele mal: Recordemos el episodio de los batanes: “Hueles, Sancho, que no a rosas”.

Recordemos su repudio raigal a la injusticia (la justicia no es ciega, debería cumplirse y no se cumple), a la mentira y la deshonra: defiende la conducta honrada, en tanto castiga lo contrario.

Así ha dejado su mandato, para nosotros y para los que mandan.

Verdades profundas

Detrás de su sátira y de su parodia, cuántas verdades profundas se ocultan; entre ellas, el ejercicio de una facultad humana sin par: el ejercicio de la libertad. En estos días en que el periodismo anuncia juicios que advienen, o deberían llegar, cobran vigor las palabras de Don Quijote a Sancho, futuro gobernador de la ínsula: “Cuando te sucediere juzgar algún pleito de algún tu enemigo, aparta las mientes de tu injuria y ponlas en la verdad del caso”. Y, furioso, así como defiende al justo, señala con el dedo al tramposo, al que miente, al que roba y al que mata o manda matar y luego esconde la mano. ¿Qué le pasaría hoy en este terreno, ante los manejos en la sombra?

Su discurso sobre la Edad de Oro (cap. XI) hace pensar que fue escrito para el siglo XXI: ”No había la fraude, el engaño, la malicia, mezclándose con la verdad y la llaneza. La justicia se estaba en sus propios términos, sin que la osasen turbar ni ofender los del favor y los del interese, que tanto ahora la menoscaban y persiguen”.

Cuando Cervantes pone en boca de don Quijote ese ahora ¿estaría mirando el lejano futuro? Por cierto, está aludiendo a su tiempo, el de Felipe III, corrupto y decadente, pero, como dice el tango: “la historia vuelve a repetirse... ”.

A 400 años de distancia de la muerte de Cervantes, siguen vivos Don Quijote, su escudero, la memoria de su creador, su ejemplo, junto a la perplejidad reverencial que hoy nos lleva a escribir estas líneas.

© LA GACETA
Alba Omil - Escritora, editora, profesora de Letras.

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