Solo hay víctimas en esta historia

Solo hay víctimas en esta historia

Llega “Los corderos”, la obra de Daniel Veronese, en versión del Teatro Nacional Cervantes.

UNA OBRA SOBRE EL PODER. Gonzalo Urtizberea, Diego Velázquez, María Onetto, Tony Lestingi y Tamara Garzón Zanca, en “Los corderos”.- UNA OBRA SOBRE EL PODER. Gonzalo Urtizberea, Diego Velázquez, María Onetto, Tony Lestingi y Tamara Garzón Zanca, en “Los corderos”.-
15 Abril 2016

DOS FUNCIONES

• Hoy y mañana a las 22, en la sala Orestes Caviglia (San Martín 251). Entradas a 2x1 para los socios del Club LA GACETA.


Todos son víctimas; no hay victimarios aunque alguno lo parezca por momentos. Y quienes digitan lo que pasa están fuera de ese espacio cerrado de una casa donde es traído un hombre atado y con los ojos vendados, quien porta una historia que puede destruir el equilibrio costosamente alcanzado por los que lo reciben.

Hace 25 años, Daniel Veronese escribió “Los corderos”, dentro de un ciclo de obras unificadas en el antetítulo común “Del maravilloso mundo de los animales”, cargado de ironía y de doble significación. La obra cargaba con un simbolismo relacionado con la violencia estatal de la dictadura militar, y desde allí se relacionada con la fragilidad y el deterioro de las relaciones entre las personas. En el presente, hay un giro estético que la aleja de esa visión y la vincula con otras lecturas políticas y sociales.

El multipremiado autor encaró una revisión de su texto con una puesta que él mismo dirigió en el Teatro Nacional Cervantes, y que llega a Tucumán en dos funciones sucesivas, hoy y mañana, en la sala Orestes Caviglia. El elenco de gira está integrado por Tamara Garzón Zanca, Tony Lestingi, María Onetto, Diego Velázquez y Gonzalo Urtizberea, con quien habló LA GACETA.

- La obra ya superó las dos décadas. ¿Está replanteada?

- Veronese planteó una nueva versión respecto de la estrenada en los 90, según nos dijo. Nosotros la trabajamos junto con él en los ensayos; no se modificó todo, aunque somos concientes de que cambiando una palabra se puede tocar todo. Tuvimos libertad para trabajar y hacer aportes, acotada por supuesto y dentro de lo que a él le parece que había que retocar. Incluso hubo funciones en que vinieron actores mexicanos a verla, porque él estaba poniéndola en México, y se sorprendieron con este trabajo.

- ¿Qué se respeta de la propuesta original?

- Es la misma situación, la de un hombre que es llevado secuestrado a una casa, luego de 20 años de ausencia, que es mi personaje. Es una familia disfuncional a la que llego. En sus primeras puestas, estaba muy apoyada en la desaparición forzada de personas y en la existencia de paramilitares; pero ahora se toma otro rumbo y se centra la atención en las relaciones humanas, en la neurosis, en el sometimiento social, en el que oráculo lo escribe otra gente y sólo podemos verlo, analizarlo o tocarlo, sin modificarlo. No se modificó en que todos somos corderos, pero hay una nueva manera de ver la obra.

- ¿Quién controla a quién?

- En la puesta parece que algunos tienen el poder, pero también son víctimas de un poder delegado o permitido por otros, quienes además están en otro lugar y oculto, no aparece en la puesta.

- ¿Y dónde está el poder?

- El sistema es un poco el poder, de la forma en cómo está planteado y cómo está estructurada la sociedad. Se presenta en distintas formas, y en las últimas elecciones hemos visto cómo el 51% de las personas votó por una política neoliberal que no favorece a nuestro país. No se dio cuenta que Europa y Estados Unidos siguen repartiéndose el poder, como ocurre desde los 70 en la Comisión Trilateral que integraban con Japón. Estos son los lobos que acosan a los corderos.

- ¿Qué rol juega la Argentina en este esquema mundial?

- La Argentina y todos los países deudores sostienen una política ajena a la de sus propios intereses. Les bancamos guerras en Oriente Medio o el quiebre de sus bancos. Este año debemos pagar U$S 35.000 millones a deudores externos, incluyendo a los fondos buitres; imaginate sumando a más de 120 países en el mundo, con algunos que pagan más y otros, menos que nosotros. Son sumas siderales que les sirven para sostener sus objetivos.

- ¿Te preocupa el presente del país?

- Sí, todos estamos muy preocupados. En cualquier país subdesarrollado, al asumir le daría al Presidente U$S 1.000 millones para que pueda sentarse a conversar con el poder, se llame como se llame. Si no, si tenés menos, directamente no le interesan hablar con vos. Es la realidad de un mundo capitalista; quienes nos gobiernen deben tener plata para no necesitar robar. No creo que no hayan robado en el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, pero era una necesidad. No avalo el robo, pero los enemigos son muy poderosos. Cuando hablan de la fuga de capitales no se menciona a los verdaderos responsables, que son las grandes empresas que tienen una firma off shore afuera. Es imposible sacar un solo dólar de Estados Unidos o un euro de Europa. Cristina intentó cambiar los interlocutores internacionales y habló con Irán, con China y con Rusia, nos guste o no.

- Están en gira nacional con “Los corderos”, pero con un elenco distinto del que se presentó en la Capital Federal. ¿Cómo les está yendo?

- Estamos teniendo una gran recepción en el interior. En general nos presentamos en lugares que no se usan para el teatro convencional, pero también lo hacemos en salas como será en Tucumán.


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