Campero quiere demoler las terrazas de la torre de Alperovich Group y pide al Concejo que se expida

Campero quiere demoler las terrazas de la torre de Alperovich Group y pide al Concejo que se expida

La Municipalidad les envió un informe a los concejales sobre una polémica edificación en la avenida Perón. Además, se le prohibió a la empresa constructora que levante dos torres más.

IMPONENTE. La obra de la empresa Alperovich Group está emplazada en la esquina de las avenidas Perón y Fanzolato. LA GACETA / FOTO DE FRANCO VERA IMPONENTE. La obra de la empresa Alperovich Group está emplazada en la esquina de las avenidas Perón y Fanzolato. LA GACETA / FOTO DE FRANCO VERA
10 Abril 2016
Una brasa caliente. Muy caliente. Así podría describirse el informe que acaba de emitirse sobre las torres de la empresa León Alperovich Group, ubicadas en la esquina de las avenidas Perón y Fanzolato, en Yerba Buena. Sucede que en ese documento, elaborado por la Dirección de Planeamiento del municipio, se sugiere que se demuelan las terrazas de los dos edificios en pie.

El argumento esgrimido por la repartición municipal es que existe una transgresión al Código de Ordenamiento Urbano. El expediente fue enviado al Concejo Deliberante el viernes, por la noche. Lleva las firmas, en distintas instancias, del intendente, Mariano Campero; del director de Planeamiento Urbano, Ernesto Marchetti; del jefe de Gabinete, Manuel Courel, y del director de Catastro municipal, Nicolás Silvetti. El secretario de Gobierno, Julio Rossi, fue el encargado de entregar el material. Dejó, además, 10 biblioratos con escritos y planos adicionales.

Ni una torre más

Los cuatro firmantes se valen de casi una veintena de páginas para explicarles a los ediles por qué recomiendan la demolición de esos dos últimos pisos descubiertos. Empero, esa no es la única medida correctiva. Hay otra, también escandalosa -si se quiere-: se le prohibió a la constructora que complete su proyecto, pues consideraron que agotó la superficie edificable permitida.

¿Qué significa esto? Originalmente, Alperovich Group iba a levantar cuatro torres en ese predio. En febrero pasado, incluso, la firma envió un expediente al despacho de Marchetti, en el que modifica su proyecto para las tercera y cuarta torres -que todavía no han sido erigidas- y las fusiona en una sola. Sin embargo, el municipio no sólo no le aceptó la propuesta, sino que le respondió al presidente de la compañía, Naum Alperovich, que ni siquiera puede hacer los dos nuevos edificios. “Se le dijo que no debe seguir construyendo”, se lee en el expediente.

Según la actual gestión, las dos primeras torres han agotado el Factor de Ocupación Total (FOT) para el terreno. Eso significa -de ser así- que la nueva propuesta no tiene margen de superficie para construir.

Esta decisión de la Intendencia no ha sido enviada al Concejo a modo de consulta -como la referida a la demolición- sino en carácter informativo. Eso se desprende de la lectura del texto.

En su papeleo, Planeamiento resume en cinco los puntos en los que se habría transgredido el Código: uso del suelo, retiros reglamentarios, alturas, subsuelo, terrazas y densidad habitacional.

En principio, ahora los concejales yerbabuenenses tendrán la tarea de pronunciarse a favor o en contra de la recomendación de los funcionarios. En este punto, uno podría preguntarse por qué Campero le dio el pase al Concejo. Y esa jugada encuentra su fundamento en la ordenanza aprobada por ese cuerpo, en su anteúltima sesión, para que las urbanizaciones especiales sean visadas por ellos.

El comienzo

La historia del Boulevard del Cerro -como se denomina el emprendimiento- comenzó a transitar por los despachos gubernamentales en 2012, cuando Daniel Toledo gobernaba la ciudad. En agosto de aquel año, se aprobó la documentación técnica para levantar las cuatro torres.

Lo que ocurrió después es historia conocida: la empresa inició su obra. Pero en el último año, y a medida que colocaba un ladrillo sobre otro, comenzaron a oírse algunas voces críticas, de concejales y de arquitectos. Los cuestionamientos apuntaban, principalmente, a la altura de la edificación. Sin embargo -como ocurrió comúnmente durante la gobernación de Toledo- las protestas quedaron en pataleos. El otrora intendente aseguró que la construcción respetaba lo establecido por el Código, y con eso cerró el caso.

Hasta que, en enero de este año, las torres fueron noticia otra vez, cuando Campero les envió una notificación pidiéndoles que liberen la calle del camino de sirga lindera al canal Caínzo-Las Piedras, que durante dos años estuvo cercada por ellos, con consentimiento de Toledo.

Si se cuenta desde el subsuelo hacia arriba, en total se hicieron cinco pisos. Anteriormente, se le había dado el visto bueno a la última planta con el argumento de que no es útil porque se trata de una terraza.

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