¿Por qué ser sustentables genera rentabilidad?

¿Por qué ser sustentables genera rentabilidad?

10 Abril 2016

Ricardo Rodríguez - Director general de Desarrollo Personal y Comunitario de la UNSTA

Hay un nuevo paradigma histórico que muy bien lo describió Peter Senge en su libro La revolución necesaria como “el epílogo de la burbuja de la era industrial donde la manera de hacer negocios (pensar, tomar, hacer, desperdiciar) de los últimos 200 años llegó a su fin”. Adicionalmente las estadísticas nos dicen que en los próximos 40 años la población mundial crecerá un 30%, un reto frente a las limitaciones de recursos de nuestro planeta. Esto nos presenta un nuevo entorno en el cual ya los actores tradicionales del mundo de los negocios han sido superados por un conjunto de factores que impactaron en los componentes de la matriz sociopolítica local, regional, nacional e internacional.

Tenemos que dejar de pensar que los problemas de este presente como la transparencia en la gobernanza y en los negocios, alimentos, agua, energía, desperdicios, toxicidad, la diversidad, el respeto por los derechos humanos no están a nuestro alcance y son sólo temas de agenda de otros; por ello es apremiante responder al llamado que el Papa Francisco nos hace a todos en su Carta Encíclica “Laudato Si -sobre el cuidado de la casa común- punto 14, de “una invitación urgente a un nuevo diálogo sobre el modo como estamos construyendo el futuro de planeta”.

¿Cuáles pueden ser las acciones sustentables para un futuro sostenible?

• La sustentabilidad organizacional, a través de la maximización de la creación de riqueza en la sociedad creando productos y servicios de valor compartido actuará como la palanca de una economía regenerativa fundada en una visión integradora de valor compartido. Sus ejes vinculantes son sustentar y desarrollar. La responsabilidad social deja de ser un tema emergente de diferenciación y de liderazgo para convertirse en un vector de una Estrategia de Sustentabilidad Organizacional.

• Las organizaciones deben adoptar un modelo de producción basado en la interdependencia de tres factores: economía, sociedad y medio ambiente; rediseñando el contrato social de la Revolución Industrial del Siglo XIX (el cual hoy nos llega oleadas y tsunamis sociales) que dio lugar en la segunda mitad del Siglo XX al contrato moral, el cual se desvirtuó por ambas partes, en un mero contrato individual del salvase quien pueda, donde pueda y a cualquier costo.

• Los negocios convencionales del Siglo XIX y XX (producto) son incompatibles con los del Siglo XXI (proceso) siendo éstos la única llave para acceder a mercados cada vez más globalizados y con más regulaciones ambientales y sociales. Los consumidores (de generación S - Generación Sustentable) serán más empáticos con negocios socialmente responsables y ambientalmente sostenibles donde la incorrecta gestión ambiental y social será sinónimo de ineficiencia y pérdida de rentabilidad al asumir costos extras de corrección de sus procesos.

• Hoy las empresas al hacer una relación costo-beneficio, pueden llegar a la conclusión que es más rentable ser ineficientes en el uso de recursos en lugar de implementar sistemas que regulen los impactos negativos; pero esta medición a corto plazo, puede resultar a la inversa. En el tema ambiental las empresas deben asumir el liderazgo si desean ser sostenibles en el tiempo; la inversión es hoy y la compensación es mañana.

• La sustentabilidad deja ya de ser un término de reflexiones académicas para ser una realidad en que nuestro negocio sea rentable y sostenible en el tiempo; en el ámbito de lo público es el único medio para que en los espacios de convivencia impacten en la calidad de vida y en el desarrollo local como en todos los aspectos de la sociedad actual.

Lo que no se puede medir no se puede gestionar y lo que no se comunica no existe; medir el desempeño de sustentabilidad de una organización es una tarea no utópica ni virtual, es una realidad y se basa en indicadores de Tasa de Valor caracterizados por dimensiones estratégicas, operacionales y de desarrollo. Para que estos indicadores sean sustentables deber ser: relevantes (que tenga que ver con los objetivos estratégicos de la organización), claramente definidos (que asegure su correcta recopilación y justa comparación), de fácil comprensión (para todos los miembros de la organización ) y comparable ( entre organizaciones, y en la misma organización a lo largo del tiempo) y sobre todo verificable (transparente).

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