La sutil ferocidad de Martín Kohan

La sutil ferocidad de Martín Kohan

10 Abril 2016
NOVELA

FUERA DE LUGAR

MARTÍN KOHAN
(Anagrama - Barcelona) 

Hay un efecto elusivo en cada línea de la nueva novela de Martín Kohan, una sensación de paso de baile: el centro de la escena nunca se nombra o se pierde en el detalle conciso y pragmático. Lo que cuenta es una mezcla de ilusión y ausencia, que se logra a través de los descubrimientos menores y constantes del lector. Quizás este sea el mecanismo del policial contemporáneo: Fuera de lugar es una novela negra, pero también una meditación sobre el ejercicio de la lectura. Podría ser definida como un policial de traslación, una estrategia de borde, que cuenta una historia feroz a través de un espiral. Un juego de equilibrio entre el decir y lo terrible (que es lo verdaderamente negado).

Una banda de pornógrafos fotografía niños desnudos. Está compuesta por un sacerdote pudoroso, un equipo de cámara con ciertos reparos, un modelo masculino selectivo y niños “fuera de lugar”: huérfanos, abandonados, enfermos. Siempre actúa la distancia, el viaje, los lugares recónditos como una táctica de la dispersión (de la Precordillera al Litoral, del Litoral al Conourbano). El policial va tensando la crueldad social de la narración, la cadencia de una prosa angustiante que termina en el alivio del punto final.

La pregunta por lo eludido detecta el hilo de la tensión (más allá de los niños desnudos, el falso suicidio de uno de los cómplices), un deseo de expandir los límites de lo narrado, una teoría práctica sobre la novela contemporánea: el reino de la sutileza feroz.

© LA GACETA
SALVADOR MARINARO

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