El incremento de los pobres y la suba de las tarifas

El incremento de los pobres y la suba de las tarifas

Es la necesidad, la estrechez, la carencia de lo necesario para vivir, según una de sus definiciones. El hecho de que exista desde que tiempos remotos, no habla muy bien del ser humano. La pobreza, que nace de la desigualdad y de la explotación, es uno de los flagelos de la humanidad. “No puede haber una sociedad floreciente y feliz cuando la mayor parte de sus miembros son pobres y desdichados”, sostenía el economista escocés Adam Smith.

El viernes, el Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA) divulgó un informe que sostiene que en el primer trimestre de 2016, la tasa de pobreza tuvo un incremento de cinco puntos: pasó del 29% a fines de diciembre pasado a 34,5%, es decir que 13 millones de argentinos se hallan en condición; ello significa que lo que significa que hay 1,4 millón más de pobres. “Los valores obtenidos en simulaciones estarían dando cuenta de un fuerte empeoramiento en las condiciones de indigencia y pobreza durante el primer trimestre de 2016”, dijo el investigador jefe del Observatorio.

El experto pronosticó que la indigencia subió de 5,3% a fines de 2015 a 6,9% en marzo de este año, por lo cual “al menos 250.000 personas” cayeron en esa condición en ese período, acumulando 2,3 millones en esa situación y aclaró que las proyecciones para el primer trimestre de 2016 no toman en cuenta las pérdidas de empleo ocurridas en el marco de una economía inflacionaria y afectada por ajustes macroeconómicos, ni los recientes anuncios de incremento en materia de transporte y servicios domiciliarios. Señaló que la situación económica de los primeros meses del año invita a la preocupación a quienes se dedican a analizar la pobreza y la desigualdad, y consideró que el incremento de pobres es el fracaso del sistema político económico para generar un crecimiento equitativo con igualdad de oportunidades.

Uno de los objetivos básicos del actual Gobierno es lograr la “pobreza cero”. Sin embargo desde su asunción en diciembre pasado, las tarifas de los servicios han subido en una forma exorbitante. El Poder Ejecutivo Nacional argumentó que como consecuencia de que estas se hallaban muy retrasadas por las malas políticas de la anterior administración, debía producirse un sinceramiento. Lo cierto es que una buena parte de los argentinos debe afrontar estas subas desmedidas (luz, entre el 100% y 150%; gas, el 300%; el agua, el 35%; la nafta el 20%, el GNC, el 50%) con salarios que no han sido aún actualizados. Se corre el riesgo de caer en la recesión. Posiblemente, el drástico recorte en el salario lleve a la gente a comprar solo lo necesario para sobrevivir, de manera que el comercio será uno de los principales afectados: si no hay dinero, no hay consumo. “Los ajustes no tienen que afectar a los que menos tienen, sino a los que disponen de mayores recursos. Lo que se haga debe siempre beneficiar a los más débiles. Es una forma de fortalecer el sistema; pues cuando la gente está contenta trabaja mejor y moviliza a toda la economía”, dijo ayer el obispo de la diócesis de Concepción, Luis Rossi.

El informe de la ONU “Reconsiderando la pobreza” (2010) señalaba que el camino más directo para salir de la pobreza era mediante la generación de oportunidades suficientes de empleo digno y que este debía ser el objetivo central de la política macroeconómica: garantizar una distribución más equitativa de los beneficios del crecimiento económico, que reduciría tanto las desigualdades como la pobreza. “Erradicar la pobreza no es un acto de caridad, es un acto de justicia”, sostenía el líder sudafricano Nelson Mandela.

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