Sigue sin regularse el estacionamiento callejero

Sigue sin regularse el estacionamiento callejero

Cuando se presenta un problema que afecta a un sector importante de la población, hay sociedades que buscan en forma inmediata la solución. Otras, en cambio, miran hacia otro lado o buscan salir del aprieto con alguna medida provisoria que luego se convertirá en permanente. De esa manera, el inconveniente pasa a ocupar la categoría de crónico y las personas afectadas deben convivir con el asunto irresuelto. Por ejemplo, ello sucede en nuestra ciudad con el estacionamiento callejero pagado.

Desde la década de 1970, el estacionamiento pago en la vía pública pasó por diferentes manos; los parquímetros tuvieron una efímera incursión en 1998. El servicio siguió su derrotero en forma irregular. Una crónica de LA GACETA del 22/2/03 señalaba: “el Estado no recibe un solo peso por el estacionamiento callejero... las dos concesionarias que explotan el servicio ganan unos $4 millones por año... El Centro de Lisiados que explota el estacionamiento desde 1972 nunca cumplió con las obligaciones tributarias...”

Las concesiones para cobrar el aparcamiento medido en la calle vencieron en 2005. La Municipalidad capitalina determinó ese año que estacionar en el microcentro no costaría nada hasta que se adjudicara la concesión del servicio. No obstante, los ex empleados de empresas dedicadas a ese rubro comenzaron a cobrar a voluntad por el cuidado de los autos. En mayo de 2010, un concejal le dijo a nuestro diario: “la situación del estacionamiento medido en el centro es totalmente irregular. Cualquier persona se para en una calle y cobra a los automovilistas. Hasta armaron cooperativas y entregan un ticket por el servicio sin estar autorizados por la Municipalidad. Es una cuestión voluntaria y unilateral”.

En 2015, el Concejo Deliberante aprobó un proyecto de ordenanza para regularizar el servicio de estacionamiento callejero pagado, pese a la oposición de miembros del Centro Mutual de Lisiados Unidos de Tucumán, cuya concesión estaba vencida hace muchos años. La iniciativa establecía que los usuarios podían abonar el servicio a través de la emisión de un ticket, pagando las horas de estacionamiento en quioscos, telecentros o cualquier comercio, que debían estar inscriptos en el municipio para poder operar. La modalidad iba a aplicarse en 380 cuadras.

La ordenanza quedó en suspenso. El cobro del estacionamiento sigue siendo caótico. Por ejemplo, hay cuidacoches que hacen su trabajo en nombre del Centro de Lisiados, con el supuesto aval municipal, pero el rótulo aclara que el centro no se hace responsable por robos o daños. Se desconoce con qué autorización la cooperativa Aparkar también cobra este servicio. Cada una percibe “a voluntad” $6 por hora. Pero también hay cuidadores que trabajan a título personal en otros sectores de la ciudad. Al ser escaso o nulo control de la autoridad, cualquiera puede cobrar el estacionamiento, lo cual representa un delito.

La llamada contribución “voluntaria” es compulsiva en muchos casos. Si el cuidador o la entidad a la que dice pertenecer no se hace responsable por los daños, ¿cuál sería el servicio que presta? ¿Qué beneficio recibe el usuario? El canon fue ideado para servirle al municipio en el mantenimiento de las calles o para otros fines que tuviesen que ver con mejoras en la ciudad. La Municipalidad debe regularizar este servicio porque caso contrario, estaría avalando una actividad ilegal.

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