El prejuicio aleja a las mujeres de los laboratorios

El prejuicio aleja a las mujeres de los laboratorios

28 Marzo 2016
De acuerdo con el Instituto de Estadística de la Unesco, las mujeres constituyen cerca de un 30% de la población científica mundial, pero representan sólo el 3% de los premios Nobel. El mayor estudio sobre el estereotipo de género en la ciencia, realizado con más de 350.000 participantes de ambos sexos en 66 países, reveló que el 83% asocia la actividad científica con los hombres más que con las mujeres. El trabajo fue publicado en el Journal of Educational Psychology y mostró que Argentina figura entre los países más prejuiciosos en este terreno.

“Existe una construcción cultural compleja que condiciona las elecciones y el desarrollo personal y profesional de las mujeres”, advierte Andrea Gamarnik, investigadora del Conicet y única mujer integrante de la Academia Americana de Microbiología, incorporada en 2014. En nuestra sociedad -agrega- hay una fuerte presión hacia las mujeres que son madres a elegir entre su desarrollo profesional o la familia, lo cual representa un dilema engañoso. El desafío es identificar las trabas prácticas asociadas a la maternidad e implementar políticas para facilitar ese camino. Además, tenemos que trabajar en una educación más equitativa, dejando atrás los estereotipos de género”.

Premiadas

A pesar de esta realidad, Marcelo Zimet, director general de L’Oréal Argentina, que visitó Tucumán este mes, reconoció a LA GACETA el destacado rol de la mujer en la ciencia. “Eugène Schueller, el fundador de L’Oréal, era un químico cuya gran preocupación era crear coloraciones para el pelo que no afectaran la salud de las mujeres. Eso está en nuestra raíz desde hace más de 100 años. Actualmente tenemos unas 1.000 científicas y aportamos 1.000 millones de euros a la innovación e investigación”, reveló.

El empresario de origen brasilero destacó que Gamarnik, que se quedó con el premio L’Oréal-Unesco a las Mujeres en la Ciencia, no es la primera argentina premiada: antes lo fueron Cecilia Bouzat, por sus investigaciones sobre el cerebro y los trastornos neurológicos; y Adriana Serquis, por su proyecto sobre “técnicas avanzadas de caracterización de materiales para energías limpias”. “Ellas -agregó Zimet- son un orgullo para el país y la ciencia en particular. Un incentivo más para las jóvenes que se inician en la carrera científica”.

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