El año de los conflictos
Sin fondos. Sin equipo consolidado. Sin iniciativa política. Sin apoyo nacional fehaciente. Sin suerte. Así deambula por el camino de la gobernación Juan Luis Manzur, el hombre que supo llegar a la cúspide del poder comarcano de la mano de una estrella protectora y bendicente que parecía infranqueable.

A todo ello Manzur lo disimula con su eterna sonrisa y con el resto de crédito político que le queda gracias a los favores que desparramó cuando se sentó en el Ministerio de Salud de la Nación. Eso ya no basta. La imposibilidad de ofrendar al Gobierno nacional el voto de los diputados tucumanos en el debate por las leyes que buscan poner fin al conflicto con los holdouts lo complicaron aún más. Manzur y el vicegobernador, Osvaldo Jaldo, viajaron a Buenos Aires para convencer a los representantes del peronismo tucumano que apoyaran al oficialismo nacional. Tres le dieron la espalda. Sólo Miriam Gallardo, esposa del funcionario local “Kelo” Dip, y el famaillense José Orellana oyeron sus ruegos. Para colmo, por estos lares, su equipo no estaría funcionando como pretendía. Al asumir, el mandatario deslizó entre algunos colaboradores que aguantaría hasta marzo a los “titulares”. Al parecer, llegó el tiempo de la renovación en el Gabinete provincial.

Cansados o desgastados

Las charlas sobre modificaciones en el Gabinete arrecian. En el lote de los salientes se anotaría el ministro de Economía. El fiel cancerbero de las cuentas del Manzur funcionario estaría agotado. Los viajes continuos y las múltiples exigencias del cargo en plena turbulencia económica y financiera habrían provocado que Eduardo Garvich le pidiera a su jefe que le diera un respiro. Una “ayuda” para que el gobernador se incline por dejarlo ir, sería la mala performance en la recaudación en Rentas. El cobro de impuestos está afectado por la sequía económica, pero en el Gobierno se cree que podría modificarse en algún grado con otros estrategas en el equipo económico. Son varios los que se anotan para reemplazarlo. Uno de ellos es Sisto Terán, que se siente capaz de timonear ese bote. O el de la Caja. O el de la Corte. O cualquier otro. Respecto de la entidad crediticia provincial, pese al carnaval de chismes, Armando Cortalezzi continuaría firme en el cargo. Hasta habría fumado la pipa de la paz con los bancarios, lo que le habría costado el enojo de su ex jefe político, José Alperovich. El ex mandatario no estaría muy feliz con ello. Los que aún van a desayunar a la casa del ex gobernador (la cara “nueva” de la última semana por esos lares fue la de José Vitar, que apareció en medio de los reiterados llamados telefónicos de Miguel Angel Pichetto que contestaba Alperovich) especulan con que ya comenzó a bifurcar su camino del de su sucesor, a quien dejaría que recorra a merced de su libre albedrío la senda de la conducción del Poder Ejecutivo.

El sigiloso Miguel Acevedo también está en boca de todos los que circulan por los pasillos de la Casa de Gobierno. Están quienes dicen que podría irse porque preferiría volver a sus tareas administrativas y dejar de lidiar con los conflictos de los pedigueños hombres del interior. Pero también aparecen los que sostienen que Manzur estaría más cómodo si en ese puesto se sienta alguien que no comparta tanta pasión política –y futbolera- con Alperovich. El área de Seguridad está complicada, pero por las internas. “Ni se saludan”, confirma un funcionario de segunda línea sobre la relación entre un ministro y un secretario de Estado. Por ello, la opción para descomprimir las tensiones puertas adentro y los reclamos por la inseguridad puertas afuera sería desdoblar nuevamente el megaministerio y extirpar Seguridad de Gobierno y Justicia. Tampoco son secretas las diferencias entre Pablo Yedlin y su sucesora, Rossana Chahla. No hay favoritos en la timba sobre quién resultará victorioso en la compulsa. ¿Gustavo Durán dejaría el Instituto de la Vivienda? Afirman que el secretario nacional del área, Domingo Amaya, habría deslizado entre los preocupados empresarios de la construcción que no abriría el grifo de dinero para Tucumán hasta tanto Durán no abandone el cargo.

Juntos, pero separados

El Acuerdo para el Bicentenario tampoco atraviesa un mar calmo. El tridente conductor que supieron forjar José Cano, Amaya y Germán Alfaro se debilita. Aún se muestran juntos, pero avanzan separados. Mientras Cano espera fondos para que las obras del megaplan Belgrano comiencen a florecer, el ex intendente de la Capital ya distribuye proyectos. También comenzará a caminar la provincia. Mañana recorrerá el barrio San José junto al intendente de Yerba Buena, Mariano Campero. Alfaro avanza con contactos que lo conecten directo con funcionarios de la Casa Rosada y acude al cotizado massismo y al PRO, en igual medida, para moverse con mayor soltura. Los re/celos separan los caminos de los que se estrecharon las manos en 2015 bajo la promesa de dar una opción electoral distinta a los tucumanos. ¿La inflación política desvaneció esa oferta de cara al futuro? El tiempo lo dirá.

La oveja negra

La convulsionada Legislatura de las valijas y los gastos sociales indescifrables promete dar más sorpresas. Mientras el hábil Osvaldo Jaldo se “amiga” con los opositores y seduce a radicales y peronistas díscolos, una “oveja negra” amenaza con provocar otro terremoto en la casa de los vidrios espejados, que esta semana ya se sacudió con la noticia de la triple acusación federal contra el oficialista Emiliano Vargas Aignasse. El cuerpo legislativo completo se muerde las uñas cuando observa a un –y sólo un- opositor hacer no con la cabeza cuando le piden que vaya a cobrar los gastos sociales. Al hombre hasta le habrían ofrecido que, si no quería el dinero, utilizase ese dinero para nombrar personal. Pero también se negó. “Será otro Renzo Cirnigliaro”, vaticina un par suyo.

Así está el Tucumán político, empeñándose en opacar lo que debería ser un glorioso año del Bicentenario de la Independencia.

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