Unas 12 familias se quedaron sin hogar por el avance del río Salí

Unas 12 familias se quedaron sin hogar por el avance del río Salí

El agua socava las barrancas y produce constantes derrumbes. Por este motivo, vecinos piden que los trasladen a nuevas viviendas.

SIN HOGAR. Sonia Jaime, mamá de siete hijos, tuvo que trasladar su casilla al fondo de la casa de su vecina, porque el Salí devoró su terreno. lLA GACETA / FOTOS DE ANALÍA JARAMILLO. SIN HOGAR. Sonia Jaime, mamá de siete hijos, tuvo que trasladar su casilla al fondo de la casa de su vecina, porque el Salí devoró su terreno. lLA GACETA / FOTOS DE ANALÍA JARAMILLO.
01 Marzo 2016
El caldo con alitas de pollo burbujeaba sobre el anafe. El almuerzo se cocinaba en una olla desgastada a unos dos pasos de la cama matrimonial de la minúscula casilla, sin ventanas y llena de agujeros, que está ubicada en el barrio Las Piedritas. Desde hace una semana, en esa sofocante habitación vive Sonia Jaime, de 27 años, con sus siete hijos (con edades que van desde los cinco meses hasta los 11 años).

El miércoles pasado se trasladó a ese lugar con chapas, cartones y maderas porque el río Salí le comió casi todo el terreno que ella ocupaba luego de las intensas lluvias. Desde entonces “vive de prestado” en el patio de su vecina, donde también se cobijaron unas cuatro familias más. Todos ellos tienen un baño en común.   

La historia de Sonia Jaime se reproduce en todo el barrio. Y es de nunca acabar: el año pasado también fueron noticia (“El Salí acorrala a los vecinos de Las Piedritas”) por la misma razón.

“El año pasado trasladaron a algunas familias que estaban al borde del barranco. Las llevaron a Manantial Sur. Ahora somos unas 12 familias las que estamos en peor estado. Necesitamos que alguien nos ayude, que nos vengan a ver, porque hasta ahora no se ha acercado nadie”, se descargó María Díaz, una mamá soltera de 24 años. Ella también debió apelar a la solidaridad de sus vecinas para conseguir un pedacito de terreno donde instalar, aunque de manera provisoria, su precaria casilla.

En el mismo río donde ayer al mediodía nadaban unos niños, al anochecer -según confesaron las vecinas- se arrojan camionadas de basura. Nadie sabe de dónde provienen, pero a ellas les preocupa.

“Algunos vienen con la excusa de que quieren rellenar las márgenes del río, pero esos son desechos que se desmoronan con la primera lluvia. Necesitamos que se hagan gaviones para que no siga avanzando el río, y que se desvíe el curso del agua (hasta febrero de 2015 el río corría más hacia el este)”, dijo Nancy Caña. Añadió que en Las Piedritas hay muchas familias de madres solteras, muchas de ellas con niños discapacitados.

“Estamos negras de estar al sol”, bromearon las mujeres del barrio cuando describieron las horas que pasaron sin ninguna sombra, cortando la autopista, para “llamar la atención” de los Gobiernos provincial y municipal sobre la situación que viven en este momento.

“Como nadie nos vino a ver tuvimos que cortar la autopista. Lo seguiremos haciendo hasta que se acerque alguien a hablarnos”, aseveraron las mujeres.

Reclamos

Por su parte, Carlos Rodríguez, otro vecino del lugar, pero que no ha sufrido por el avance del Salí, pidió a las autoridades que lean esta nota que visiten el barrio y que analicen caso por caso la situación de las familias que viven allí. Denunció que muchas veces se presentan personas de otros lugares para aprovecharse de la situación y conseguir una vivienda cuando, a su criterio, no la necesitan.

“Se hacen pasar por inundados y después venden los módulos que les dan. Mientras que acá, en Las Piedritas, somos personas de bien. No hay vendedores de drogas ni delincuentes. Es un buen barrio”, aseguró Rodríguez.

No es apto para vivir

Las Piedritas y los otros barrios de la zona son asentamientos que proliferaron de la mano del aumento de la población y de la falta de viviendas. Y en muchos casos, ante la falta de trabajo en las zonas rurales.

“El Ministerio de Desarrollo Social debería reubicar a todas las familias de La Costanera, ya que no es un lugar apto para habitar.”, manifestó Oscar Terraza, director de Defensa Civil Municipal.

Los márgenes de los ríos y de los canales pluviales son jurisdicción territorial de la Provincia, explicó. “La Municipalidad no tiene autorización para trabajar en las orillas de los ríos. Eso es responsabilidad de la Dirección Provincial del Agua. Pese a eso, estamos colaborando con trabajos de prevención. Alertando a los vecinos de que están corriendo peligro al vivir sobre los márgenes del río”, puntualizó.

Consideró que esa zona debería ser revalorizada mediante un proyecto de parquización y de iluminación, y que sirve como espacio verde y no para viviendas.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios