Los espacios públicos son el gran desafío en la guerra contra el mosquito del dengue y el zika

Los espacios públicos son el gran desafío en la guerra contra el mosquito del dengue y el zika

Tanto el Siprosa como Espacios Verdes admiten que no hay un trabajo coordinado entre ellos. Mientras tanto, se incrementan los casos.

09 Febrero 2016
Primero fue en la ciudad de Buenos Aires, después en Córdoba, luego en Mendoza y ahora la localidad bonaerense de Pergamino. Ya son cuatro los casos confirmados de virus zika en Argentina, todos ellos importados de países donde la rápida expansión de la infección ha detonado una emergencia sanitaria en la región: el Caribe, Colombia, Venezuela y Brasil se ubican entre los más complicados. Poco a poco nuestro país comienza a abrir los ojos y a preocuparse por este problema que es relativamente nuevo y está en franco avance. Lo mas complicado: es esperable que sume casos conforme los viajeros regresen de las vacaciones. Para colmo, diariamente aparecen noticias nada alentadoras: además de la picadura del mosquito aedes aegypti, el virus podría transmitirse por vía sexual y por saliva, según informó DPA a partir de un comunicado de la Fundación Oswaldo Cruz, vinculada con el Ministerio de Salud de Brasil.

A la epidemia latinoamericana del zika (en nuestro país todavía no hay casos autóctonos, son todos importados) se suman los casos de dengue, enfermedad transmitida por el mismo vector. La situación más grave se viven en Misiones: en un barrio casi todos los habitantes se contagiaron. En Tucumán, el viernes se supo que hay altas probabilidades de que una mujer de Yerba Buena haya contraído dengue en su viaje a Colombia.

Espacios públicos

Los espacios públicos suponen un gran desafío en esta lucha contra el aedes aegypti. Allí es donde el Siprosa, que pertenece a la Provincia, debe trabajar en conjunto con las municipalidades y comunas para erradicar los criaderos. “Nosotros solos no podemos, no tenemos la capacidad operativa para hacerlo, pero siempre estamos a disposición de las comunas y municipios para encarar acciones conjuntas. Con algunos de ellos, como Yerba Buena, trabajamos muy bien. Pero en otros, como la capital, pienso que podríamos tener una coordinación más activa”, admitió el ingeniero Walter Castellanos, director de Salud Ambiental del Siprosa. A su vez, el director de Espacios Verdes del municipio capitalino sostiene que es la cartera de Salud la que no da respuestas (ver aparte).

Castellanos asegura que en las plazas que tienen fuentes de agua se lleva a cabo un control periódico para detectar la presencia de huevos o larvas de mosquitos, y que casi siempre se encuentran. “Más que en las fuentes, que suelen tener circulación de agua, en las plazas a veces quedan las canillas perdiendo, entonces se forman pozos en la tierra y ahí seguro hay larvas”, explicó. Otro campo de batalla son los cementerios: “los floreros con agua son criaderos ideales para los mosquitos, y es por eso que periódicamente aplicamos larvicidas y reemplazamos el agua por arena húmeda para que los deudos dejen flores”, lamentó.

Rubén García, encargado de la Administración del Cementerio del Norte, acompañó a LA GACETA en un recorrido por la necrópolis municipal. En su oficina había cuatro frascos de Introban, un larvicida autorizado sólo para uso oficial. “La gente no entiende. Tira la arena y vuelve a poner agua en los floreros”, dijo el encargado, con impotencia. Lo cierto es que para una extensión de cuatro por cuatro manzanas, en el cementerio hay únicamente un cartel a la entrada que advierte que los floreros no deben contener agua. “El personal que tenemos apenas nos alcanza para la limpieza y para mantener corto el pasto. Tenemos unos 10 o 12 empleados todos los días y el predio es muy grande”, expresó.

Fumigación

Mientras se expande el temor, algunos ciudadanos piden fumigaciones masivas. Pero las autoridades sanitarias insisten en que esa acción sólo tiene sentido en determinados casos y que no tiene mayor alcance ni duración. El rociado de insecticidas se aplica cuando se detecta un contagio o cuando hay fundamentadas sospechas; en esas situaciones, la desinfección se realiza en la casa del paciente y varias cuadras a la redonda para eliminar los mosquitos adultos.

“La mejor forma de frenar la epidemia es eliminar los posibles criaderos del aedes aegypti”, insiste hasta el hartazgo el ingeniero Castellanos, responsable de coordinar las acciones para suprimir los criaderos, de aplicar larvicidas y, si es necesario, fumigar

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