Se cumple un año del asesinato de “Coty”

Se cumple un año del asesinato de “Coty”

Cuatro hombres violaron y mataron a la joven en Yerba Buena Su familia la buscó durante tres días, hasta que apareció en un baldío cercano a la casa de uno de los acusados

DOLOR. Olga, con la foto de “Coty”, no puede evitar las lágrimas. LA GACETA / FOTO DE DIEGO ARÁOZ DOLOR. Olga, con la foto de “Coty”, no puede evitar las lágrimas. LA GACETA / FOTO DE DIEGO ARÁOZ
08 Febrero 2016
Para llegar a la casa de Olga Díaz hay que transitar 30 metros de un camino sinuoso que se ubica al lado de una zona de sembrado. El lugar no permite el paso a cualquier vehículo. Vive en Yerba Buena, pero la zona tiene gusto a campo. Al lado de la casa de Olga vivía su hermana “Coty” Díaz, violada y asesinada el 8 de febrero de 2015.

“Sé que se cumple un año pero siento como si su crimen hubiese sido ayer. Ese dolor lo tengo todo el tiempo, no se va con nada. Una se pregunta por qué murió de esa forma horrible, y la espera todos los días. A mi hermana no la vamos a ver nunca más. ‘Coty’ tenía una risa súper contagiosa. Nos hace falta en todo, que nos venga a hablar, que nos dé un abrazo. Se nota mucho su ausencia”, expresa la hermana de la víctima, entre sonrisas por el recuerdo de su hermana, y lágrimas por haberla perdido.

El peor fin de semana

“Coty” se llamaba Marta Elizabeth, pero todos la llamaban así porque era el apodo que su papá le había puesto cuando era chica. Olga recuerda hasta ese mínimo detalle. Del fin de semana fatídico, también.

“Ella salió con unas amigas el sábado a la noche, en la avenida Aconquija, en un drugstore. El domingo no apareció. Nos pareció raro. Ella siempre andaba con su cargador y siempre avisaba si llegaba tarde. Yo empecé a llamarla a las 7.30, cuando llegó mi hija que también había salido. Primero nos quedamos tranquilas porque pensamos que le podía haber mandado un mensaje a mi hija, que fue asaltada esa noche y le sacaron el celular. Pero con el correr de las horas nos empezamos a preocupar”, relata.

Según la investigación, que primero estuvo en manos de la fiscala Adriana Giannoni y luego pasó a su colega María del Carmen Reuter, “Coty” se escribió mensajes de texto con Maximiliano Zelaya (el principal acusado) a la madrugada y cerca de las 4.30 dejó a sus amigas para encontrarse con él.

“Durante todo el domingo y lunes la estuvimos buscando. En un momento se nos ocurrió ir a ver a José Luis Rodríguez, un DJ amigo de ella. En ese momento no sabíamos que él también estaba implicado. Gracias a Rodríguez llegué a la casa de Zelaya. No me quisieron atender. Me amenazaron con soltar a los perros. Estuve varias horas afuera, a metros del descampado donde encontraron a mi hermana. No la vi”, agrega Olga. Finalmente, al ir con un policía, logró hablar con Zelaya. Él negó todo.

El llamado

La hermana de la víctima se encontraba en la Fundación María de los Ángeles cuando la llamaron para darle la peor noticia. “Coty” estaba muerta.

“La reconoció Rodríguez. Ahí comenzamos a sospechar. Mi hermana estaba hinchada y desfigurada. Ni yo la hubiese reconocido. Él incluso había ido a nuestra casa a ofrecernos ayuda cuando la buscábamos. En el velorio, nosotros lo consolábamos a él. Siento que se burló de nosotros.”, afirma. Olga se quiebra tres veces durante la entrevista. Pero su semblante se vuelve duro cuando habla de las tres personas acusadas por la fiscalía de haber violado y matado a su hermana. Espera ansiosa el juicio para verlos.

“Hasta ahora no pude cruzarme con ellos. Quiero verlos a los ojos y saber si ellos pueden mirarme a los ojos a mí. Solamente eso. Espero que se queden toda la vida en la cárcel. No quiero que salgan nunca más”, expresa.

Mientras esperan que llegue el momento de ver a los acusados en el banquillo, los familiares de “Coty” buscan exorcizar el dolor. “Mi madre todavía se sienta a las tres de la tarde, la hora en que mi hermana volvía de trabajar, a esperarla”.

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