Mini “Cilindro”

Mini “Cilindro”

Una multitud de hinchas tucumanos fue a recibir a Racing al aeropuerto.

HACIENDO LA GUARDIA. Más de 150 hinchas acudieron al aeropuerto para esperar la llegada del plantel de Racing.  la gaceta / fotos de diego aráoz HACIENDO LA GUARDIA. Más de 150 hinchas acudieron al aeropuerto para esperar la llegada del plantel de Racing. la gaceta / fotos de diego aráoz
07 Febrero 2016
Cualquier desprevenido que llegara al aeropuerto Benjamín Matienzo alrededor de las 20 hubiese comenzado a preguntarse ya en el estacionamiento por qué en lugar del silencio habitual brotaba del sector de arribos un estruendo de popular en día de partido. Cruzando las puertas automáticas esperaba la respuesta: una multitud de camisetas de Racing atoraba la Puerta 2, frente al bar, y el bullicio ininteligible comenzaba a tomar melodías y letras definidas.

“...si la nuestra es una hinchada diferente, no es amarga como la de Independientes, los bosteros, san lorenzo y las gallinas nunca llenaron dos canchas el mismo día...

Grandes, chicos, mujeres, padres, hijos, sobrinos y demás, todos cantando con los celulares y las cámaras apuntando a la puerta por donde saldrían los jugadores de la “acadé”. Muchos de ellos, pertenecientes a la Filial Tucumán. Sin embargo, pasaban los minutos y lo único que emergía de la Puerta 2 eran viajantes sorprendidos por la multitud que poblaba la salida. Uno de ellos compartió información clasificada: los jugadores saldrían por otro lado.

Algunos hinchas se lanzaron a la carrera hacia un costado del edificio, para ver a los ídolos descender el avión y subirse al micro aunque fuera a la distancia, detrás de la tela metálica; otros se quedaron a hacer guardia en Arribos.

No hubo suerte: un miembro de la delegación se acercó a la valla y avisó que el plantel iría directo al hotel y que habría espacio para fotos alrededor de las 23. “El Barcelona se queda dos horas sacándose fotos y estos no se quieren quedar”, se quejó uno. “Tampoco es que seamos tantos”, comentó otro.

“No pueden hacer esto. Estamos hace una hora y media esperando. No les cuesta nada asomarse, saludar y subir al colectivo”, reclamó Verónica, quien asistió acompañada por su marido y sus hijos. “Todos somos de Racing. Y también de Atlético, pero veníamos a hacer barra por Racing. Ahora ojalá que Atlético le gane bien. Hay un montón de nenes que vinieron ilusionados”, lamentó.

Como ella, hubo muchos con el corazón dividido entre el “deca” y la “acadé”, como Marcelo y su sobrino Rodrigo. “Yo voy siempre a la cancha con la camiseta de Racing, y esta vez con más razón”, aseguró el primero. Guillermo, en cambio, no tendrá sensaciones encontradas. Él y los sobrinos que llevaba a los saltos y sacando la cabeza por el techo corredizo del Ford Sierra son de Racing y de San Martín.

Y es que más allá del desaire, al micro racinguista no le faltó compañía. Motos y autos a los bocinazos formaron caravana a lo largo del camino hasta el hotel. A la altura del Parque, un pasacalle de la Filial los recibió: “Bienvenidos campeones”. Como en Avellaneda, pero en Tucumán.

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