Cuellar había terminado preso porque no le arrancaba la moto

Tres años antes de que Jonathan Emanuel Cuellar fuera uno de los protagonistas de una persecución que terminó con el asesinato de un policía, ocupaba una de las páginas de este diario. En la edición del 17 de abril de 2013 no se mencionaba su nombre, pero podía leerse con detalle la cronología del escape frustrado de un robo que lo llevaría a la cárcel.

Cuellar tenía 26 años en aquel momento y ya formaba parte de una banda delictiva que actuaba armada. Se desconoce si se trata de los mismos delincuentes que se encontraban con él cuando mataron al agente Juan José Vides, el martes, pero al asalto de 2013 fue cometido junto a dos cómplices.

Según consigna la publicación de este diario, el robo ocurrió el 13 de abril de 2013 en una despensa situada en avenida Francisco de Aguirre al 3.100. “Allí acababa de llegar un repartidor de lácteos, Silvio Guillermo Lobo, quien se encontraba dentro del local junto al comerciante cuando irrumpieron los delincuentes. Eran tres hombres armados que actuaron con una velocidad impecable, según relató la Policía. Uno de ellos se quedó en la puerta, haciendo de campana, mientras los otros dos obligaban a las víctimas a tirarse al piso. Una vez que redujeron al almacenero y a Lobo, despojaron al repartidor de todos los billetes que llevaba encima, producto de la recaudación, y que sumaban $ 950”, relata el artículo periodístico.

“Cuando tuvieron el dinero, no insistieron en más y se apuraron en escapar. Los dos delincuentes que habían ingresado al almacén subieron a una motocicleta y huyeron velozmente sin problemas, mientras que el otro asaltante que había custodiado la puerta del comercio luchaba con su rodado para darle arranque, pero no pudo lograr encender el motor. Lejos de auxiliarlo, sus cómplices continuaron la huida en la otra moto, dejándolo solo en medio de la calle”, agrega.

Ese delincuente que había quedado en la calle, y que portaba una pistola 9mm, era nada menos que Cuellar. Fuentes judiciales contaron que, como ya tenía otra causa por un robo agravado cometido en 2009, se lo juzgó por ambos delitos en un juicio abreviado que se desarrolló el año pasado. En esa audiencia, el imputado les pidió perdón a sus víctimas y prometió que no volvería a delinquir.

La Sala I de la Cámara Penal lo condenó a siete años y seis meses de prisión. Sin embargo, más adelante le concedió el beneficio de una salida semanal tendiente a que mantuviera los vínculos familiares. Con ese permiso había salido por última vez hace dos meses y ya no volvió.

“La Sala I le otorgó los permisos conforme a derecho, actuó dentro del marco legal y avalada por los informes del servicio penitenciario. Además, la ley nacional de ejecución de la pena privativa de libertad menciona este beneficio”, aclaró el abogado José del Río, quien en aquel entonces representaba a Cuellar.

“Veo que se critica mucho a la Sala I por este caso y, a mi entender, fue criteriosa y actuó correctamente. Creo que no hay nada que reprocharle. Ahí tenemos a excelentes jueces, especialmente el doctor Pedro Roldán Vázquez”, consideró el letrado.

En el penal

Cuellar volvió el viernes al penal de Villa Urquiza. Lo hizo acompañado por Lucas Manuel Romano, Jesús Emanuel Sánchez y Jorge Manuel Gutiérrez. Los cuatro están acusados de haber asesinado a Vides de un disparo en la cabeza y fueron alojados en el pabellón de máxima seguridad. La fiscala María del Carmen Reuter les imputó los delitos de homicidio agravado, robo agravado y privación de la libertad.

Antes de asesinar al policía, los delincuentes habían cometido dos asaltos, el martes al mediodía. Pero esos no serían los únicos golpes que dieron juntos. Fuentes de la investigación aseguraron a este diario que, hasta el viernes, ya habían recibido siete denuncias más contra estas personas, todas por robos con armas de fuego.