07 Febrero 2016
Por la cabeza del comerciante Samuel Núñez rondó en los últimos días la idea de cerrar sus dos negocios y dedicarse a otra cosa. El jueves pasado a las 20.30 le reventaron la ventanilla de su auto, un Peugeot 308, y le robaron una bolsa con $40.000 y una pistola. La ilusión de buscar otro trabajo y dedicar más tiempo a sus estudios de abogacía lo está convenciendo.
“Los empleados habían salido a entregar una reja. Yo salí a ver un cliente. Mi mujer estaba sola en el negocio, atendiendo a un cliente, cuando sintió ruido de vidrios rotos. Salió a ver, pero los delincuentes ya se habían ido. No vio a nadie”, cuenta la víctima, que tiene un lubricentro y al lado un taller mecánico, en la calle Reconquista de Banda del Río Salí.
María Lourdes Orce, la esposa de Núñez, sólo vio una moto parada en la esquina minutos antes del robo. No tenía patente.
No es la primera vez que Núñez sufre un atraco. Por eso, dice, se compró el arma. “Ya me habían robado una computadora. Esa vez encañonaron a una empleada. Fue hace unos cuatro meses. Tengo el arma justamente porque recibimos ese dinero de los clientes. Es para proteger a mi esposa y a mis hijos. Estamos muy expuestos”.
El robo además, le generó una preocupación extra. “Ahora tenemos delincuentes armados con una pistola de grueso calibre. Le doy gracias a Dios que no le pasó nada a mi familia. Con esa misma arma les podrían haber disparado a ellos”, continúa.
Afortunada casualidad
Una de las primeras preguntas que los efectivos policiales le hicieron a Núñez fue si sospechaba de una entregada. Él negó. “Creo que los delincuentes se encontraron de casualidad con la plata”.
Sin embargo, lo que no es causalidad para la víctima es la inseguridad en Banda del Río Salí.
“Hay inseguridad en todos lados en La Banda. Se implementaron los vigías pero no hubo mucho cambio. A partir de las 18, esto es tierra de nadie. Y eso que esta es una de las calles menos peligrosas”, comenta.
Conformes con los vigías
Fuentes policiales de Banda del Río Salí comentaron a LA GACETA que el modus operandi que sufrió Núñez raramente se ve en la zona. En base a las denuncias de los últimos meses, la problemática más importante en el este era el robo de motos, “que bajó prácticamente a cero con la implementación del programa municipal de vigías”, según comentaron los efectivos, en una postura totalmente contraria a la de Núñez.
“Los empleados habían salido a entregar una reja. Yo salí a ver un cliente. Mi mujer estaba sola en el negocio, atendiendo a un cliente, cuando sintió ruido de vidrios rotos. Salió a ver, pero los delincuentes ya se habían ido. No vio a nadie”, cuenta la víctima, que tiene un lubricentro y al lado un taller mecánico, en la calle Reconquista de Banda del Río Salí.
María Lourdes Orce, la esposa de Núñez, sólo vio una moto parada en la esquina minutos antes del robo. No tenía patente.
No es la primera vez que Núñez sufre un atraco. Por eso, dice, se compró el arma. “Ya me habían robado una computadora. Esa vez encañonaron a una empleada. Fue hace unos cuatro meses. Tengo el arma justamente porque recibimos ese dinero de los clientes. Es para proteger a mi esposa y a mis hijos. Estamos muy expuestos”.
El robo además, le generó una preocupación extra. “Ahora tenemos delincuentes armados con una pistola de grueso calibre. Le doy gracias a Dios que no le pasó nada a mi familia. Con esa misma arma les podrían haber disparado a ellos”, continúa.
Afortunada casualidad
Una de las primeras preguntas que los efectivos policiales le hicieron a Núñez fue si sospechaba de una entregada. Él negó. “Creo que los delincuentes se encontraron de casualidad con la plata”.
Sin embargo, lo que no es causalidad para la víctima es la inseguridad en Banda del Río Salí.
“Hay inseguridad en todos lados en La Banda. Se implementaron los vigías pero no hubo mucho cambio. A partir de las 18, esto es tierra de nadie. Y eso que esta es una de las calles menos peligrosas”, comenta.
Conformes con los vigías
Fuentes policiales de Banda del Río Salí comentaron a LA GACETA que el modus operandi que sufrió Núñez raramente se ve en la zona. En base a las denuncias de los últimos meses, la problemática más importante en el este era el robo de motos, “que bajó prácticamente a cero con la implementación del programa municipal de vigías”, según comentaron los efectivos, en una postura totalmente contraria a la de Núñez.
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