Leyendo con ojos grandes, para mirar mejor

Leyendo con ojos grandes, para mirar mejor

NUEVAS HISTORIAS. Melanie disfruta de la lectura en voz alta de su mamá Priscila, quien aprovecha para leerle los libros-álbum de la librería. fotos de agustina nieva NUEVAS HISTORIAS. Melanie disfruta de la lectura en voz alta de su mamá Priscila, quien aprovecha para leerle los libros-álbum de la librería. fotos de agustina nieva
06 Febrero 2016
Las historias de princesas siguen vendiendo: pero ellas ya no son las de antes. Los cánones de belleza y éxito ya no son los mismos; las fórmulas para narrar un cuento han cambiado, y las Cenicientas de antaño ahora comparten estrellato con simpáticas chanchitas y con detectives aventureros.

Luciana Giménez Wilde, vendedora de El Ateneo, opina: “a pesar del bombardeo mediático de Disney y de películas de vampiros o ciencia ficción como “Crespúsculo” y “Los juegos del hambre”, hay cada vez más gente que se interesa por nuevas historias, contadas de manera distinta. Buscan un trabajo original, que salgan de lo común”.

En una ronda en el piso, Melanie de 5 años y su hermana Tamar de 3, devoran una pila de libros de princesas: Rapunzel, la Cenicienta y Blancanieves están entre sus preferidas. “Ellas eligieron eso. Yo les estoy buscando algo más profundo”, dice su mamá Priscila Sandar. Entonces su mamá opta por “Willy, el mago”, de Anthony Browne, y comienza la aventura. “Todas las noches les leemos algo. Lo importante es que aprendan a gozar de la lectura”, opina.

Violeta, de 3 años, elige de los estantes de la librería un libro clásico de princesas, pero después descubre “Olivia” de Ian Falconer. Olivia es una cerdita muy extrovertida y fantasiosa que fue llevada a la televisión por el canal Nick Jr. Su mamá Gabriela Ibáñez, hojea el libro y comienza a narrar la historia.

Elba Rosa Amado, que fue coordinadora del Plan de Lectura, impulsado por el Ministerio de Educación, entre 2003 y 2009, sostiene que “el niño va construyendo el sentido del texto a partir de hacer interactuar las imágenes con las palabras. Si no sabe leer, la mamá le puede ir leyendo y van construyendo juntos una interpretación. Está pensado como un objeto-libro, como una pequeña obra de arte. La imagen permanece, no desaparece como en una película, y el niño puede descubrir, escrudiñar las ilustraciones y con ellas, nuevos sentidos”.

Más que palabras

Este tipo de libros sitúa al lector en un concepto de lectura que no se restringe a las palabras, y donde imagen y texto toman elementos de otras artes como el cine, la historieta, la publicidad, la plástica, los dibujos animados, los videojuegos, etc. De pronto, el chico lector se sumerge en historias como las del “Detective John Chatterton”, del francés Yvan Pommaux. El libro cuenta la historia de un gato que investiga el caso de una niña vestida de rojo capturada por un lobo, en un curioso intertexto con “Caperucita Roja”. El nombre mismo del protagonista establece un juego de palabras entre chat, “gato” en francés, y G.K. Chesterton, famoso escritor del policial inglés.

Según la vendedora de la librería, de cada 100 personas, 40 prefieren libros-álbum, en los que la imagen plástica toma relieve sobre las palabras. “Hay resistencia a descubrir lo nuevo. Pero también hay gente que elige estos textos innovadores, con otro tratamiento de la imagen y la narración”, explica Wilde.

“No quiero que mis hijas se formen con esos estereotipos femeninos, ni con moralejas o sermones medievales”, dice María Rosario Mender mientras indaga los anaqueles de la sección de la editorial Calibroscopio y Pequeño Editor.

Las especialistas en literatura infantil Cecilia Bajour y Marcela Carranza coinciden en que una característica presente en muchos de estos libros es que los personajes “hablan” con los lectores, transgrediendo las fronteras ficcionales. El autor invita a los niños a participar en el juego de la lectura. Son partícipes y también protagonistas del hecho literario, lejos del lector pasivo de otros tiempos.

Divulgación

Amado recomienda la lectura de la revista digital Imaginaria, a los padres y lectores en general. Contiene un gran material compuesto de reseñas, lecturas, análisis de libros viejos y nuevos, ideal para aprender sobre la literatura infantil y juvenil.

En el mundo, gozan de prestigio las editoriales Fondo de Cultura Económica y Océano, y los escritores como Chris Van Allsburg, Maurice Sendak, Roberto Innocenti, David McKee, David Weisner, entre otros. En Venezuela, el Banco del Libro a través de Ediciones Ekaré difunde y publica libros de alto nivel estético tanto en su texto como en su ilustración y edición.

En nuestro país, Isol, Diego Bianki, Istvan, son ya grandes cultivadores del género. Isol es artista plástica, música -cantó en la banda electro-pop Entre Ríos- además de escritora. Fue finalista en dos oportunidades del premio Hans Christian Andersen, que se otorga a los mejores escritores e ilustradores de literatura infantil del mundo.

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