Juan Terranova: “quise escribir una novela pornográfica”

Juan Terranova: “quise escribir una novela pornográfica”

En su última novela, La Piel, el periodista y escritor Juan Terranova explora el mundo de las cirugías estéticas y habla sobre los deseos y los artificios de la belleza. “Escaparnos del futuro es uno de los tics más complejos y sensuales de la modernidad”, afirma. Por Karina Ocampo - Para LA GACETA.

31 Enero 2016
Antes de estudiar letras, Juan Terranova cursó la mitad de la carrera de medicina en la Universidad de Buenos Aires. Podría haber sido cirujano, pero eligió volcar esos conocimientos en una novela con formato de diario personal, en la que muestra sus intereses de una manera cruda, con un estilo directo y con reflexiones que lo sitúan entre los exponentes de una generación de escritores críticos de nuestra época.

- El protagonista bordea la miseria y encuentra consuelo en el sexo. ¿Busca algo más en esas experiencias? ¿Hay una intención deliberada de crear un efecto a través de la repetición de escenas sexuales? ¿Lo construiste como un ser misógino?

- No puedo responder si “busca algo más”. Las escenas sexuales están ahí porque quise escribir una novela pornográfica. Por lo demás, creo que el narrador ama a las mujeres, pero, desde luego, lo hace a su manera. ¿Debería amarlas como las mujeres quieren ser amadas? No puedo interpretar mi novela. Eso lo tienen que hacer sus lectores. Pero mi premisa era escribir sobre un hombre que vive en Buenos Aires y no padece la ansiedad natural de la ciudad.

- Al igual que la novela de Enzo Maqueira, Electrónica, La piel tiene una estética posmenemista. ¿Marcó a tu escritura haber transitado tu adolescencia durante esa época?

- Leí la novela de Enzo Maqueira, a quien conozco y apreció mucho. Pero no me gustó. Me resultó demagógica, aburrida, torpe. Su libro anterior, Ruda macho, me había parecido muy bien escrito, sensible, una especie de Guardián en el centeno con un niño mago. La respuesta aparece con más precisión en la novela Los años felices de Sebastián Robles, en la novela Pinamar y en los cuentos de Varadero y Habana maravillosa de Hernán Vanoli y en el ensayo Flema es una mierda de Diego Vecino. Ojalá vuelva a escribir. Ese libro describe con mucha precisión lo que pasó. Me marcó mucho haber vivido el grunge y el desempleo. Me costaba mucho ya en la facultad conseguir trabajo. En el 97, bastante cansado de todo me fui a Europa en el clásico tour de iniciación, estuve un año. Cuando volví terminé la carrera de Letras y me recibí en diciembre del 2001. Ya daba clases en una materia y todo era bastante desastroso. Creo que los 90 me hicieron más astuto, paranoico y desconfiado.

- ¿Cuáles son los cambios más notorios en la literatura que se generaron durante el kirchnerismo?

- Cuando llegó el kirchnerismo trabajaba en una empresa de software y creo que la devaluación, las políticas sociales, el agrandamiento del Estado fueron un poco de luz entre tanta oscuridad heredada. El cambio más importante fue la llegada de Internet a nivel masivo. Correo electrónico, blogs, redes sociales. En el futuro hay que leer el período político y estético que ahora termina enlazando ambos objetos.

- En Argentina la mayoría de los escritores no puede vivir de su trabajo. ¿Cómo es tu caso? ¿Es una buena opción la autogestión de los proyectos?

- Históricamente los escritores tienen relaciones conflictivas con los poderes pecuniarios. Escribir es difícil, improductivo, exigente, linda peligrosamente con el ocio, tiene algo del Potlach. Como dicen los de El Perrodiablo “estas no son vacaciones raras.” Debe haber convicción. Al mismo tiempo, uno termina por ir encontrando su lugar, incómodo o más confortable, y eso pasa en todos los oficios y profesiones. A veces se piensa que la vida o la literatura nos deben algo. Yo no lo veo así. Si querés algo, tenés que ir a agarrarlo y pelear por eso. Josh Homme dijo una vez “si esperás algo de la música, esperás demasiado”.

- Para volver a La Piel, me interesó la noción acerca del goce y la prohibición. Frente a la obligación de gozar, presente en esta época, anticipa que estamos destinados a caer en la abulia. ¿Por eso tu personaje rompe las reglas?

- Sí, supongo que es una lectura posible de la novela. Me gusta lo de escaparnos del futuro porque evidentemente es algo muy difícil en la medida de que el futuro llega muy rápido y nos alcanza siempre. Es uno de los tics más complejos y sensuales de la modernidad, nuestra relación de deseo y miedo con el futuro. Aunque creo que la novela tematiza otro escape todavía más imposible, el escape neurótico fuera de uno mismo. Primero está la fantasía del eremita, y luego, la del libertino.

© LA GACETA

PERFIL

Juan Terranova nació en Buenos Aires en 1975. Publicó las novelas El caníbal, El bailarín de tango, El pornógrafo y Mi nombre es Rufus. Es autor, además, del libro de poemas El ignorante y la crónica La Virgen del cerro.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios